Comodidad, tejido y abrigo son las tres claves para elegir el pijama del pequeño.
El bebé aprende poco a poco a dormir desde que nace y lo ideal es que los elementos que use para hacerlo no precisen de nuestra intervención, así lo que el pequeño asocie al sueño (chupete, peluche, mantita…) debe estar a su lado cuando despierte.
Para que el pequeño duerma tranquilo toda la noche es necesario seguir una rutina con los horarios y que le ayudemos a distinguir el día y la noche mediante las acciones previas. Pero es fundamental también que use un pijama o pelele adecuado a su piel y necesidades.
¿Cómo debe ser el pijama del bebé?
Un recién nacido duerme 16 horas diarias aproximadamente y al cumplir un año aún soñará durante al menos 13 horas al día, por eso los pijamas son tan importantes.
- Deben ser calentitos sin agobiar ya que si lo abrigamos en exceso el niño se despertará más y sudará, por lo que puede resfriarse después.
- Deben permitir libertad de movimiento y tener aberturas y botones que sean fáciles de poner y quitar para vestir con comodidad y rapidez al pequeño.
- Los bodies, pijamas y peleles con corchetes en la entrepierna o abertura en la espalda, a la altura de la cintura, nos permiten cambiar el pañal sin necesidad de desvestir al bebé, algo importante en invierno.
- Los pijamas con pie incorporado nos asegurarán que los pies quedan protegidos sin necesidad de calcetines o patucos que pueden soltarse.
- Los tejidos deben ser naturales, suaves, ligeros y transpirables. ¿El mejor? El algodón que es el que mejor cuida la piel de los pequeños y si es tundosado, nos ayudará a afrontar los días más fríos de invierno.