10 consejos para irse de vacaciones con el bebé

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10/08/2016 - Tiempo de lectura 2 mins

Elegir bien el destino: Ahora no solo hay que pensar en lo que os apetece a vosotros, sino que lugar resulta más cómodo para ir con un bebé y que, además, os apetezca. No se trata de salir de vacaciones con resignada abnegación, sino de adaptarse a las nuevas circunstancias.
No idealizar: Si estamos esperando que las vacaciones sean perfectas e, incluso, que solucionen los problemas que arrastra la relación, el resultado seguro que no será bueno. No hay paraje lo suficientemente paradisiaco que tenga el poder mágico de resolver los conflictos de pareja. Dejaos llevar por el día a día, disfrutando de la compañía del otro, y si hay problemas que resolver plantearlo entre los dos que momentos vais a dedicar para abordar esos temas.
Mejorar la comunicación: Como decíamos, es un buen momento para hablar sobre aquellas cosas que están haciendo daño a la relación. Aprovechar estos días para hablar con tranquilidad, sin prisas. Procurad escuchar al otro sin interrumpir, no juzgar las intenciones ni ser negativos, y plantear cosas concretas que hay que solucionar.
Adaptarse a la crisis: Son tiempos de austeridad para muchas familias, así que el dinero es un factor más a tener en cuenta. Quizás sea mejor alquilar un apartamento que ir a un hotel, y con el dinero que os ahorráis daros un caprichito por el que llevéis suspirando mucho tiempo.
Repartirse las tareas: Si siempre es importante compartir el cuidado de los hijos, ahora mucho más. Los dos necesitáis descansar y si no os apoyáis el uno en el otro, al final la balanza se desequilibra.
Pasar tiempo a solas: No hay nada de malo en pedir a los abuelos o los tíos de vuestro bebé que se queden con el pequeñín un par de días de vuestras vacaciones. La pareja necesita siempre sus momentos para estar a solas y recuperar esa complicidad que queda arrinconada con las prisas de la vida diaria.
Cuidar los detalles: Es el momento de estar más pendiente de esos pequeños gestos que con el ajetreo del trabajo tenemos abandonados: un desayuno en la cama, una flor en la almohada, un paseo al atardecer, una cena sorpresa, llevar en el coche la música que le gusta, regalarle ese libro que estaba deseando leerse…
Darle marcha a la vida sexual: Ahora ya no hay excusas, no hay que levantarse temprano, las tareas domésticas pueden esperar… así que hay que tenerlo en la cabeza para aprovechar todos esos ratitos en los que el bebé duerme. Cuando sean mayores, habrá que hacer encaje de bolillos para tener un poco de intimidad. Llevaos unas velas para crear ambiente, el aceite de masaje que os gusta, la ropa interior que os pone, y a dejarse llevar. Quizás descubrís cosas nuevas de las que seguir disfrutando a la vuelta.
No hacerlo todo junto: Tener tiempo para uno mismo es necesario, bien porque tenemos un hobby que a nuestra pareja no le gusta, bien porque necesitamos pasar un tiempo a solas (leyendo, escuchando música, paseando…). De cualquier modo, es algo que nos enriquece y, por tanto, enriquece a la pareja.
Utilizar el sentido del humor: Reírse de uno mismo, no dramatizar y relativizar lo negativo que pasan es una gran ayuda para poner las cosas en su sitio y disfrutar al máximo de los pequeños placeres que nos da la vida, como poder pasar unos días de vacaciones

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