¿Por qué tomar ácido fólico?
Este artículo trata de:
Si haces una consulta preconcepcional (es decir, una visita al médico antes de buscar un embarazo) seguramente el doctor ya te prescriba un suplemento de ácido fólico para que lo consumas por lo menos un mes antes de concebir. Esto se debe a que el organismo de tu futuro bebé lo necesita más en las primeras semanas de gestación, cuando tú ni siquiera sabrás que te has quedado embarazada. Si el embarazo es por sorpresa, no te asustes: acude a una consulta médica y empieza a consumir ácido fólico cuanto antes y continúa tomándolo por lo menos durante todo el primer trimestre.
Índice de contenidos
¿Qué es el ácido fólico y por qué tomarlo?
No sólo deberíamos dejar lista toda la parte logística para dar la bienvenida al bebé. También es buena idea preparar nuestro cuerpo para que nuestro futuro hijo crezca fuerte y sano dentro de él. Para lograrlo, los especialistas recomiendan poner en práctica sencillos hábitos saludables, como una dieta equilibrada y algo de ejercicio, y dotar a nuestro cuerpo de la cantidad de ácido fólico necesario.
Casi todo el mundo ha oído hablar de él alguna vez en relación a futuras mamás que, o bien están buscando un bebé o bien ya están embarazadas. Se trata de una vitamina del grupo B y resulta fundamental para que todo se desarrolle con normalidad en las primeras semanas de embarazo. Puede prevenir malformaciones en el feto, y la comunidad científica asegura que su consumo en la cantidad y período de tiempo adecuados puede reducir hasta en un 70% la probabilidad de que el bebé nazca con espina bífida u otras malformaciones fetales.
¿Cuánto y cuándo consumir ácido fólico?
La recomendación de los especialistas para todas las mujeres en edad fértil que estén pensando en quedarse embarazadas es que consuman 0,4 miligramos de ácido fólico diarios al menos un mes antes del embarazo y durante el primer trimestre de gestación (los defectos del tubo neural, que pueden desembocar en espina bífida, anencefalia o hidrocefalia, se originan por una alteración que se da en las primeras semanas del embarazo).
De esa forma es posible prevenir un alto porcentaje de defectos congénitos ya que el ácido fólico desempeña un papel muy importante en el crecimiento y desarrollo de las células y también en la formación de tejidos.
Alimentos con ácido fólico
El ácido fólico está presente en numerosos alimentos. Algunos de ellos han sido fortificados para añadirles más nutrientes, como la leche o los cereales. Las harinas de trigo y de maíz, las legumbres, los cítricos como las naranjas, los pomelos o las mandarinas, y las verduras de hoja verde son excelentes fuentes de folatos (ácido fólico no sintetizado). También puedes encontrar vitamina B9 en los huevos y en otros productos de origen animal, como los riñones. Sin embargo, no alcanza con una dieta variada para que las embarazadas obtengan las cantidades recomendadas diarias, ya que muchos de estos folatos se destruyen al cocinar los alimentos o al congelarlos. Siempre que puedas, consume una ensalada de hojas verdes crudas (por supuesto que muy bien lavadas y desinfectadas).
Algunas otras recomendaciones
- Si bien ya hemos visto su importancia, no deberías consumir cantidades excesivas de ácido fólico a menos que tu médico lo indique expresamente.
- Si tu suplemento vitamínico prenatal ya contiene entre 800 y 1000 mcg, no deberías tomar otro suplemento más.
- Sin embargo, si estás embarazada de mellizos, si ya has tenido un bebé con defectos de nacimiento tales como espina bífida, labio leporino u otros, o si padeces de obesidad o diabetes, el doctor probablemente te recomiende aumentar la dosis, llegando en algunos casos a los 4 mg diarios.
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