La pérdida auditiva en el niño: oír y oír bien, dos cuestiones diferentes

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02/11/2022 - Tiempo de lectura 3 mins

Detectar la existencia de alteraciones en la audición del bebé no es una tarea sencilla para los padres ya que las pérdidas auditivas no se manifiestan de forma evidente durante los primeros años de desarrollo infantil.

La mayoría de los niños experimentan pérdidas de audición temporales durante su infancia. Esto es debido a la existencia de cerumen u otitis media. Recordad que la otitis media es dolorosa para el niño y puede dar lugar a una pérdida de audición. Debe tratarse rápida y adecuadamente.

Signos de posible pérdida auditiva

Existen algunos factores de riesgo que facilitan a los padres la detección de una posible pérdida auditiva.

Es importante su diagnóstico precoz en las primeras 48 horas de vida del bebé así como prestar la máxima atención en sus primeros meses de vida. Todas las señales que podamos detectar en ese periodo nos ayudarán a actuar a tiempo para aplicar su pronto y adecuado tratamiento en beneficio del desarrollo de su capacidad auditiva y de su lenguaje.

Os adelantamos algunas señales importantes y fáciles de detectar por vosotros:

Primer año del bebé:

  • No emite ningún sonido o no gira la cabeza cuando le hablan u oye ruidos.
  • No reacciona ante sonidos fuertes ni ante sonidos familiares.
  • No se tranquiliza al oír las voces de sus padres.
  • No juega con sus vocalizaciones imitando las del adulto.
  • Entre los 7 y los 10 meses los bebés giran la cabeza y los hombros cuando oyen sonidos familiares aunque estos sonidos no sean fuertes.
  • Las primeras señales de comprensión de algunas palabras llegan entre los 11 y los 15 meses de edad. Es entonces cuando señalan o miran algunos objetos cotidianos y responden con balbuceos cuando nos dirigimos a ellos. Si vuestro hijo presenta varios de estos síntomas o simplemente sospecháis que pueda tener carencias en su audición, es fundamental, como primer paso, acudir al pediatra, quien le realizará una exploración completa y os remitirá al especialista si lo considera oportuno.

La deficiencia auditiva, no sólo supone una pérdida de audición en el pequeño, sino que influye tanto en el desarrollo cognitivo del niño, como en el físico y social. Es importante tener en cuenta que, dicha pérdida, puede verse afectada por el momento de su diagnóstico así como el tratamiento y rehabilitación realizados. Por ello es esencial la completa implicación de la familia para ofrecerle al pequeño todos los medios y el cariño para desarrollar su confianza y autoestima.

Recordad que la atención temprana permitirá el desarrollo del lenguaje y aprendizaje de tu hijo desde las primeras edades.

Nuestro hijo tiene pérdida auditiva ¿y ahora qué?

Recibir esta noticia es un momento de suma preocupación. Ante ello, una de las actitudes más comunes por parte de los padres es la incredulidad.
Después de que el estado de alarma ha pasado y una vez confirmada la deficiencia auditiva en el niño, los padres son quienes ostentan un papel vital en la estimulación del lenguaje desde ese instante.

Asimismo, todos los miembros de la familia deberán concienciarse para afrontar los retos que se generan ante la presencia de un niño sordo en la familia.

En esta etapa, debemos considerar la estimulación auditiva como base de su rehabilitación.

¿Cómo comunicarse con un niño con pérdida auditiva?

Puede ser una experiencia frustrante en la que la paciencia ha de ser la herramienta fundamental.

Orientaciones básicas para la interacción en el entorno familiar

  • Mediante el juego, a través de las palabras de los padres, el niño imitará con balbuceos lo que oiga.
  • Importante repetir los juegos y las interacciones que hacen que el niño esté más activo y participativo. Estimularle mediante diferentes sonidos y gestos.
  • Con el lenguaje, estimulamos la expresión del niño, por eso hay que hablar mucho con él en los primeros años de vida.
  • En la comunicación con vuestro hijo, ofrecedle un tono y expresión facial que vaya en consonancia con lo que expongáis con palabras.
  •  Paciencia, constancia y sobretodo una actitud positiva por parte de los padres.
  • Darle nombre a los objetos que se muestren al niño o a las acciones que él haga. Es muy importante la estimulación del resto de sentidos.
  • Mantener el contacto visual constante para que podáis captar toda la atención del pequeño. También debemos tener en cuenta el movimiento de nuestros labios y la expresión de la cara.

Y ante esta nueva situación es muy importante que todos los miembros de la familia (abuelos, tíos, primos, etc.) hagan un esfuerzo en la comunicación con el niño con pérdida auditiva.

Además de ello es fundamental continuar con un seguimiento cercano y profesional de su evolución así como realizar revisiones periódicas para valorar su estado, tanto físico como psíquico.

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