La revisión pediátrica del cuarto mes
A través de diversos reflejos controlamos la evolución neurológica del niño, fundamental para observar que el desarrollo psicomotor es el correcto. El pediatra comprueba por ejemplo, si tu hijo ya puede mantener la cabeza erguida cuando se le intenta levantar tirando de las manos hacia arriba.
También controla si la fontanela (hueco óseo) de la cabeza del niño está abierta, para que el cráneo pueda crecer y desarrollarse sin problema. Al tercer mes, tu hijo ya fija la mirada, por lo que es capaz, sin problemas, de dirigirla hacia la persona que le habla o que está presente en su entorno, manifestando su alegría al vernos mediante pequeños balbuceos y sonrisas. Normalmente el niño sabe como mínimo gritar y chillar. El contacto mano-boca y mano-mano debería empezar a existir de forma activa. La intención de agarrar algo aparece algo más adelante.
Además de observar el correcto desarrollo motor del bebé, el pediatra vigilará todos los órganos y sistemas. Es importante el realizar una buena auscultación cardiaca para descartar cualquier cardiopatía. Por otro lado, la correcta evolución del peso, de la talla y de la circunferencia cerebral, nos informará de que la evolución del niño es la correcta.
Aprovechemos para controlar los hábitos de vida familiares centrados sobre todo en la alimentación, la higiene y en las posibles actitudes perjudiciales para el niño como el humo del tabaco.
Por último, si el estado del lactante es el adecuado, administraremos las dosis de vacunas correspondientes para seguir el calendario vacunal establecido previamente.
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