La conquista del equilibrio antes de caminar el bebé
Este artículo trata de:
Artículo escrito por: Carla Ollé, maestra de educación infantil
¿Qué tal han ido estos días descubriendo el mundo de pie? Estoy segura de que has explorado muchísimo, atreviéndote a ir de un lado a otro cogiéndote del sofá, de los muebles, de la cama… Es posible, incluso, ¡que hasta hayas subido y bajado algún escalón! Por ahora siempre agarrada/o, eso sí. Tu mundo ha cambiado muchísimo, tu campo visual es muy distinto al que tenías un tiempo antes, y vas descubriendo y recogiendo información por doquier. Exploras, investigas, indagas, tocas, experimentas… y con todo ello aprendes mucho. Rebosas energía vital e ilusión por avanzar, y no hay nada que te frene. Ahora que tienes tanta seguridad en esta etapa, vas a conquistar la siguiente: el equilibrio de pie, sin cogerte de ningún lado. ¿No te parece increíble? ¡Yo sé que lo será! Así que ahora voy a hablarle a mamá y/o a papá sobre cómo es la conquista del equilibrio antes de que consiga caminar el bebé, con la intención de que viváis una experiencia preciosa juntos, ¡disfruta!
Índice de contenidos
Antes de caminar, el bebé tiene que conquistar el equilibrio
Ya vuelvo a estar por aquí, y ya estamos a punto de llegar al final de esta apasionante aventura: la conquista de la marcha estable desde el nacimiento de tu bebé. Al ser un momento tan importante, y muchas veces tan deseado, voy a dividir este tema en dos artículos diferentes, explicándote las dos grandes fases que lo componen: la adquisición del equilibrio sin ningún soporte (levantarse y mantenerse de pie sin movimiento), y los primeros pasos hasta la marcha estable. ¿Recuerdas las muchas veces que te he comentado que primero la posición y después el movimiento? Pues eso es a lo que me refiero de nuevo, y es quizás la vez que te pido que lo tengas más en cuenta.
Para que tu hijo/a aprenda a caminar autónomamente, primero necesita ser capaz de estar de pie sin moverse. Visto así, tiene lógica, ¿verdad? Pero la realidad es que, en general, no se cae en la cuenta de ello y a menudo se interviene de forma directa, en este momento tan delicado, ayudando a caminar al bebé dándole la mano o el dedo, sin que antes haya experimentado el equilibrio estático. Si aprende a caminar así el bebé, y no sabe estar parado/a, lo más probable es que al principio no sepa frenar, generando como consecuencia que para conseguirlo se tire al suelo, o incluso que choque con objetos o al llegar a la pared. Así que recuerda algo importante: no le des la mano ni el dedo cuando veas que se pone de pie (ni ningún objeto que le provoque el desplazamiento, por supuesto), ni cuando te parezca que quiere andar, ya que eso es tan solo una interpretación.
Para que tu hijo/a aprenda a caminar autónomamente, primero necesita ser capaz de estar de pie sin moverse
El proceso hasta la conquista del equilibrio
Vamos a fijarnos ahora en lo que sí va a pasar de forma natural y en cómo acompañarlo. Tu pequeñín/a ya va moviéndose por aquí y por allí agarrada/o de algún lado, ¿y qué viene ahora…? ¡Soltarse de una mano! En algún momento observarás como los cuatro puntos de apoyo pasan a ser tres (los dos pies y una mano), y quizás hasta veas que es capaz de cambiar la superficie de sujeción pasando de agarrarse con una mano en un sitio, a otro con la otra (pasar del sofá a un mueble muy próximo, por ejemplo). Seguirá avanzando y después de eso, cosa que puede llegar enseguida… ¡se soltará de las dos manos! Ya podrás observar a tu pequeña/o de pie sin cogerse de ningún lado.
Así empieza la primera experiencia de equilibrio en bipedestación, ¡y es tan importante que lo experimente! Es muy probable que lo practique a menudo y que dedique largos ratos a levantarse agarrado y entonces se suelte, una vez tras otra. Puede que por momentos se coja solo con una mano, después suelte las dos, después necesite descansar y se agarre de nuevo… Dale todo el tiempo que su interés le pida para explorar esta emocionante experiencia. Y cuando le observes, regálate el placer de valorar este increíble hito, al que ha llegado por sí mismo/a, y que te demuestra una vez más de todo lo que es capaz.
En algún momento observarás como los cuatro puntos de apoyo pasan a ser tres, los dos pies y una mano
El gran momento de mantenerse de pie antes de caminar el bebé
Una vez haya adquirido control y confianza soltándose de las dos manos llegará, me atrevería a decir, uno de los momentos más emocionantes de todo este camino: que se levante desde el suelo sin cogerse a nada, y se mantenga de pie. Quizás las primeras veces lo haga cerca de la pared o de algún mueble, eso le dará seguridad, pero igualmente no se cogerá a ello para levantarse. Más adelante lo hará en medio del salón, sin puntos de apoyo cerca. ¿Te puedes imaginar ese momento? ¿Te puedes imaginar su cara de ilusión y emoción? Lo he vivido montones de veces, y te garantizo que no hay palabras para describirlo.
Es importante tener en cuenta que, las primeras veces, va a estar tan solo unos segundos de pie, y después volverá al suelo (del mismo modo que ha pasado con el resto de los hitos anteriores). Es el estadio de todo este proceso en el que menos puntos de apoyo tiene, así que imagínate la complejidad de la situación. Lo repetirá y repetirá, con propósito e incansablemente, adquiriendo cada vez más estabilidad y control, poco a poco. En este momento verás que mantiene las piernas y los brazos muy abiertos, esto es normal y, de hecho, muy inteligente, ya que tenerlos así amplía su base de sustentación y, por lo tanto, le es mucho más fácil mantener el equilibrio. Eso irá cambiando más adelante, cuando adquiera la marcha estable, te hablaré de ello en el siguiente artículo.
Es importante tener en cuenta que, las primeras veces, va a estar tan solo unos segundos de pie, y después volverá al suelo
El papel de los padres en el proceso
Y cuando pase todo esto, ¿qué tienes que hacer tú? Nada, absolutamente nada más que observar, confiar, compartir la ilusión, actuar si te necesita, disfrutar del momento y regalarle el tiempo y el espacio que requiera para avanzar por sí mismo/a. Intenta evitar cualquier interpretación de que “quiere” caminar el bebé o de que te pide la mano. Ten en cuenta que tu bebé no te pedirá nada que no haya experimentado o que no conozca, así que, si nadie se lo ofrece, eso no pasará. Recuerda centrarte en el presente y en lo que sí que está sucediendo, y es que tu hija o hijo ¡ya se pone de pie! ¡Increíble!
Hoy te he hablado en profundidad de esta posición, y en el siguiente artículo me centraré en el movimiento: andar. Puede que eso llegue muy, muy deprisa, pero le quería dar la importancia que considero que tiene este momento y cuidar de los pequeños detalles para que puedas vivir la mejor experiencia posible. Nos encontramos en unos días para seguir avanzando.
Carla Ollé
Maestra de educación infantil y primaria. Con más de 13 años de experiencia con los bebes en la etapa de 0 a 6 años.
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