Qué hacer si mi bebé tiene fimosis
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Qué debemos saber en estos casos
Es necesario tener en cuenta que la mayoría de los niños al nacer tienen el prepucio muy pegado al pene y no permiten que se retire la piel. En algunos casos desde el primer día permite su retirada por completo, pero no es algo demasiado común.
A medida que va pasando el tiempo, el prepucio se va separando aunque no existe un tiempo exacto para que ello suceda, cada niño tiene su ritmo. En ocasiones podemos ver que aunque la piel se va separando no llega a hacerlo por completo y no queda el glande completamente al descubierto.
Cualquier mamá o papá podría tener muchas preguntas en caso de que su bebé tenga esta afección. ¿Hay que operarle rápidamente? ¿Puede ser grave en un bebé? ¿Qué cuidados hay que proporcionarle? Estas son algunas de las muchas preguntas que pueden aparecer, pero que intentaremos responderos en este artículo, para que tengáis tranquilidad y no os alarméis.
La fimosis en el bebé
Si tu bebé tiene fimosis es necesario que tengas en cuenta que muchos pediatras no recomiendan operarles para eliminar este problema antes de los cuatro años. En muchos casos, antes de llegar a esta edad, la fimosis se resuelve de manera natural, por lo que lo más aconsejable es armarse de paciencia y no pensar que es algo malo para el pequeño, pero eso sí, proporcionarle unos cuidados específicos en cuanto a higiene se refiere.
Es importante la limpieza del prepucio y del glande todo lo que sea posible, pero sin tirar demasiado de la piel del prepucio, solamente hasta donde sea posible. Nunca hay que tirar para dejar el glande al descubierto porque se pueden producir pequeñas microfisuras que podrían ser problemáticas y el bebé podría llegar a tener alguna infección. Por esa razón, hay que dejar que la naturaleza siga su ritmo, sin forzar.
En caso de que el niño haya cumplido 5 o 6 años y el problema persiste, puede hacer que la salida de orina se vea obstaculizada y cada vez cueste más realizarle la limpieza de la zona, es recomendable llevarlo al pediatra, quien se encargará de eliminar las adherencias de piel y de valorar si realmente se trata de un caso de fimosis.
En este caso será el especialista quien decida si necesariamente hay que someter al niño a una intervención. En caso de que sea así, no hay que preocuparse, la intervención es muy sencilla, se tarda muy poco tiempo en llevar a cabo y la recuperación es bastante rápida, aunque hay que tener ciertos cuidados.
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