Contracciones de falso parto, todavía no es hora
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Se conoce por el nombre de “parto falso” al hecho de acudir al hospital o a la maternidad por estar experimentando síntomas que podemos confundir con los del trabajo de parto, pero que aún no implican el nacimiento del bebé. Puede ser una experiencia frustrante y confusa, pero no debes sentirte mal: no serás la primera a la que le toca vivirla.
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Cómo se siente el falso parto
Se suele hablar de parto falso cuando la mujer ya está de 37 semanas de embarazo y comienza a sentir que las contracciones de Braxton-Hicks se vuelven más intensas y frecuentes. Un examen del cuello del útero comprueba que no hay dilatación y que el trabajo de parto propiamente dicho no se ha desencadenado.
En el caso de parto falso, la indicación es que la embarazada regrese a casa. Diferente es la situación si hay rotura de aguas, porque este es un signo irreversible de la inminencia del nacimiento, y aún si no hay dilatación será necesario inducir el parto pues el bebé está expuesto a una posible infección.
Pero entonces, ¿cuándo me toca?
Es normal que te sientas frustrada y desilusionada cuando estabas esperando con ansiedad el nacimiento de tu bebé y este parece demorarse. El falso parto es común en embarazadas primerizas, así como en mujeres que solo han dado a luz por cesárea y que entonces pueden dudar acerca de si determinados síntomas sean o no señal de que el parto haya empezado. Por otro lado, a veces las contracciones de falso parto pueden ser tan dolorosas que solamente el examen clínico puede confirmar si te has puesto de parto o no. Por eso, no te sientas mal, has hecho bien en ir a la maternidad si tenías dudas.
Si has cumplido 39 semanas, aún puede que falten varios días –o incluso algunas semanas- para tu verdadero parto. Pero estate atenta, también puede que sea cuestión de horas. ¡Paciencia!
Cómo reconocer las contracciones preparatorias de las verdaderas
La intensidad o el dolor no dan la pauta de que el parto se haya iniciado, pero sí la frecuencia de las contracciones y más aún, su regularidad. Las contracciones de parto falso son irregulares, se pueden sentir primero con mucha intensidad para después ir decreciendo. El dolor suele desaparecer o atenuarse con un baño tibio, o simplemente cambiando de posición. También se puede tomar un analgésico si tu médico lo cree conveniente.
En cambio, cuando las contracciones son de parto, ¡nada las detiene! Se van sucediendo en períodos regulares, cada vez más intensas y frecuentes. Si durante el plazo de una hora experimentas contracciones cada cinco minutos o menos, y claro, si rompes aguas, sabrás indefectiblemente que ha llegado la hora de dar a luz a tu bebé.
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