Técnicas para arrullar a un bebé y beneficios principales

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21/08/2023 - Tiempo de lectura 6 mins
arrullar a un bebe

Este artículo trata de:

Arrullar al bebé
Técnicas y beneficios
Errores que podemos cometer

¿Eres de las que piensa que la única función que tiene arrullar a un bebé es la de calmarlo? Pues te equivocas. El arrullo tiene múltiples beneficios tanto para el pequeño como para los padres. Te contamos por qué arrullar a un bebé es una práctica con tantos beneficios y te hablamos de algunas técnicas que puedes emplear para ayudar a calmar a tu peque.

Beneficios del arrullo para el bebé

Entre los beneficios principales que tiene arrullar al bebé están los que todos ya conocemos: el movimiento suave del arrullo contribuye a que aquel bebé que está inquieto se relaje, ayuda a calmar su llanto (creando de este modo momentos especiales entre padre/madre con su peque) y a que el bebé se duerma más fácilmente con un sueño más profundo.

Sin embargo, estos no son los únicos beneficios de arrullar a un bebé, pues esta técnica ayuda además a que se cree un fuerte vínculo emocional entre el bebé y sus padres, algo que será básico en el desarrollo del pequeño. El arrullo será igualmente importante por el hecho de que proporciona al bebé una experiencia segura y cercana que le servirá para irse adaptando a un mundo que, hasta hace poco, le era totalmente desconocido.

Pero incluso, el arrullo puede tener beneficios de otra índole, pero que son igualmente claves en su desarrollo. Por ejemplo, arrullar al bebé contribuirá a regular su sistema nervioso, contribuyendo de este modo a disminuir el estrés, así como a un desarrollo adecuado del cerebro, gracias al contacto físico y la atención que conlleva esta técnica.

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Técnicas para arrullar a un bebé

¿De pie? ¿en una mecedora? ¿con sonidos que ayuden a que se relaje? Son varias las opciones que tienes para calmar al bebé mediante el arrullo.

Mecerle en tus brazos

Una opción es mecer al bebé plácidamente hacia delante y atrás o de un lado a otro mientras le sostienes en tus brazos, junto al pecho. Otra opción es que le coloques de lado mientras le sujetas en tus brazos, con su cabecita apoyada en la curva del codo. Tu otro brazo servirá para asegurar de forma delicada sus piernas, manteniéndolo de este modo en una posición que sea cómoda y segura para él. A continuación le meces suavemente de lado a lado.

Envolver al bebé en una manta

Esta técnica, conocida con el nombre de “swadding”, consiste en envolver al bebé en una manta dejando solo fuera su cabecita, ofreciendo al pequeño de este modo una sensación parecida a la que tenía en el útero materno. Es importante asegurarse de que los brazos queden cerca del pecho y que no se apriete demasiado.

Utilizar una mecedora o una cuna

Otra opción es utilizar una silla mecedora o una cuna mecedora (en el caso de que tu cuna tenga esta función). Ese movimiento suave y repetitivo que proporcionan estos artilugios ayudarán al bebé a relajarse. Por supuesto, es importante que la cuna sea totalmente segura.

Con ruidos, canciones o susurros

Por último, a la hora de arrullar a tu bebé, puedes servirte de ciertos sonidos que ayudarán a que se calme y se tranquilice tales como cantarle una canción de cuna, susurrarle dulcemente al oído o, incluso, utilizar ruidos blancos (p.e. un ventilador o algunos que encuentres en internet) que bloqueen otros ruidos más desagradables y ayuden a que se relaje el pequeño.

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Algunos consejos que pueden servirte cuando arrulles a tu bebé

Tener paciencia y estar atento a las señales que emite el bebé, son dos de las claves para conseguir relajar y calmar al niño cuando estás practicando el arrullo. Aquí te dejamos varios consejos que te ayudarán a lograrlo.

