Problemas de salud de los bebés prematuros
Este artículo trata de:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que uno de cada diez partos que se producen en el mundo anualmente es anticipado. Lo que se traduce en unos 15 millones de niños prematuros cada año y la tendencia va en aumento. A continuación te hablamos de algunos de los problemas principales que pueden aparecer en los bebés prematuros.
Índice de contenidos
El peligro de la anemia en bebés prematuros
La anemia es uno de los problemas en bebés prematuros más habituales y graves. Se trata de una concentración baja o muy baja de hemoglobina en la sangre, sustancia imprescindible para que los glóbulos rojos transporten el oxígeno. Esta afección, más que una enfermedad en sí misma, es un efecto secundario derivado de ciertos aspectos, como una alimentación deficiente en hierro.
Las causas
Las encuestas del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que casi el 8% de los bebés que nacen en España son prematuros. Y la anemia en estos niños puede suponer un problema grave si no se trata con celeridad. Lo cierto es que los bebés son más propensos a sufrir anemia porque la producción de hemoglobina se reduce temporalmente. Asimismo, no cuentan con suficiente cantidad de sangre para afrontar el crecimiento y los glóbulos rojos (que almacenan la hemoglobina) tienen una vida más corta.
En los bebés prematuros, esta afección puede estar provocada por pérdidas de sangre sufridas durante el alumbramiento, así como por ciertas infecciones, incompatibilidad de la sangre de la madre y el niño y por problemas relacionados con la nutrición. Si la mamá cuenta con antecedentes familiares de anemia, esto supone un factor de riesgo para el recién nacido.
Indicios en los bebés
Sólo un médico puede diagnosticar si el pequeño sufre anemia. No obstante, hay una serie de síntomas que pueden alertar de la situación:
- Si el niño presenta una palidez fuera de lo normal o un adormecimiento desmesurado,
- Poca actividad cuando está despierto
- Otros rasgos típicos de la anemia son los problemas para tragar alimentos y las complicaciones al respirar.
Los tratamientos que recetan los especialistas pueden ser desde cambios en la alimentación, si la anemia no es grave, hasta transfusiones en los casos más severos.
Hipotermia
Otro de los problemas en bebés prematuros, es el que tienen estos niños para conservar la temperatura corporal en los grados normales. Así, estos bebés tienen más probabilidades de padecer complicaciones que tienen que ver con la hipotermia. A su vez, esta escasez de calor en el organismo puede causar una disminución de los niveles de azúcar en sangre (hipoglucemia) y un aumento de la acidez.
Hemorragia cerebral en bebés prematuros
Casi uno de cada cinco bebés que presenta un peso inferior a dos kilos al nacer tiene hemorragias cerebrales, según los datos que maneja la OMS. Son complicaciones severas que, si no se tratan con rapidez, pueden acarrear problemas en el desarrollo y en el aprendizaje de los niños, así como parálisis de ciertas partes del cuerpo.
Es importante que sepas que la cantidad de semanas de antelación con las que se produce el alumbramiento es un factor determinante en los casos de hemorragia cerebral en bebés prematuros. Y es que, a mayor anticipación, las posibilidades de sufrir esta afección son altas porque es, en las últimas diez semanas de gestación, cuando los vasos sanguíneos finalizan su desarrollo.
No es habitual que aparezca la hemorragia una vez que el bebé ha cumplido un mes. Si el sangrado es pequeño, no suelen darse grandes complicaciones a largo plazo, pero, si existe coagulación, el acumulo de sangre puede presionar o filtrarse en la masa cerebral. Y entonces hay que tomar medidas de manera inmediata.
¿Cómo detectar una hemorragia cerebral en bebés prematuros?
Antes de nada, debes de saber que la hemorragia cerebral puede no causar indicios. Pero en algunos casos pueden aparecer una serie de síntomas que hagan sospechar la presencia anormal de sangre en el cerebro. Puede estar ocurriendo una hemorragia cerebral en bebés prematuros si observamos lo siguiente:
- El bebé tiene problemas para respirar
- Está cansado o apático
- Realiza movimientos anormales
- Tiene espasmos
Así las cosas, es muy importante observar detalladamente el comportamiento del bebé durante las primeras semanas de vida, sobre todo si el niño ha nacido antes de las 37 semanas de gestación. En caso de detectar alguno de los síntomas antes descritos, es imprescindible solicitar asistencia médica, ya que puede llegar a causar graves daños en su organismo.
Los especialistas señalan que los instrumentos más fiables para diagnosticar la hemorragia intraventricular son la ecografía de la cabeza, los análisis de sangre indicados para detectar anemia y la acidosis metabólica. El médico controlará al bebé para mantenerlo estable y evitar que surjan otros problemas relacionados con la hemorragia cerebral. Si la presión que ejerce la sangre sobre el cerebro es excesiva, será necesario realizar drenajes o punciones lumbares para aliviar ese aplastamiento.
Problemas oculares en bebés prematuros: la retinopatía
La retinopatía en bebés prematuros es uno de los problemas oculares más comunes en los bebés prematuros. En este sentido, estamos ante un defecto ocular caracterizado por un desarrollo anormal de los vasos sanguíneos de la retina. La mayor parte de los casos relacionados con esta afección se resuelven sin mayores problemas ni efectos secundarios sobre la retina. Sin embargo, en algunas ocasiones se pueden dar complicaciones, en forma de desprendimiento de la pared ocular o ceguera.
La retinopatía del prematuro se caracteriza por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos de la retina. Al nacer de manera prematura, los vasos sanguíneos de la retina (que empiezan a desarrollarse en el primer trimestre del embarazo) pueden detener su desarrollo o crecer de manera anormal. Esto, unido a su fragilidad natural, puede provocar problemas de sangrado en los ojos. Bebés nacidos antes de la semana 31 de gestación y con un bajo peso son los que tienen mayores posibilidades de desarrollar la retinopatía.
