Un pediatra advierte de la inutilidad de un objeto de moda para conseguir estimular a los bebés

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01/06/2018 - Tiempo de lectura 2 mins
juguete sensorial para bebés

Sin embargo, en muchos casos esos beneficios no están comprobados, y en otros lo que está comprobado es que no existen. Es lo que ha ocurrido con un juguete sensorial que simula ser un cordón umbilical. Aunque el marketing haya funcionado a la perfección y haya conseguido buenas ventas, lo cierto es que ni consigue que los bebés se estimulen de una manera especial ni sirven como transición de ninguna etapa. Al menos, eso es lo que advierte el pediatra Alberto García Salido, que ha escrito un crítico hilo en twitter – en tono de humor donde deja clara la inutilidad de este tipo de productos.
Según explica el pediatra, se siente un poco «traumatizado» al haber conocido el producto, llamado BabyCord, ya que  “a un recién nacido le puedes poner al lado un ciempiés que le va a dar igual. Ni se duerme mejor. Ni se tranquiliza. Ni nada”, tras lo que añade que “tampoco estimula el desarrollo psicomotor. El plastic cordón no va a hacer que haga nada antes ni mejor. Le da igual. Achúchenle y ya”, recomienda recordando que los niños menores de un año se entretienen con cualquier cosa. Y que “no hay juguete que sustituya a unos padres, hermanos, familia cerca”.
 

Otros casos polémicos

El juguete sensorial que simula ser un cordón umbilical no es el primer producto que crea cierta polémica entre el colectivo médico. El propio García Salido recuerda que ya tuvimos suficiente con la moda de los pulpitos. Se refiere a los pulpos tejidos con ganchillo que se pusieron de moda hace cinco años, cuando un grupo de voluntarios en Dinamarca comenzó a tejerlos para regalarlos a los bebés prematuros. Creían que los tentáculos de punto guardaban cierta similitud con el cordón umbilical que alimentaba a los bebés cuando estaban en el vientre materno, y que por eso podía ayudarles a sentirse bien durante el tiempo que pasaban en las incubadoras.
La moda llegó después al Reino Unido, donde el Hospital Poole acogió el proyecto con los brazos abiertos. Sin embargo, poco tiempo de después un sector de la neonatología se mostró en contra de estos peluches, que consideraban incluso peligrosos para los bebés prematuros por la posibilidad de que pudieran sufrir infecciones. Un estudio publicado en Pediatrics con el título Bacterial Colonization of Toys in Neonatal Intensive Care Cots concluyó el año pasado que casi todos los juguetes colocados en las incubadoras neonatales de cuidados intensivos tienen bacterias que pueden causar infecciones en los recién nacidos prematuros.
 

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