Casarse embarazada: la boda más bonita
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Las cosas han cambiado
Los tiempos en los que el embarazo antes del matrimonio era algo que esconder quedaron muy atrás. Afortunadamente, las cosas han cambiado y muchas parejas deciden tener sus hijos sin pasar por el altar aunque para otras, el momento del embarazo se convierte precisamente en el perfecto para celebrar una boda. Y es que existen pocas cosas tan románticas como estar esperando un hijo en común, ¿no es el momento perfecto para celebrar una fiesta dedicada al amor?
Elige bien el momento
Casarse embarazada puede ser precioso pero, según la etapa del embarazo en la que te encuentres, puede que tengas algunas molestias a tener en cuenta. Por ejemplo, en el primer trimestre son frecuentes las náuseas y los problemas estomacales. Del mismo modo, cuando el embarazo está muy avanzado puede que tengamos más cansancio, dificultad para movernos… Por eso el segundo trimestre es el ideal para celebrar nuestra boda. Las mamás suelen encontrarse bien físicamente y llenas de energía, además, ya tendremos una hermosa barriguita que lucir (por supuesto, es fundamental darle protagonismo al bebé en la sesión de fotos).
Un vestido precioso
Como casarse embarazada es cada vez más común, hay muchas firmas de moda nupcial que ya crean modelos especiales para “gorditas”. Si nos estamos haciendo el vestido a medida habrá que avisarles de nuestra situación para que lo tengan en cuenta en las diferentes pruebas. Si no te gusta “marcar barriguita” puedes elegir un modelo corte imperio o tipo túnica. Si por el contrario le quieres dar protagonismo al embarazo, elige un vestido con corte sirena. Lo bueno es que con un toque de maquillaje y un peinado sencillo estarás radiante, ya que las hormonas del embarazo se encargan de que tu pelo esté más lustroso que nunca y tu cara tenga una luz especial.
Toma precauciones
Aunque estar embarazada no es una enfermedad, sí que hay que tener en cuenta las precauciones normales durante el embarazo. Por ejemplo, un detalle no menor es que no podrás probar ni gota de alcohol durante la fiesta. Las restricciones alimentarias (pescado crudo, embutido si no has pasado la toxoplasmosis, etc.) siguen vigentes ese día y también es importante escuchar a tu cuerpo y respetar las señales de cansancio que nos envíe.
Cuidado con la hinchazón
La hinchazón en el embarazo puede jugarnos malas pasadas y, aunque es más común en el tercer trimestre, los pies y los tobillos pueden aumentar de tamaño en cualquier momento. Por eso mejor elige tus zapatos solo un par de semanas antes de la boda. Los tacones altos no son muy recomendados por la incomodidad y el riesgo de caídas, pero estarás estupenda con unos zapatos de plataforma o cuña en la ceremonia que puedes cambiar por unas cómodas bailarinas cuando llegue la hora de bailar. Con el anillo pasa lo mismo. Si ves que se te han hinchado mucho los dedos puedes optar por casarte con un anillo que no sea el definitivo o arreglarlo después. Con estas sencillas recomendaciones disfrutarás al máximo de ese día con el invitado más especial dentro de ti.
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