Factores de riesgo
El factor de riesgo fundamental es haber nacido antes de que se complete la gestación. Cuanto más prematuro es un bebé, más posibilidades existen de que éste pueda padecer una retinopatía.
Otros factores de riesgo serían:
- Bajo peso del recién nacido.
- Cardiopatías.
- Infecciones.
- Niveles elevados de CO2 en la sangre.
- Baja acidez y niveles de oxígeno en sangre.
- Problemas respiratorios.
- Bebés que han recibido una transfusión.
Síntomas de la retinopatía del prematuro
En función de sus diferentes etapas, la retinopatía del prematuro puede presentar una serie de síntomas distintos. Algunos de los más habituales y evidentes son: crecimiento anormal de los vasos sanguíneos, desprendimiento parcial o total de la retina, miopía, estrabismo, movimientos oculares anormales, pupilas blanquecinas…
Los especialistas determinan que el diagnóstico y tratamiento precoz de la afección (durante las 72 horas posteriores a la detección) resulta esencial a la hora de curar la dolencia y evitar que derive el problemas oculares más serios.
Hemorragia en los pulmones en prematuros
Aunque la incidencia no es muy alta, sí lo es la tasa de mortalidad, que asciende al 60%. Incluso, en los casos que se tratan desde el primer momento. Cuánto más se aproxime el nacimiento a las 40 semanas, menos riesgos habrá de que ocurra una hemorragia pulmonar en bebés prematuros y, sobre todo, de que ésta sea mortal. Los niños que llegan al mundo demasiado temprano suelen padecer complicaciones respiratorias, que pueden derivar en trastornos crónicos. Tanto es así, que los padres tienen que administrar a muchos de estos pequeños oxígeno durante varios meses para favorecer el desarrollo de la actividad respiratoria.
Pulmones sin formar
La principal causa que provoca la aparición de una hemorragia pulmonar en niños prematuros es que los pulmones de los bebés afectados todavía no han terminado de formarse, según indica la Organización Mundial de la Salud. Es decir, que su desarrollo ha quedado a medio camino y no tienen sus capacidades plenas. Asimismo, hay una serie de aspectos que aumentan las posibilidades de que un niño sufra una hemorragia de esta clase. Los trastornos hemorrágicos, las limitaciones en el crecimiento intrauterino y el uso de aparatos para facilitar la respiración de los bebés pueden incrementar los riesgos de padecer esta afección.
Y es que una veloz bajada de la presión dentro de estos órganos suele ser el motivo exacto que origina esta afección en los bebés que nacen antes de cumplir las 40 semanas de gestación. La gravedad de las hemorragias pulmonares hace que un diagnóstico temprano sea esencial para garantizar el bienestar del pequeño. En cuanto se detecten las primeras dificultades para respirar con normalidad, los padres deben acudir al especialista para que le realice las pruebas pertinentes. Para tratar las hemorragias pulmonares, lo habitual es recurrir a la ventilación asistida y la administración de antibióticos y plasma, además de a la adrenalina endotraqueal.
Problemas en bebés prematuros: ictericia
Entre las principales causas de que aparezca ictericia en bebés prematuros se encuentra el crecimiento deficiente del hígado. El indicio principal de ictericia en estos bebés es la coloración que toma su piel. No es una afección grave, pero en algunos casos los niños pueden presentar algunos síntomas como agotamiento, apatía y dificultades para tomar la leche.
Más información: La ictericia neonatal
El vello en bebés prematuros
En líneas generales, podemos afirmar que todos los pequeños tienen vello al nacer. Es lo que se conoce como lanugo. Se trata de un mecanismo de defensa que desarrolla el bebé, puesto que su cuerpo carece de grasa cuando sale del vientre materno. Este vello es muy fino y ya cubre toda la piel corporal del niño en la semana 20 de gestación.
Aunque el lanugo no implica problemas de salud (incluso es beneficioso en algunas fases del desarrollo), lo cierto es que el vello corporal en bebés prematuros es frecuente. Las zonas en las que el lanugo aparece de forma más notable son la espalda, la parte superior del cuello y los hombros. El lanugo puede ser visible durante más o menos tiempo en el cuerpo de los pequeños y la cantidad de vello también es variable según el grado de desarrollo presentado al nacer.
Desaparición del lanugo
Lo normal es que el exceso de vello corporal en los bebés que nacen antes de tiempo vaya desapareciendo a lo largo de sus primeras semanas de vida. Y es que las tareas habituales que implica el cuidado del pequeño, como bañarle, ponerle las prendas de vestir, cogerle en brazos, etcétera, provocan que el lanugo vaya cayendo de la piel progresivamente durante ese período.
Por otro lado, el bebé que nace con antelación puede tener una piel demasiado fina, con lo que son más visibles las pequeñas venas que se encuentran más cercanas a la superficie cutánea. Se trata de una circunstancia que está dentro de la normalidad, puesto que este proceso de formación inconcluso es una consecuencia de su condición de bebé nacido antes de finalizar la gestación.
No obstante, el vello corporal en bebés prematuros no es, ni mucho menos, uno de los trastornos más preocupantes que pueden sufrir estos niños. Se trata de hecho casi anecdótico y no debe ser motivo de preocupación para los progenitores del menor afectado.
Si el niño presenta alguna de estas dolencias, un tratamiento adecuado puede evitar que la padezca el resto de su vida. Cuestión que también depende de con cuántas semanas de adelanto haya nacido el pequeño y la atención médica recibida durante el alumbramiento y en los días posteriores.
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