¿Por qué mi bebé llora con sus abuelos?
Este artículo trata de:
De repente, el bebé llora cada vez que está con sus abuelos ¿Por qué sucede esto? ¿Cómo puede ser que llore con alguien que está con él y lo cuida desde que es pequeñito? ¿Qué podemos hacer si los niños cuando son pequeñitos rechazan a los abuelos?
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Una posible explicación: ansiedad frente a los extraños
La angustia de separación aparece en los bebés entre los 7 y 8 meses. A esa edad, empiezan a preferir el contacto con sus padres en vez de con todos los demás. En ese sentido, un abuelo puede ser fácilmente catalogado como un “extraño”, en especial si el bebé no lo ve con frecuencia. El bebé llora con sus abuelos como lloraría con cualquier desconocido, la diferencia es que con el tiempo sí llegará a conocerles y a quererles.
“¡Pero si lo cuido desde que tenía semanas!”
¿Por qué, si está desarrollando ansiedad con los extraños, de repente empieza a llorar con la abuela que lo cuida todos los días desde que era pequeño? A veces el bebé está tranquilo mientras lo cuida su abuela, pero rompe a llorar en cuanto regresa su madre. Otras veces el niño puede estar tranquilo en brazos de sus padres y sonreír a los abuelos, pero ni por asomo permite que lo cojan en brazos. La respuesta es la misma: no quiere separarse de su madre. Asocia la figura de los abuelos canguros con la ausencia de los padres, y por eso llora. Lo más conveniente es que mamá y papá se despidan sin tanto alboroto, ya que al rato el pequeño se tranquilizará y jugará con sus abuelitos como lo viene haciendo siempre.
Otras posibles causas de por qué los niños rechazan a los abuelos
Más desconcertante aún es cuando el bebé parece rechazar a un abuelo en particular pero no al otro, aunque los visite con la misma frecuencia. En ocasiones esto puede deberse a detalles impensados, como miedo a cierta característica facial, a las gafas, las barbas, una voz aguda o una fragancia muy intensa.
¿Qué se puede hacer si un bebé llora con sus abuelos?
Si un nieto nos rechaza, no tomarlo como algo personal. No hay que obligar al bebé a socializar; es preferible ignorarlos un poco, conversar con los padres, y dejar que sea el niño quien poco a poco se vaya acercando. En cuanto a los padres, no deben obligar al bebé a ser tomado en brazos durante un ataque de llanto, hay que tomarlo como algo pasajero y una etapa que pasará pronto.
Si los abuelos están poco presentes en la vida del bebé, visitarlos de manera más seguida puede ayudar a que dejen de considerarlos desconocidos. Finalmente, hay que mantener la calma: un rechazo inicial cuando los nietos son bebés no implica que no se pueda construir, con el tiempo, una relación estrecha y muy beneficiosa entre abuelos y nietos.
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