Alimentación ecológica o bio para bebés

 
Cuando un bebé entra en casa buscamos la manera de alimentarle de la forma más natural posible. Si no teníamos unos hábitos alimenticios saludables, es el momento de hacer el esfuerzo aprovechando que queremos dar lo mejor al nuevo miembro de la familia. Además de reducir los alimentos procesados, podemos optar por una alimentación ecológica o BIO para el bebé y, ya de paso, para toda la familia.
 

¿Qué son los productos ecológicos?

Los productos ECO (ecológicos) o BIO (biológicos) se llaman así porque han sido cultivados o elaborados con el máximo respeto a la salud y al medio ambiente. Nos estamos refiriendo a vegetales que no han sido tratados con pesticidas para el control de plagas o fertilizantes sintéticos para la tierra. Estos productos son cultivados respetando los ciclos de la naturaleza y no han sido modificados genéticamente. Otro de los aspectos para tener en cuenta a la hora de hacernos con productos ecológicos es que estos sean “productos de proximidad”. Este término significa que los productos que consumimos se produzcan cerca de nuestra casa.
En cuanto a la carne, se garantiza que no se han utilizado antibióticos para el ganado, que los sistemas de reproducción son naturales y que la desinfección de las instalaciones se realiza con productos autorizados. Con el consumo de productos ecológicos no sólo estamos cuidando a nuestro organismo, sino también al medio ambiente.
Para saber si un producto es ecológico y para que un fabricante pueda colocar la etiqueta de ECO o BIO en su producto, este tiene que pasar unos estrictos controles. Desde 2009 tenemos la seguridad de que cualquier alimento que lleve estas palabras en su etiquetado tiene que venir de agricultura ecológica.
 

¿Qué ventajas tienen?

Como decíamos anteriormente, consumir alimentos ecológicos es bueno para el medio ambiente y supone un sistema más justo para los productores. En cuanto a la salud, se considera que el consumo de este tipo de productos ayuda a reducir el riesgo de intolerancias alimentarias. Además, se tratan de productos ricos en vitaminas y minerales, que ayudan al crecimiento y desarrollo de los más pequeños. Hay muchos estudios que apuntan a que consumir estos productos es más sano que consumir los considerados como “normales”. Sin embargo, otros estudios apuntan a que las diferencias entre unos y otros son mínimas.
Por otro lado, observamos como la industria se ha dado cuenta del “tirón comercial” que tiene la etiqueta de BIO o ECO en un producto (cuestan de media un 25% más caros). Hoy en día podemos encontrar todo tipo de productos para bebés de estas características. Sin embargo, proponemos esta reflexión: si lo que queremos es darle a nuestro hijo la alimentación lo más natural posible ¿no será mejor ir a la verdulería o a la pescadería que a la estantería de alimentos procesados del súper?
 

¿Alimentación ecológica para el bebé o alimentación casera?

Encontramos una variada oferta de productos dirigidos a una alimentación ecológica o bio para el bebé, desde papillas y potitos ecológicos hasta leche y bebidas, pasando por galletas ecológicas. Sin embargo, la pregunta que nos podemos hacer es: ¿Qué es mejor, un potito de fruta de manzana ecológica o una manzana normal y corriente?
La gran diferencia en la alimentación de los más pequeños la marca la dieta y los hábitos alimenticios que tengamos en la familia. Una casa en la que nos levantamos pronto para desayunar juntos; en la que las legumbres, el pescado, las verduras y los cereales integrales sean la base de los menús; donde los dulces o los alimentos muy salados se tomen solo ocasionalmente; será una familia sana. Y si queremos y podemos permitirnos alimentos ecológicos, mejor que mejor.