Así es el calzado ideal para una embarazada
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¿Qué tienen que ver el embarazo y los zapatos?
Mucho. Si estás en el primer trimestre aún no serás consciente, pero en el segundo trimestre tu cuerpo ya produce relaxina, una hormona que aporta flexibilidad a tus músculos y ligamentos, lo que hace que sea más fácil que sufras una torcedura de tobillo.
Además, con el aumento de peso se hace más complicado sostenerse sobre unos tacones, por el simple incremento (si alguna vez has engordado rápidamente sabes de lo que hablamos) y porque la presencia creciente de la tripita hace que se acentúe la curvatura lumbar, por lo que cambia el eje del cuerpo y es más complicado mantener el equilibrio.
Una correcta elección del calzado puede evitarte tanto torceduras de tobillo como tropezones o un agravamiento del edema (tobillos hinchados, mala circulación y retención de líquidos).
El calzado perfecto en el embarazo
- Durante el embarazo, busca un tacón intermedio. Ni demasiado alto (para evitar las pérdidas de equilibrio y los calambres) ni demasiado bajo (para prevenir el edema, la elongación del tendón de Aquiles y la inestabilidad y repartir mejor el peso en el pie). Los expertos hablan siempre de tacones de entre 3 y 4 centímetros y nunca más bajos de 2 centímetros.
- El pie debe quedar bien sujeto, para evitar castigar los tobillos y sufrir torceduras. Esto significa que el talón debe quedar cubierto o, si llevas sandalias, éstas tienen que llevar una goma o una tira en el talón que sujete bien para que el calzado no baile.
- La horma debe ser ancha. Ten en cuenta que, gracias al milagroso cóctel hormonal de tu organismo, puedes llegar a aumentar hasta dos números de pie a lo largo del embarazo.
- Elige suelas antideslizantes, para evitar resbalones y pon unas plantillas al zapato si ves que el pie va resbalando hacia delante dentro del zapato.
- La pisada tiene que ser muy cómoda, y dar apoyo al arco del pie, para evitar una inflamación del tejido conectivo o fascitis plantar.
- Los tejidos naturales se adaptan mejor a la forma del pie que los sintéticos.
Si estás embarazada, olvídate de…
- Las manoletinas, las chinelas, las sandalias romanas y las chanclas tipo havaiana. Son demasiado bajas.
- Los stilettos, los pumps y las plataformas. En el mejor de los casos, hacen sufrir innecesariamente a tus tobillos y tu columna vertebral.
- Mulés, D`Orsay y sandalias abiertas. Tampoco te aportan la estabilidad que necesitas.
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