¿Nos vamos al parque? Estos son los beneficios de que los niños jueguen en ellos

Jugar al aire libre siempre es un placer para los niños, y prueba de ello es la sonrisa que aparece en sus caras cuando les anunciamos que vamos al parque. Allí no solo se encuentran con otros niños de su edad jugando en el parque o con columpios y estructuras diseñadas para que se diviertan, sino que también disfrutan moviéndose, imaginando aventuras, conociendo nuevos juegos, aprendiendo de otros… Se trata de un lugar perfecto para disfrutar a lo grande, pero también para desarrollar el aprendizaje en distintos ámbitos. Estos son algunos de los beneficios que tiene jugar en el parque para los niños.

4 Beneficios de jugar en el parque para los niños

Es una de las imágenes más habituales en todos los pueblos y ciudades: la de un montón de niños jugando en un parque haciendo amigos y dejando volar su imaginación. De hecho, la socialización es una de las razones principales por las que beneficioso jugar en el parque, pero hay más ¿vamos al parque?

Socialización al aire libre

Para muchos niños, el parque es el primer lugar de socialización que conocerán. Después vendrán la escuela infantil, el colegio, las academias donde acuden a clases extraescolares, los campamentos… Pero cuando todavía no ha empezado su etapa escolar, para muchos pequeños el parque será ese espacio donde conocerán a sus primeros amigos, donde aprenderán a relacionarse con otros niños, donde interactuarán con otros iguales… Por eso es un lugar ideal para dejarles actuar a su aire, aunque estemos ahí por si nos necesitan.

Fomento de la capacidad de juego

Los parques están diseñados para incentivar la capacidad de juego de los niños, y lo consiguen con creces. Se trata de que imaginen y creen historias y personajes, desarrollen nuevos juegos… Las estructuras que hay en los parques -columpios, toboganes, casas de madera, pirámides hechas con cuerdas…- no solo incentivan la diversión, sino también el juego, que tiene numerosos beneficios en los niños.

Ejercicio

El 48,8% de los niños y adolescentes españoles pasa más de 2 horas al día delante de una pantalla, independientemente del día de la semana que sea. Y la cifra asciende al 84% cuando se trata de fin de semana. Combatir esos números es clave para su salud, y el parque puede echarnos una mano. Allí corren, saltan, trepan, se deslizan… en definitiva, un ejercicio saludable que además les sirve para liberar tensiones, igual que a los mayores.

Aprendizaje

Quienes diseñan los parques en los que juegan los niños son adultos expertos en el juego que investigan y analizan qué es lo que atrae a los más pequeños y cómo hacer que eso que les gusta les sirva no sólo para divertirse, sino también para aprender jugando. Por eso, mientras disfrutan con el juego, desarrollan el aprendizaje tanto a nivel creativo como social y psicomotor.

La importancia de jugar al aire libre

Como hemos visto con estadísticas, la consola, los videojuegos, el ordenador y el móvil están ganando la batalla a los parques, y a muchos niños les gusta más las pantallas que salir a jugar al aire libre. Al menos dos días a la semana deberíamos fomentar el juego fuera de casa, les estaremos regalando una larga lista de los beneficios de jugar al aire libre. Puedes preparar miles de juegos para jugar en el parque o en la calle, tantos como tu imaginación te permita. Estos son los beneficios de jugar al aire libre para los niños:

Autonomía

Aunque al estar en un espacio abierto estemos más pendientes aún de ellos, si los vigilamos desde la distancia, dejándoles hacer y deshacer con el resto de niños, estarán ganando autonomía. Mientras se divierten, aprenden a solucionar las dificultades que se les presentan por sí mismos, sin ayuda de los adultos. Solo cuando necesiten de verdad nuestra ayuda nos la pedirán, y eso es un indicativo de que están ganando independencia sin apenas darse cuenta.

Desarrollo de la imaginación

También cuando juegan en casa se desarrolla su imaginación, pero al estar en un entorno abierto, donde los imprevistos suceden con facilidad, aprenden a adaptarse a las circunstancias con creatividad. De esa forma inventan nuevos juegos si en el tobogán hay mucha cola, fabrican con lo que tienen a mano algo parecido a una pelota si el balón se queda atrapado en un tejado, introducen los elementos del entorno en el juego… Todo un derroche de imaginación.

Respeto por las normas

En todo juego hay unas normas, y respetarlas es lo primero si quieren ser aceptados en el grupo. Por eso en el juego al aire libre, donde suelen tener compañeros de batallas distintos cada día y es más importante aún sentirse aceptados, aprenderán el respeto por las normas que marcan los turnos y las reglas del juego.