¿Cómo y cuándo quitar los mocos a un bebé?

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Carmen Iglesias -
05/02/2024 - Tiempo de lectura 3 mins
quitar mocos a un bebe

Este artículo trata de:

Mocos del bebé
Cómo quitarlos

Es importante quitar los mocos al bebé (y los no tan bebés) para que no se desarrollen problemas posteriores. Y es que, a los bebés se les tapona la nariz casi sin darte cuenta, y el exceso de mocos puede molestarles a la hora de comer y dormir ya que afecta a su respiración. Aunque se resistan (no es algo agradable) debes limpiar la nariz del bebé a menudo, para evitar problemas posteriores, pero ¿Cómo hacerlo?

¿Por qué es necesario limpiar la nariz del bebé?

Los bebés son propensos a los resfriados y se les tapona la nariz enseguida. El exceso de mucosidad entorpece su respiración y les molesta al comer y dormir. En los recién nacidos supone un problema mayor, ya que, por ejemplo, en el caso de los prematuros, una pérdida de peso puede ser razón de consulta médica. Además, la dificultad respiratoria ocasionada por los mocos durante la noche, impide un descanso efectivo, algo muy necesario para el correcto crecimiento de los niños.

Aunque tanto tu bebé como tú paséis un mal rato mientras le limpias la nariz, es imprescindible hacerlo. Si los mocos se infectan, pueden producirles sinusitis, otitis o faringitis, que supondrá un empeoramiento del cuadro leve inicial.

¿Cómo le quito los mocos al bebé?

Como acabamos de ver, es imprescindible eliminar los mocos al bebé porque las consecuencias de no hacerlo pueden derivar, en caso de infección, en sinusitis, otitis, faringitis… A continuación te explicamos como es recomendable proceder para sacar los mocos a un bebé.

Realizar un lavado nasal al bebé

La nariz del bebé se despeja con un lavado nasal. Primero hay que acostar al niño boca arriba, girarle la cabeza hacia un lado y aplicarle suero fisiológico (lo venden en la farmacia en formato mono dosis, son los que os recomendamos, al ser más pequeño y manejable) o preparados comerciales de agua de mar, para humedecer las fosas nasales. Si tu bebé se pone nervioso necesitarás ayuda para que no se mueva mucho. Un truco para que no se asuste es calentar un pelín el suero. Cuando está frío, la impresión al entrar en la nariz es mayor. Si, por el contrario, logramos templarlo un poco, el bebé no notará nada hasta que no llegue a la garganta.

Sacarle las secreciones

  • El aspirador nasal de cánula es lo que mejor funciona en los bebés pequeñitos. Primero se pueden echar unas gotas de suero fisiológico en las fosas nasales. Después se coloca un extremo de la cánula en la fosa nasal y el otro en la boca del adulto. Acto seguido se aspira. Las secreciones se quedarán retenidas en un recipiente en medio del tubo. También están los aspiradores nasales ergonómicos, también conocidos como perita.
  • Existen unas pinzas especiales para sacar los mocos secos al bebé. Tienen un tope de seguridad que impide introducirlo demasiado en la naricita del bebé. No son imprescindibles, pero en el caso de niños mayores, pueden venir bien.
  • Los bastoncillos están desaconsejados, porque podríamos hacer daño al niño al no calcular bien hasta dónde lo introducimos. Si tiene un moquito seco, lo mejor es utilizar la pinza nasal o un dedo (con mucho cuidado).
Como quitar mocos a un bebe

¿Cuándo hay que quitar los mocos al niño?

No hay que obsesionarse, con unas tres o cuatro veces al día suele ser suficiente.

Generalmente hay que hacerlo cuando notemos al bebé incómodo, si vemos, por ejemplo, que los mocos le provocan náuseas. Sin embargo, si el niño está alegre, come bien y duerme como lo hace normalmente, entonces no hace falta limpiarle los moquetes ya que significa que estos no le molestan.

Antes de dormir es un buen momento para quitar los mocos al bebé. Los bebés respiran el 90% del tiempo por la nariz, ya que aún no tienen demasiado pronunciado el reflejo de respirar por la boca, por eso tener muchos mocos les provoca una sensación de ahogo y se despertarán llorando.

Ocurre algo similar cuando hablamos de la hora de la comida. Al tener la boca tapada con el pecho o la tetina del biberón no pueden respirar bien por la nariz, por eso si tienen mocos suelen comer menos y vomitar más. Evita que eso ocurra limpiando la nariz de mocos justo antes de comer.

Por último, hay momentos en que el moco sale un poco más fácil, como después del baño, cuando el vapor del agua fluidifica un poco los mocos.

Fuentes

  • Fluimucil
  • Enfamilia – Asociación Española de Pediatría

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