No doy el pecho a mi hijo, y merezco el mismo respeto que tú
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“¿Y las que no hemos podido? ¿Acaso somos menos madres? A ver si muchas de las que dan lactancia materna hacen lo que yo he llegado a hacer por mi hija… Ya está bien de tratar como de segunda a las mujeres que no hemos podido dar el pecho”. Esta queja de Myriam en nuestro muro de Facebook resume muy bien el sentir de muchas madres que, por el motivo que sea, no han podido o no han querido dar el pecho al bebé. Y no son pocas.
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No eres la única que da bibe… unas cifras
Según el último informe del Comité de Lactancia Materna de la AEP, menos de la mitad de los recién nacidos en el mundo son puestos al pecho dentro de la primera hora de vida. Y solo 2 de cada 5 bebés (un 43% ) continúan recibiendo lactancia materna a los 6 meses, cuando la recomendación es que este sea el único alimento de los niños hasta esa edad. Son datos de UNICEF.
Si nos vamos a España, los números de la lactancia son casi un misterio, como reconoce la Asociación Española de Pediatría, que denuncia que “no hay un sistema oficial de monitorización y seguimiento de la lactancia adecuado”. Proceden de encuestas puntuales realizadas por profesionales sanitarios y de las Encuestas Nacionales de Salud (ENS), que no siguen el mismo sistema que en la OMS. Pero, según este indicador, el 71% de los bebés españoles siguen tomando el pecho cuando tienen 6 semanas de vida (o sea, que el 29% toman biberón), y la cifra se reduce al 46,9% a los seis meses (es decir, hay una mayoría silenciosa del 53,1% de bebés que toman leche de fórmula).
Los beneficios de la lactancia materna son innegables, pero también es incontestable que muchos niños no son alimentados al pecho nunca, o solo durante sus primeras semanas de vida, y, por supuesto, se desarrollan de manera completamente normal, crecen sanos y felices y tienen fuertes vínculos con sus madres. Dar el pecho es lo mejor, pero no te hace mejor madre ni a tu hijo mejor hijo.
Motivos para no dar el pecho al bebé y dar el biberón
“Cada madre que haga lo que crea mejor para su hijo y nadie debería opinar sobre cómo cría cada uno a su bebé porque siempre habrá algo que a mí me parezca bien y a otras no. Yo di pecho todo el tiempo que pude, pero por motivos médicos que no tengo por qué contar tuve que dejarlo y estoy un poco harta de que me tachen de mala madre por ello. Nadie conoce la vida de nadie para juzgar” (Nuria).
No hace falta justificar la decisión de alimentar a tu hijo con leche de fórmula (ni, como nos comentaba Nuria en Facebook, hay derecho a que te señalen con el dedo por eso), pero podemos hablar de los motivos por los que muchas mujeres toman la decisión de no dar el pecho al bebé.
En uno de los últimos estudios publicados sobre este tema en España, preguntaron a 569 madres por sus motivos para abandonar la lactancia. El principal motivo fue la sensación de baja producción de leche (29%), seguido de la incorporación al trabajo (18%).
La dificultad para combinarlo con la actividad laboral (43%), dar el pecho en lugares públicos (39%), los despertares nocturnos (62%) y el menor aumento de peso del bebé (29%) fueron los inconvenientes más referidos. La incorporación laboral fue el principal motivo para elegir la lactancia artificial (34%) y para iniciar la lactancia parcial (39%).
La vuelta al trabajo, problemas para dar el pecho en lugares públicos… Parece que la sociedad no ayuda, precisamente. Y lo cierto es que puede haber mil motivos más: razones emocionales, de salud, no apañarse con la lactancia, convicciones personales… Tener que pasarte el día escuchando comentarios como “¿Y no le das el pecho? ¡Si es lo mejor!” o “Pues yo le he dado el pecho un año y medio y nos ha ido genial” no viene a cuento, es poco respetuoso y no ayuda a ninguna madre del mundo.
Bravo tú
“Y, ¿dónde está el momento para defender a las mamis que, por las circunstancias que sean, dan bibe a sus hijos? Vaya tela…” (Paloma)
Pues aquí está el momento. Porque cada una vive la maternidad como quiere y como puede, como todo en esta vida. Porque ya está bien de que nos hagan sentir culpables, ya sea por dar el biberón, por dejar a nuestro hijo en la guardería o con una cuidadora para irnos a trabajar, por no tener una despensa ecológica al cien por cien o por regalarle un traje de princesa a la niña (o al niño).
Porque ser madre se parece más a una carrera de obstáculos que a un concurso de belleza en el que hay que responder sobre cómo lograríamos la paz mundial. Las madres no necesitamos sermones ni miradas de suspicacia, sino, sinceramente, que nos dejen inventarnos y construir nuestra maternidad cada día con tranquilidad y sin críticas destructivas, en función de nuestras circunstancias y de cómo somos nosotras y nuestros hijos.
Porque los niños alimentados con biberón son tan queridos, están criados con tanto apego y crecen tan listos, fuertes y bonitos como los que están alimentados al pecho. Y sus madres, como todas las madres, se merecen un monumento. Así que, ¡bravo tú, mamá!
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