La poliomielitis en el bebé
En virtud de los programas de vacunación, la poliomielitis está erradicada en la práctica. En la gran mayoría de las ocasiones se desarrolla como una infección leve, si bien en uno de cada cien casos puede derivar en parálisis u otras secuelas importantes a largo plazo.
Causas de la poliomielitis
Como te explicábamos, esta enfermedad infecciosa está causada por tres tipos de poliovirus (1. 2 y 3). Es una dolencia muy contagiosa que afecta especialmente a bebés y niñas/os de corta edad (menores de cinco años). En este sentido, se transmite por vía fecal-oral. Lo habitual es que el virus entre en el organismo en agua o alimentos contaminados de materia fecal proveniente de una persona afectada. Asimismo, una deficiente higiene de las manos puede derivar en este problema.
Pese a que un elevado porcentaje de los infectados por la polio desarrollan una infección leve, siguen pudiendo contagiar la enfermedad a otras personas.
Síntomas de la polio en el bebé
Como te mostrábamos, en un elevado porcentaje de casos, la polio es prácticamente asintomática. En los casos en que la enfermedad se manifiesta con signos evidentes, el primero de ellos suele ser una fiebre de intensidad moderada o alta, según los casos. Este aumento de la temperatura corporal se da de 5 días a una semana antes de que otros síntomas aparezcan. Estas otras señales de la poliomielitis en el bebé serían:
- Cansancio y fatiga extrema.
- Dolor de cabeza.
- Dolor y atrofia muscular.
- Falta de apetito.
- Nauseas y vómitos.
- Estreñimiento.
- Rigidez de nuca.
- Dificultades para respirar.
Tratamiento
La poliomielitis, como tal, no tiene tratamiento. Por eso es tan importante la prevención mediante la vacunación. La vacuna poliomielítica oral, administrada en las dosis necesarias ofrece a los bebés una protección eficaz y segura de por vida.
Por suerte, esta enfermedad está cada vez más arrinconada y sólo es un problema serio en países en vías en desarrollo. En este sentido, después de haber viajado a una de estas zonas y entrar en contacto con un bebé o al desplazarnos con niños pequeños a lugares donde la poliomielitis aún es un problema, deberemos consultar con nuestro especialista para consultar si sería necesaria una vacunación de refuerzo.
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