Casi todos los padres recuerdan el primer día de cole de sus hijos porque es un momento señalado que indica que se está haciendo mayor. Pero el primer día de guardería también es muy importante, ya que suele ser la primera separación de papá y mamá. Por eso, es importante ayudar a nuestros hijos a adaptarse a esa etapa tan emocionante en sus vidas.
15 Consejos para una buena adaptación a la guardería
¿Cómo se adaptará? ¿cómo será el día a día en la guardería? ¿qué deberíamos hacer como padres? Te damos algunos consejos para que la etapa del bebé en la guardería transcurra lo mejor posible.
Hablar en casa del cole, recorrer con el niño el camino hasta la guardería para que se vaya familiarizando con el trayecto, leer en casa cuentos sobre el tema, jugar con muñecos a “la guarde”, contarle cómo recordamos nuestros primeros días en la escuela infantil, hablar con el niño de lo que hay en el aula, de lo que sepamos que va a hacer en clase… Todo vale para crear un clima de familiaridad.
Normalmente, en las escuelas infantiles diseñan un calendario de mínimos según el cual los niños se incorporan por turnos durante la semana: unos pocos van lunes y miércoles, otros martes y jueves… O bien establecen un horario de modo que algunos vayan las dos primeras horas y los otros las dos siguientes. Cada niño y sus padres tienen sus ritmos, y en las escuelas infantiles están acostumbrados a respetarlos. Si vuestro trabajo os permite hacer un aterrizaje más gradual en la rutina, aprovechadlo. Y si no es posible, no os sintáis mal: vuestro hijo se va a adaptar estupendamente.
En muchas escuelas está establecido que los primeros días el niño esté acompañado por su padre o por su madre. Es una buena manera de generar confianza en el nuevo espacio y las nuevas rutinas y de empezar a establecer un vínculo con la educadora desde los brazos de las figuras de referencia del niño y les da seguridad.
Cuando llevamos al peque a clase, siempre, siempre, siempre, nos tenemos que despedir de él. Aunque llore o proteste. “Cariño, me voy a trabajar y tú te quedas en el cole con la profe y con los niños, después de comer vengo a buscarte”. Un beso, un “te quiero”… Darles referencias claras para ellos, como “después de comer”, ”después de jugar en el patio” o “después de la siesta” vengo a recogerte les ayudará a saber a qué atenerse. Los niños pequeños llevan mal la incertidumbre, y marcharse aprovechando un momento de distracción solo hará que se sienta abandonado.
Somos nosotros, los padres, quienes tenemos que poner límites. La despedida tiene que ser afectuosa, positiva… y breve. Alargar el adiós en la puerta del cole ralentiza todas las rutinas del aula y causa más angustia en el niño. Una explicación corta, un beso bien gordo y nos vamos con una sonrisa.
Si lo permiten en la escuela infantil de tu hijo, a algunos niños les viene bien llevarse un objeto de apego: un muñeco al que le tengan cariño, su mantita… algo familiar que les haga sentirse conectados a su hogar, ya que les da seguridad.
Fundamental. Si llegas con el tiempo justo siempre vas a tener más nervios, y se los transmitirás. Y para el niño es muy importante que estés puntual para recogerle.
Pasar tiempo en la guardería implica estar lejos de ti, su figura de referencia. Lo que quieren los niños, todos, es estar con sus padres, y en los primeros años de vida, especialmente, con su madre. Cuando le recojas, olvídate de todo lo demás y juega con tu hijo, llévale al parque, habla con él, valora lo que hace en el cole…
Nadie conoce a tu hijo mejor que tú. No tengas ningún problema en hablar con la educadora de tu hija o tu hijo sobre su evolución, cualquier cambio de actitud, lo que te inquieta… La agenda en la que apuntan en muchos centros cómo le ha ido el día al peque es de gran ayuda.
Dejar el biberón, dejar el chupete, organizar el menú diario para que la comida de la guarde y la cena en casa sean equilibradas… Todos estos aspectos deben coordinarse con la escuela, para que la estrategia sea conjunta.
La ropa cómoda, fácil de poner y quitar (en alguna guarderías especifican que en lo posible es preferible evitar los petos) y que transpire bien es la mejor idea. En muchos centros piden también que dejemos allí alguna muda interior y otra exterior por si hace falta en un momento determinado. Y el babi o la bata de guardería, además de un babero, son otros imprescindibles. No olvides marcar todas sus prendas para evitar extravíos.
Sí, a no ser que en la guardería elegida nos avisen de que ese gasto corre de su parte. También es habitual que nos pidan que llevemos otros objetos básicos que se quedarán en el casillero del bebé, como crema para que no se irrite la piel por el pañal si es sensible a él y un par de chupetes si los usa.
