El sueño del bebé, todo lo que necesitas saber

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Letsfamily Spain -
12/02/2024 - Tiempo de lectura 8 mins
Todo sobre el sueño del bebé

Este artículo trata de:

Sueño del bebé
Claves, rutinas y evolución

El sueño tiene varias fases y son normales los despertares entre las transiciones de una fase a la otra. Si tenemos en cuenta que los ciclos del sueño del bebé son más cortos que los nuestros, y no tienen tantas fases, comprenderemos por qué se despiertan tanto. El problema es el siguiente: mientras nosotros los adultos no llegamos a cobrar conciencia de nuestro despertar, simplemente nos acomodamos en la cama y seguimos durmiendo, si el bebé concilió el sueño acunado por los brazos de sus padres, y de repente se despierta solo en su cuna (y, para colmo, a oscuras), es normal que llore, ¿verdad?.

Los patrones de sueño del bebé se fijan en el embarazo

El sueño del bebé comienza a organizarse mucho antes de que nazca. Ya en el embarazo, nuestros hábitos influyen en la manera en que nuestro pequeño dormirá en el futuro.

¿Eres madrugadora o noctámbula? Puede que creas que las rutinas de actividad y descanso de las embarazadas no influyen demasiado en sus bebés, pero los científicos cada vez encuentran más evidencias de que los hábitos de la madre influyen, y mucho, en el comportamiento futuro de sus hijos. Y el sueño del bebé no escapa a esta realidad.

Lo que haces durante el embarazo se graba en la incipiente memoria de tu hijo y “programa” su organismo de una determinada manera. Algunos estudios apuntan que existe un motivo por el que los bebés duermen a determinadas horas con independencia de los horarios de comida, la rutina o cualquier otro factor que se establezca después del nacimiento.

El feto sueña

Desde la semana 28 de embarazo se pueden diferenciar las fases de sueño en el feto: intercala momentos de calma, en los que su corazón late más lentamente y su cuerpo reposa, con otros de movimiento. Estos tiempos de actividad y calma van y vienen sin que exista una regularidad en esta alternancia.

Se considera que las secreciones hormonales de la madre, la cantidad de glucosa que le aporta su sangre e incluso su ritmo de vida influyen en esos periodos de tranquilidad y agitación.

¿Cuándo empieza a tener sueño activo?

A partir de la semana 30 ya existe el sueño activo, equivalente al sueño REM del adulto, que es la fase en la que se desarrollan la mayoría de los sueños.

Alrededor del octavo mes, el feto comienza a alternar con regularidad fases de sueño agitado y de sueño relajado. Durante las primeras, sus ojos «revolotean» bajo los párpados y gesticula repetidamente. El registro de estos fenómenos eléctricos confirma que su cerebro está en plena actividad.

Esta circunstancia permite afirmar que en el útero el feto tiene todos los instrumentos necesarios para soñar: una actividad eléctrica cerebral adecuada y la presencia de estímulos que constituirían sus contenidos.

Rutinas de sueño del bebé

Existen algunas rutinas que ayudarán a tu bebé a dormir mejor.

Baño

Un baño calentito en el que el bebé se relaje es fundamental para llevar al niño a una situación de relajación después de un día lleno de experiencias nuevas. Además, para los pequeños el agua es en sí misma un estímulo, y si es con tu compañía y cariñitos mucho más aún.

La temperatura del baño tiene que estar entre los 22ºC y 25º C para evitar resfriados innecesarios y que no exista una diferencia abismal entre el ambiente y el agua donde se encuentra el pequeño, que debe oscilar entre 35 y 37ºC.

Para comprobar la temperatura del agua podemos comprar un termómetro de baño y para la temperatura ambiente ten en cuenta que su cuerpecito aún no regula bien la temperatura, así que si a ti te parece que el ambiente está fresco para el niño estará muy frío.

Además, a la hora de empezar con el baño hay que tener todo lo que vamos a necesitar cerca, para no desatender ni un momento al bebé: gel o aceite de baño limpiador, esponja y toalla son los básicos necesarios. Por otro lado, es suficiente con que la bañera esté llena con unos 10 centímetros de agua templada y nunca se debe añadir agua una vez el pequeño esté dentro de ella porque podemos dañar su delicada piel con el agua caliente.

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Masaje

Los masajes no requieren mucho tiempo, pero es fundamental estar relajados y no hacerlo con prisas para que el bebé vaya poco a poco cambiando el chip y empiece a activar el “modo sueño”.

Podemos empezar a hacer masajes al bebé desde la tercera o cuarta semana recordando que la temperatura ambiente debe rondar los 24ºC y que nuestras manos y el aceite corporal para bebés que vayamos a usar no estén fríos.

¿Qué aceites son los mejores para su piel? Lo importante es que estén especialmente indicados para los bebés y deben ser de alta calidad como jojoba o almendras.

Nana

La relajación máxima llega siempre de la mano de mamá y papá, por eso tras el baño y masaje relajante sería ideal que terminaseis este ritual con una dulce nana para el bebé.

No es necesario que recurráis a una de las tan manidas canciones para bebés, podéis acomodar la letra de cualquiera de vuestras canciones favoritas a un ritmo lento y pausado como de nana, vosotros disfrutaréis más y vuestro bebé también.

nanas sueno del bebe

¿Cuál es la mejor postura para dormir al bebé?

A la hora de dormir a nuestros bebés existen unas posturas y prácticas más recomendables que otras. No sólo nos estamos refiriendo a la mera comodidad. También, cuidando por dormir al bebé en una postura correcta, estaremos velando por su seguridad. En este sentido, el síndrome de muerte súbita del lactante (entre los 2 y los seis meses en el 90% de los casos) es la causa de muerte de entre 1,5 y 2 de cada 1000 bebés en la Unión Europea.

