Madres de día, una guarde especial

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27/09/2016 - Tiempo de lectura 2 mins

Hay familias en las que los abuelos ejercen un papel clave cuidando tan bien como nosotros a nuestros hijos mientras estamos en el trabajo. Otras optan por una cuidadora que esté en casa y pueda ocuparse del bebé hasta que volvamos de la oficina. Y también existe una tercera alternativa, la más demandada: las escuelas infantiles o guarderías para niños de 0 a 3 años. Las tres posibilidades cubren las necesidades más importantes, vigilando el sueño del bebé, su alimentación, su higiene… Sin embargo, no son las únicas opciones. Cada vez más familias están descubriendo una cuarta alternativa que aunque en España aún es minoritaria, en países como Alemania lleva décadas funcionando con éxito. Son las llamadas madres de día, un sistema que consiste en que una  profesional de la educación acoge en su propia casa a un pequeño número de niños -por lo general, no más de cuatro- para acompañarlos en su desarrollo y atender sus necesidades. De esa forma se pretende que el trato sea más individualizado al tiempo que se procura un ambiente más parecido al de casa para que ellos se sientan como en un segundo hogar.

Regulación

Aunque en países como Alemania, Francia o Inglaterra son la primera opción para los padres y el Estado cuenta con normativas para organizar su ejercicio -en Inglaterra incluso están subvencionadas-, en España aún queda camino por recorrer. De momento tan solo Navarra y Madrid han regularizado la actividad, aunque parece que la tendencia es que en el futuro sean más las comunidades que cuenten con una regulación oficial ante la demanda de los padres. En cuanto al precio, es similar al de una escuela infantil privada.
¿Y qué hacen junto a su madre de día los niños? Pues además de cubrir necesidades básicas como la alimentación y el sueño, los niños juegan, se divierten, aprenden, se desarrollan y descubren poco a poco el mundo. Pero todo a su ritmo, dejando que sean ellos quienes marquen las pautas mientras la madre de día, a la que se exige que sea profesional titulada, interviene solo lo necesario. Es una de las ventajas de que sean tan pocos niños: que la atención es personalizada y al niño se le puede dar libertad siempre que se supervise su actividad para evitar cualquier riesgo.
Respecto a los requisitos, las instalaciones deben cumplir una serie de normas como que haya suelo antideslizante o una superficie mínima de 1,80 metros por niño. También se recomienda tener un espacio al aire libre o que haya un parque cerca de la casa y que la habitación para dormir y la de juegos esté separada.

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