¿Cómo regular las visitas al recién nacido?
Este artículo trata de:
Aunque seguro que lo hacen con la mejor de las intenciones, pero las continuas visitas al bebé de familiares y amigos pueden resultar molestas. Tanto es así, que el pasar de regazo en regazo y tener estímulos constantes pueden causar estrés al recién nacido. Para evitar esta situación, es recomendable fijar unas normas básicas para regular las visitas a un bebé recién nacido y que la presentación en sociedad del pequeño sea compatible con su descanso y el de la mamá.
Índice de contenidos
Preguntas que te pueden ayudar a regular las vistas al recién nacido
Ningún parto es como te lo habías imaginado. Reflexionar sobre cómo queremos que sean los primeros días con el bebé antes de dar a luz hace más fácil mantener el control sobre las visitas llegado el momento. Estas preguntas pueden ayudar:
¿A quién te gustaría ver?
Seguro que recibirás alguna visita que no esperabas. Pero pensar en la gente a la que sí te gustaría recibir te permite comunicárselo antes de que llegue el momento… y avisarles de que, como no sabes cómo te sentirás después del parto, si estás muy sobrepasada les comunicarás tu deseo de posponer el encuentro. Y si temes que quiera venir a veros alguien a quien ya sabes que no querrás ver, también puedes avisar con tiempo de que prefieres dejar las visitas para más adelante.
¿En casa o en el hospital?
No es recomendable visitar a la nueva mamá en las primeras 24 horas después del parto, ya que suele estar agotada, se está estableciendo la lactancia y se están creando los primeros lazos de su vínculo con el bebé. Pasado este tiempo, en el hospital es más fácil mantener el control sobre las visitas: hay unos horarios para las comidas, las enfermeras pasan por la habitación, no podemos “poner un café o algo de picar” al que llega, no hay que recoger después… Así que es más fácil que las visitas sean breves. Si hay demasiado trasiego en el hospital, o al dar a luz descubres que no te apetece ver a la gente, traslada esas primeras visitas al hogar. Todo el mundo comprenderá que necesitas unos días para adaptarte a la nueva situación. Pero si te sientes bien, el hospital o la clínica pueden ser un buen sitio para “quitarte” de encima la mayoría de las visitas y concentrarte al llegar a casa en estar con tu bebé.
¿Qué debería tener en cuenta si soy yo el que visita al bebé?
Si alguien de tu entorno acaba de tener un bebé y tú quieres conocer al recién nacido, pero sin ser una molestia, ten en cuenta algunas recomendaciones para que tu visita no sea un inconveniente para la mamá y el bebé:
- Por supuesto, es imprescindible preguntar a los padres si es oportuna la visita antes de presentarse en el hospital o en su hogar. Es necesario darse cuenta de que son muchas las personas que quieren conocer al pequeño ser que acaba de llegar al mundo. Lo mejor es consultarles para saber cuál es el momento idóneo para acudir a visitar al recién nacido.
- Otra cuestión a tener en cuenta es el tiempo que debe durar la cita. Dado que el bebé y la madre necesitan descansar y estar en un clima de tranquilidad, es recomendable que la visita no se extienda más allá de los 20 minutos. Ya habrá tiempo en las semanas posteriores para disfrutar del nuevo miembro de la familia.
- Los especialistas recomiendan no coger al pequeño en brazos durante sus primeras horas de vida, con excepción de los progenitores.
- En las visitas al recién nacido, es aconsejable no echarse perfume ni aplicarse pintalabios, ya que estos productos cosméticos pueden causar molestias e irritaciones al niño.
5 límites para las visitas al recién nacido
Todo el mundo va a querer conocer al recién nacido: los abuelos y los tíos, por supuesto. Y también amigas/os, compañeras/os de trabajo, los de la clase de yoga… Es estupendo ser el centro de tanto cariño y tanta atención, pero también puede ser un poco agobiante si no tomas algunas precauciones. El bienestar de la madre y el bebé son lo primero, más allá de cualquier compromiso. Así que la primera norma es: no tengas miedo de pedir lo que necesitas tal cual lo precisas.
No venir sin avisar (o extenderse más de la cuenta)
Algunas mamás no quieren recibir visitas en el hospital, otras prefieren que no vengan a casa, por eso hay que preguntar de antemano a la madre o a los padres si es que están dispuestos a recibirte, y en qué momento les resulta más conveniente. De la misma manera, la visita ideal no debería extenderse más de media hora. Lo suficiente para felicitar a la madre o a los padres y ver a la criatura, que probablemente solo quiera tomar el pecho, o dormir. Sobre todo procura ser breve si hay muchas personas visitando al mismo tiempo.
No darle (aún más) tareas a la nueva mamá
¡Bienvenidas las visitas que ofrecen y brindan ayuda desinteresada! Así sea preparar una taza de té, recoger la mesa o entretener por un rato a los hermanitos mayores del bebé, si los tiene. Por el contrario, nada peor que llegar, instalarse cómodamente en el sillón y pedirle a la cansada madre que te prepare un café, quien probablemente no haya pegado ojo y a quien aún le duelen los puntos de la episiotomía.
Prohibido fumar
Nadie en pleno siglo XXI fumaría delante del bebé. Pero tampoco conviene llegar apestando a humo, ya que las partículas del tabaco y la nicotina quedan adheridas al cabello y a la ropa y pueden resultar nocivas también. De la misma manera, no debería ir a conocer a un recién nacido alguien que se encuentra acatarrado.
No coger al bebé sin permiso
Seguramente mueres por abrazar al pequeño y darle mucho amor, pero en este momento los bebés solo necesitan los brazos de su madre o de sus padres. Ya habrá oportunidades para cogerlo en brazos cuando sea algo mayor. Una posible excepción son los abuelos del bebé, que pueden ser una gran ayuda para que mamá se dé un baño o descanse un ratito.
No dar consejos sin que sean solicitados
Nos referimos a personas queridas y de confianza (o no tanto) que se presentan con una avalancha de recomendaciones: “Colócale un gorrito, hace frío”, “Pero, ¿es que no ves que este niño tiene calor?” “¿Y le das el pecho?” “¿Por qué no lo coges de tal o cual manera?”. Tal vez este sea el límite más difícil de poner entre las visitas al recién nacido.
Gana una canastilla con productos imprescindibles para tu bebé. Sorteamos 30 cada mes.
¡CONSIGUE LA TUYA!