Pese a que los especialistas creen que un elevado número de esas muertes se deben a afecciones cardíacas congénitas de los bebés, una de las causas del porcentaje de muertes de este tipo que no entran en este apartado bien podría deberse, entre otras causas, a poner a dormir al bebé boca abajo, sobre su estómago.

En este sentido, la más cómoda y segura posición para poner al bebé a dormir es boca arriba. Los expertos creen que los bebés que duermen sobre su espalda inhalan una cantidad equilibrada de oxígeno y, en esta línea, exhalan una cantidad óptima de dióxido de carbono, al contrario que si durmieran boca abajo.

A la hora de dormir al bebé, debemos comprobar que la temperatura de la habitación es la correcta, ni muy fría ni muy caliente (entre los 19 y los 22 grados). Asimismo, tenemos que asegurarnos de que el bebé nunca tiene la cara cubierta, ya sea con su mantita o con la almohada.

Claves para que el bebé concilie el sueño solo

Estas son algunas cosas que debes tener en cuenta a la hora de que el pequeño concilie el sueño:

  • Ante todo, es importante observar al bebé y aprender a reconocer los signos de que tiene sueño: algunos se frotan los ojitos, otros se cogen una oreja, o se chupan el dedo…
  • A un niño que no tiene sueño, o paradójicamente a uno que está demasiado cansado, le costará mucho más quedarse dormido. Cuando notemos que el bebé tiene sueño, entonces, hay que llevarlo a dormir. Podemos acunarlo, cantarle, mecerlo o lo que nos resulte más cómodo, pero conviene acostarlo mientras aún está despierto, si bien muy somnoliento. De esta manera, le permitimos que se duerma en la cuna.
  • Si el bebé utiliza chupete, no volver a colocarlo si se le cae.
  • Si el bebé está muy acostumbrado a dormirse en brazos, no podemos pretender que de una noche para la otra aprenda a dormirse quietecito en su cuna. Es preferible que la transición sea gradual: algunas noches seguiremos haciéndole palmaditas mientras esté acostado, otras noches evitaremos dormirlo con contacto pero seguiremos cantándole, así, hasta que podamos despedirlo con un beso y dejarlo tranquilo en su habitación sin que llore.

¿Cómo es la evolución del sueño del bebé?

Muchos padres creen que a partir de los seis meses lo normal es que el bebé duerma toda la noche o que si no para en todo el día, caiga agotado. Por eso, cuando no ocurre así, empiezan a pensar que hay algún problema. Estos temores son comprensibles, pero se reducirían mucho si las expectativas sobre el sueño infantil fueran más reales: cada pequeño tiene su propio ritmo.

También hay una tendencia extendida entre los padres a sentirnos culpables si nuestros hijos no duermen bien, pero eso no es así. Debemos tomarnos las cosas con calma y ante dudas y problemas acudir al pediatra para buscar explicaciones y solución.

sueno del bebe por edades

Sueño del recién nacido: El bebé de 0 a 6 meses

Suele dormir unas 18 horas. Su sueño está marcado, sobre todo, por la alimentación. Por esa razón, lo habitual es que se despierte más o menos cada dos o tres horas, condicionado por las tomas. Además, en el vientre materno no distinguía el día de la noche, por lo que no será hasta el mes y medio cuando empiece, sin conseguirlo en muchas ocasiones, a seguir los ciclos de luz-oscuridad.

En el segundo trimestre sus hábitos de sueño empiezan a cambiar. Ya suele echarse una siesta por la mañana y otra por la tarde, y por la noche los periodos de sueño empiezan a alargarse hasta cuatro o cinco horas. Pero no hay que olvidar que los despertares siguen siendo normales. Es habitual que los bebés que ya dormían seguido vuelvan a abrir los ojos (a estas edades el bebé está despierto en la cuna 6 de cada 100 minutos que pase en ella).

¿Cuánto sueño necesitan los bebés recién nacidos hasta los 6 meses?

Sueño del bebé  entre los seis y los doce meses

El bebé empieza a dormir toda la noche, o lo que es lo mismo, periodos de cinco o seis horas. Hasta entonces no se puede hablar de problemas para dormir, son sus ritmos biológicos naturales. De hecho, sigue siendo normal que los niños menores de tres años se despierten con frecuencia al cambiar el ciclo de sueño y que se muevan de arriba abajo en la cuna.

¿Cómo es el sueño de los bebés entre los seis y doce meses?

Sueño del bebé a partir del año

Ya suelen permanecer en la cuna de una manera más seguida. Aunque continúan despertándose, en la mayoría de las ocasiones se vuelven a dormir solos (unas 13 horas repartidas entre la noche y las siestas diurnas). Pero suele aparecer una nueva complicación: no quieren acostarse, tardan en dormirse, no quieren que papá o mamá se vayan de la habitación… Los padres pueden pensar que están tomándoles el pelo: «¿si antes lo hacía solo, porque ahora no?» A veces, es simplemente porque ha dormido durante el día y no tiene sueño. Pero, en otras ocasiones, ocurre porque a esta edad surgen los primeros temores: a la oscuridad, a determinados objetos, a situaciones, etc. Necesitan más que nunca nuestra ayuda y compañía.

Conocer las diferentes fases por las que atraviesan nos ayudará a entender mejor sus comportamientos, sus miedos y necesidades.

El sueño del bebé a partir del año ¡No quiero irme a la cama!

Fuentes

  • Mustela
  • Enfamilia – Asociación Española de Pediatría
  • Kidshealth

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