Depende del centro, por eso lo mejor es preguntar si no nos han informado antes. En muchas de ellas es el centro el que la proporciona, en otros permiten que llevemos algo de fruta y/o leche. Si el bebé es muy pequeño y toma leche de fórmula de una marca concreta y no otra, habrá que llevarla también. Y en caso de que tome pecho es posible que nos la guarden en el frigorífico si la llevamos. En este punto conviene siempre preguntar antes de que llegue el primer día para no equivocarnos.
Procura que no sea necesario coger el autobús, pues además de los peligros que ello conlleva sobre todo en lactantes pequeños, un centro cerca de tu hogar te permitirá poder ir paseando al llevar o recoger a tu hijo, lo que os reportará beneficios saludables. Además si un día decides que tu hijo coma en casa, la proximidad al centro te facilitará recogerlo sin tener que perder tiempo por los dichosos atascos en horas punta, sobre todo en las grandes ciudades.
Es importante que te informes pronto sobre las escuelas y los plazos de admisión, ya que lamentablemente en las guarderías hay pocas plazas para muchas solicitudes. En el ayuntamiento te podrán dar una lista de las escuelas infantiles que tienes en tu zona. Los costes de las escuelas dependen en muchos casos de las horas que dejarás a tu hijo allí y de si necesitarás el servicio de comedor. Normalmente en las guarderías hay más solicitudes que plazas disponibles. Por eso es importante que solicites plaza en varias.
¿Qué hago si el bebé no se adapta bien a la guardería?
Si a pesar de todos estos consejos, el bebé no se adapta a la guardería, ten en cuenta estos otros aspectos:
Sintonizando rutinas
Cuando se trata de bebés muy pequeños, lo más probable es que tu hijo no tenga aún una noción clara de tu ausencia ni del paso de las horas. Si el bebé no se adapta a la guardería, tal vez se deba al cambio de rutina entre lo que eran sus horarios en casa y los de la guarde. Conversa con sus educadoras para asegurarte de que el bebé está durmiendo su siesta cuando le corresponde, que se lo alimenta de la misma forma que en casa, que se le canta alguna de las cancioncillas que lo ayudan a calmarse, y que lleva consigo su juguete preferido o su manta de dormir.
Compensar tus ausencias
Ahora que tu bebé o tu niño pequeño asiste durante algunas horas a la guardería y te echa de menos, procura que el tiempo que estás con él sea de calidad: dale más besos y abrazos. Si todavía toma el pecho, amamántalo más seguido, y considera la opción del colecho para transmitirle seguridad y confianza. Todo ello repercutirá positivamente en su adaptación a la guardería.
Mantén la calma
A ninguna mamá le gusta recoger a su niño por la tarde y encontrar marcas de llanto en su rostro. Pero si la perspectiva de la guardería te angustia a ti, tu pequeño lo percibirá y la adaptación será todavía más difícil. Debes permanecer firme y tranquila, sabiendo que has elegido la mejor entre las opciones posibles, y que dejas a tu bebé en buenas manos. Si pasado un tiempo aún no consigues esa confianza, considera otras alternativas, como contratar una niñera, recortar tus horas de trabajo o, eventualmente, cambiar de guardería.
Qué hacer si tu bebé llora cuando le dejas en la guardería
Hay bebés que desde el primer momento se adaptan a la guardería estupendamente y van siempre contentos y otros a los que les cuesta más la adaptación. Te contamos algunas razones por las que tu bebé llora cuando lo dejas en la guardería y qué puedes hacer.
¡Estaba bien adaptado! ¿Por qué ahora llora así en la guardería?
¿Por qué algunos bebés que siempre se despedían de sus padres con una sonrisa de repente se echan a llorar a gritos? Tal vez se deba a que tu bebé esté pasando por la etapa de la angustia de separación: si ya tiene entre 7 y 10 meses, ahora es consciente de que te ausentas por un período prolongado.
Anticipa la situación
Aún si crees que tu hijo es demasiado pequeño como para comprenderte, háblale siempre. Cuéntale que irá a divertirse a la guarde mientras tú trabajas, muéstrale qué cosas guardas en su bolso y dile que en unas horas irás por él. Y en el momento de dejarlo, por más que llore, despídete siempre: marcharte a escondidas no hará otra cosa que reforzarle su angustia y su sensación de abandono.
¿Cómo te sientes tú?
Muchos bebés dejan de llorar pocos minutos después de que mamá se ha ido. Vamos, ¡a veces tardan segundos en volver a sonreír y jugar! En cambio, si tu hijo se muestra angustiado en exceso, si sus cuidadores manifiestan que se lo ve ansioso, triste o apático mientras permanece en la guardería, pregúntate qué te está pasando a ti al despedirte de tu bebé. ¿Te sientes realmente cómoda con la decisión de dejarlo al cuidado de otras personas? ¿Tienes alguna duda respecto del personal de la guardería? Tal vez deberías considerar si no le estás transmitiendo tus propios temores en el momento de dejarlo, y evaluar qué opciones tienes.
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