  • Crear un ambiente tranquilo y sosegado en el que el bebé se sienta a gusto y sin distracciones de ningún tipo.
  • Un movimiento suave y un ritmo constante serán dos de las claves para que el pequeño se sienta cómodo y seguro en el momento de arrullarlo. Sin embargo, cada bebé es un mundo. Presta atención a las señales que te envía para descubrir cuales son sus necesidades (un ritmo de balanceo más lento, que le cantes una nana, que lo envuelvas para sentirse más seguro…).
  • Ten paciencia, pues un bebé puede necesitar más tiempo que otro para calmarse cuando le arrullas, e incluso un mismo bebé puede tener días mejores y otros en los que necesite más tiempo para tranquilizarse. Prueba diferentes opciones para conseguir que se relaje.
  • Da importancia al contacto piel con piel situando al bebé cerca de tu pecho al arrullarle, ya que con ello estarás conectando con el bebé y le transmitirás seguridad. Además, servirá para reforzar ese vínculo emocional tan importante entre madre e hijo.
  • Establece rutinas antes de dormir que sirvan para que el bebé asocie el arrullo con la hora de dormir. Establecer estas rutinas de sueño será importante no solo cuando nuestro hijo es un bebé, sino también según va creciendo.
  • Por último, recuerda que el bebé debe estar siempre en una posición segura cuando le arrullas con el fin de evitar posibles caídas o accidentes.
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7 maneras de crear un ambiente propicio al arrullar a un bebé

Como hemos visto en el apartado anterior, uno de los consejos principales al arrullar al bebé es conseguir crear un ambiente propicio para ello. Estas son 7 formas de conseguirlo:

1. Busca un lugar tranquilo apartado de cualquier tipo de distracción.

2. Opta por iluminación natural y suave para crear un ambiente agradable y sereno.

3. Crea un ambiente ideal en la habitación donde arrulles al bebé con una temperatura y unos niveles de humedad adecuados.

4. Elije siempre una mecedora o un asiento que sean confortables y que te proporcionen una posición cómoda. El bebé notará si estás incómoda o te mueves demasiado al arrullarlo.

5. Ten en cuenta siempre la opción de relajar a tu bebé con la ayuda de ruidos blancos o de música suave.

6. Ten cerca de ti aquellos objetos con el que el bebé se siente más seguro, como pueden ser el chupete, su juguete favorito o un objeto de apego.

7. Disfruta ese momento tan especial en el que arrullas al bebé, fortaleciendo el vínculo emocional con él y proporcionándole seguridad y amor. Esto ayudará a los dos a estar relajados y a gusto.

Errores que podemos cometer al arrullar

Al igual que si arrullamos al bebé de manera adecuada le estaremos proporcionando un momento placentero, hacerlo de forma errónea hará que el pequeño no se sienta cómodo y que no se relaje. Estas son algunas cosas a tener en cuenta sobre cómo no se debe arrullar a un bebé.

Que esté inquieto o que no pare de llorar serán dos de las maneras con las que el bebé te haga saber que no se encuentra cómodo. No pases por alto estas señales y ten paciencia hasta que des con la técnica adecuada que consiga relajar a tu hijo.

Si optas por envolver al bebé en una manta, asegúrate de que no le aprieta demasiado, ya que esto puede hacer que tenga alguna dificultad para respirar. Permite que pueda mover sus piernas libremente para evitar que desarrolle displasia de cadera.

Sobre todo en los primeros meses de vida, la cabeza y el cuello del recién nacido son frágiles, por lo que deberías vigilar que cuando lo sostienes en brazos, su cabeza se apoya correctamente en tus brazos.

No conviene arrullar al bebé si tiene el estómago lleno, mejor esperar a que le haga la digestión.

En el momento de arrullarle, la seguridad del bebé debería ser una prioridad. Por lo tanto, no le arrulles encima de una superficie elevada, mantén lejos de él objetos peligrosos, cuenta siempre con supervisión de un adulto y vigila que esté siempre en una posición segura.

Aunque esta técnica suele conseguir que el bebé se relaje, habrá momentos que el pequeño no esté cómodo mientras lo arrullas. En ese caso, no lo fuerces y espera un rato antes de arrullarlo o prueba otras formas de tranquilizarlo.

Por lo tanto, el arrullo será una técnica primordial para el bienestar del pequeño por muchos motivos: le aporta seguridad y calma, ayuda a que regule sus emociones, reduce su estrés, desarrolla su autoestima y, además, sirve para establecer un vínculo emocional fuerte entre padre/madre e hijo. Por último, sería conveniente que hables con tu pediatra sobre está práctica, él te dirá cómo realizarla de la mejor manera.

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