¿Por qué se producen los vómitos en los bebés?
Este artículo trata de:
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el vómito no es una enfermedad, sino que es un síntoma. Además, en la etapa de lactancia es importante que sepamos distinguir entre regurgitaciones y vómitos del bebé. A continuación, te hablaremos de las causas que pueden provocar estos vómitos en los bebés, un tema que es motivo de preocupación para muchos padres.
Índice de contenidos
Vómitos en bebés lactantes
Generalmente, los vómitos en bebés lactantes suelen ser frecuentes. Si bien, en muchos casos pueden deberse a las habituales regurgitaciones que se producen cuando el bebé toma el pecho, en otros casos, los vómitos en los bebés aparecen por causas más serias y deberíamos acudir al pediatra para que valore qué está pasando. En el lactante, que es la etapa comprendida entre el mes y los dos años, las causas de vómitos suelen ser de carácter infeccioso como gastroenteritis, infección de orina, otitis y meningitis, o de causa alérgica como son las intolerancias alimentaria.
Diferencia entre regurgitar y vomitar
Los padres deberíamos aprender a diferenciar cuándo nuestro bebé simplemente regurgita o cuándo el pequeño está vomitando por causas más importantes.
En los primeros meses de vida del bebé (normalmente hasta el año), es habitual que regurgiten algo de la leche que ingieren en las tomas, generalmente en el momento de eructar. En este caso, la salida de la leche por la boca no se produce de manera violenta, sino que sale sin esfuerzo y no suele expulsar demasiada cantidad. Los bebés suelen regurgitar por la inmadurez de su sistema digestivo. En principio, que nuestro bebé regurgite es algo normal. Sin embargo, si queremos que regurgite menos hay ciertas medidas que podemos poner en marcha como ofrecerle el pecho o el biberón sin esperar a que esté hambriento o darle la toma ligeramente incorporada y que esta se haga en un lugar tranquilo, en el que el bebé se sienta relajado.
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Por su parte, la acción de vomitar la definiríamos como “la expulsión enérgica del contenido gástrico por la boca”. En esta definición es importante detenernos en la palabra “enérgica”, pues al contrario que con las regurgitaciones, cuando el niño vomita lo hace con fuerza. Además, mientras que las causas de la regurgitación hay que buscarlas en el sistema digestivo todavía inmaduro del bebé, en que lo hemos sobrealimentado o en que ha mamado demasiado deprisa, en el caso del vómito, la razón puede ser un trastorno o una enfermedad, y en este caso deberíamos consultar con el médico.
Reflujo Gastroesofágico
Uno de esos trastornos que provocan el vómito en los bebés es el reflujo gastroesofágico, un problema que suele aparecer en los primeros meses de vida. Se produce cuando el esfínter esofágico no se cierra bien, permitiendo que salga una parte del contenido del estómago con fuerza. En este caso, el bebé sufre porque los ácidos del estómago le están irritando la mucosa del estómago.
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Causas de los vómitos en bebés
Las causas de que un bebé vomite dependen de varios diversos factores como pueden ser la edad del pequeño, si es un bebé es lactante o si ya consume otros alimentos más allá de la leche materna o de fórmula. Como hemos visto, en la mayoría de los casos, los vómitos en los bebés suelen ser habituales y no revisten gravedad, sin embargo, en otros casos, puede que un trastorno o una enfermedad grave se encuentren detrás de los vómitos y en ese caso deberíamos acudir al pediatra para que lo valore. Algunas de las razones principales de los vómitos del bebé serían:
- Factores relacionados con la alimentación como que se le esté sobrealimentando, que no le siente bien lo que está tomando o que no le guste un alimento determinado (cuando comienzan con la alimentación complementaria).
- Otras de las razones por las que el pequeño vomita puede ser que tenga intolerancia o alergia a ciertos alimentos como a las proteínas de la leche de la vaca.
- En muchos casos es una infección viral en el estómago la que suele provocar los vómitos. La más común es la gastroenteritis, enfermedad que suele ir acompañada por diarrea, dolor abdominal y, a veces, fiebre.
- En otras ocasiones, los vómitos pueden estar causados por enfermedades más graves como la estenosis pilórica hipertrófica (engrosamiento del píloro que produce una obstrucción en el estómago que no deja pasar los alimentos) o una Invaginación intestinal.
Medidas que podemos tomar
- En los lactantes pequeños es importante que el bebé eructe tras la toma, pero si no lo conseguís, no obsesionaros. Muchos niños no lo hacen. Si es tu caso, tranquila, no pasa nada.
- Si el bebé es lactante, se aconseja continuar con las tomas, optando porque sean más breves, pero más frecuentes.
- Como norma general, no lo acuestes nada más tomar el alimento, mantenlo unos 20 minutos incorporado.
- Muchos niños tragan aire con la toma. Es importante por tanto un agarre adecuado al pecho materno o a la tetina del biberón la cual deberá ser siempre adecuada al tamaño de su boca.
- Es muy importante asegurarnos de que el bebé o niño se encuentre bien hidratado para que recupere todo lo que ha perdido con los vómitos. En niños que ya no toman pecho, al principio se les puede dar pequeñas cantidades de líquidos y, si los tolera bien, podríamos ir aumentando la cantidad y frecuencia de ingesta de líquidos.
- Una vez que hemos visto que tolera los líquidos, podríamos empezar a introducir alimentos blandos en su dieta que sean adecuados para la edad del pequeño. Evitar especialmente aquellos que sean grasosos, pesados o picantes.
- Si en situaciones normales el descanso es importante, lo es aún más cuando el bebé o el niño vomita, ya que es un indicativo de que se encuentra mal.
¿Cuándo deberíamos preocuparnos y acudir al médico?
En general, es muy importante que el pediatra pueda diagnosticar la causa del vómito, recabar información sobre la edad de aparición, la relación con la toma de alimentos, las características del vómito (mucosas, biliosos, con sangre, etc.), su forma e intensidad, la presencia de otros signos acompañantes y la repercusión de este sobre el estado nutritivo del niño o de la niña. Con esta información y la exploración física del paciente, el especialista podrá actuar e intentar solucionar el problema. Algunos de las señales de alarma que nos indicarían que debemos acudir al médico son:
- Vómito con sangre o con bilis (vómito de color verde)
- Que esté acompañado de dolor abdominal intenso o de hinchazón abdominal
- Vómitos fuertes, repentinos y frecuentes.
- Si el bebé no deja de vomitar y los vómitos persisten tras 24 horas, incluso si no ha tomado nada. También si el bebé tiene menos de tres meses y vomita por lo menos dos de sus tomas.
- Otro signo de alerta es que tras vomitar aparezcan otros síntomas como manchas en la piel.
- Letargo, apatía o decaimiento en el bebé son otras señales que indican que algo no va bien. También que el bebé se encuentre irritado y molesto.
- Si los vómitos se acompañan con otros síntomas como fiebre, dolor de cabeza, tos…
- Hay que estar atentos por si el pequeño presentara cualquier signo de deshidratación.
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