Cómo quitar el hipo a un bebé
Este artículo trata de:
El hipo es algo muy común en todos los bebés, A pesar de ello, no hay que preocuparse demasiado porque, en prácticamente todos los casos, que el bebé tenga hipo no es un indicador de que pueda tener ningún problema de salud. Aunque el hipo es inofensivo para el bebé y suele desaparecer por sí solo, a veces puede ser un motivo de preocupación para algunos padres, sobre todo cuando es algo muy frecuente, que buscan cómo prevenir o quitar el hipo de su bebé.
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¿Qué es el hipo y por qué aparece en el bebé?
Su aparición se debe a que tanto su sistema nervioso como digestivo no tienen un control y son inmaduros. Esto hace que se provoquen contracciones del diafragma y también espasmos que se repiten, lo que conocemos como hipo.
El hipo en el bebé puede durar entre 10 y 30 minutos y es más común en los seis primeros meses de vida, cuando son lactantes. Como decíamos, suele desaparecer por sí solo y no genera ninguna clase de dolor ni molestia en el pequeño.
El hipo puede hacer acto de presencia en el bebé sin una causa concreta. En algunos casos, el motivo de su aparición hay que buscarlo en la alimentación (el bebé ingiere demasiada leche, come demasiado rápido, traga demasiado aire cuando está comiendo, retiene gases…), sin embargo, otra veces no tiene que ver con la alimentación y el hipo aparece en el bebé por otras razones (porque se producen muchos cambios de temperatura, porque ha tenido un episodio de llanto o por cualquier otro tipo de emoción).
¿Cómo podemos quitar el hipo al bebé?
Cuando el bebé tenga hipo no es imprescindible que se le intente quitar a toda costa; el hipo, al igual que viene, se va. Hay que tener en cuenta que no existe una fórmula mágica que haga que podamos quitar el hipo al bebé, pero sí hay algunas medidas que se pueden tomar para evitar que éste aparezca.
- Alimentar al bebé cuando esté calmado y antes de que tenga demasiada hambre.
- No alimentar al bebé con prisas. Siempre que sea posible, hay que impedir que el bebé mame rápidamente porque tragará demasiado aire y seguramente tendrá hipo en muy poco tiempo. Lo más aconsejable en estos casos es descansar un poco y al cabo de unos minutos volver a darle de mamar.
- Es recomendable que el bebé no llegue a acumular gases, algo que suele pasar cuando el bebé se está alimentando (con el biberón, mientras amamanta, etc.). Para evitarlo, se recomienda que se compruebe que el bebé ha agarrado bien el pezón.
- Si optamos por alimentarlo con biberón, deberíamos optar por utilizar un buen biberón anticólicos, que la tetina que hemos elegido para su biberón tenga el tamaño más adecuado para su boca y que el biberón esté lleno con el fin de evitar que entre aire en la tetina.
- Una vez se acabe de amamantar al bebé, lo que hay que hacer, al menos durante unos minutos, es dejar al bebé en posición vertical para que eructe y pueda facilitársele la eliminación del aire.
- No conviene meter al bebé a dormir rápidamente después de haberle dado de comer, mejor esperar un tiempo y siempre después de que haya eliminado el aire.
- No hay que olvidarse de que es muy importante tener al bebé bien abrigado dado que los cambios bruscos de temperatura pueden producirle hipo.
- Por último, olvidarnos de aquellos trucos que nos decían cuando éramos pequeños para quitar el hipo (dar un susto, beber agua a pequeños sorbos con una cucharita…) y sobre todo no usar ninguna clase de medicamento.
Cuándo consultar al médico
Es necesario recordar que el hipo no produce dolor ni molestias al bebé, es algo natural, por lo que no hay que preocuparse demasiado. Sin embargo, deberíamos consultar con el médico si el ataque de hipo se alarga en el tiempo (si después de tres horas no ha desaparecido) o si el pequeño está muy intranquilo, incómodo, no deja de llorar o no descansa correctamente.
Fuentes
- Criar con Sentido Común
- Medical News Today
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