Desgarro perineal y episiotomía
Este artículo trata de:
En el momento en que en los cursos de preparación al parto se menciona el tema de la episiotomía a menudo se pueden escuchar susurros y comentarios entre las asistentes que expresan su preocupación. En realidad no tendrían que tener tanto miedo si estuvieran mejor informadas sobre la episiotomía o el desgarro perineal.
Índice de contenidos
Qué es un desgarro perineal
La zona perineal es el tejido entre la vagina y el ano, que durante el parto vaginal es sometido a una presión y dilatación fuertes, no habituales. Es comprensible que esos tejidos de la zona perineal hayan de distender en grado máximo para que permitan el paso del cuerpo del bebé y en ese estiramiento forzado, es fácil que se produzcan desgarros, a veces simplemente de la piel que no requieren reparación alguna y otros más profundos, que se suturan (cosen con hilo quirúrgico). Tanto unos como otros, curan fácilmente, en poco tiempo y no requieren unos cuidados muy especiales, salvo mantener una limpieza correcta de la zona.
Qué es una episiotomía
Por otro lado la episiotomía es, actualmente, un tema muy discutido entre los asistentes al parto, matronas-es y obstetras. Es una intervención obstétrica que ya se describió en el siglo XVIII y la idea era, evidentemente, favorecer a la mujer y al bebé, evitando a la mujer problemas posteriores del suelo pélvico (prolapsos e incontinencias) y facilitar la expulsión del bebé, tanto más si se intuía que éste estaba comprometido. Se generalizó su uso y, tras años de práctica, parece que no cumple el objetivo marcado, de ahí que se esté restringiendo su uso.
Actualmente, la tendencia es realizarla en caso de que exista una sospecha de pérdida de bienestar fetal que requiera una expulsión y/o extracción instrumental rápidas del feto y si se sospecha (nunca se tiene la certeza ni en un sentido ni en otro) que existe el peligro de que el tejido de la zona perineal se desgarre de forma descontrolada.
Cómo se realiza la episiotomía en el parto
Realizar una episiotomía no supone mayor dolor a la mujer, ya que se hace bajo anestesia, en un momento de contracción, cuando la cabeza del bebé está apoyada sobre el periné de forma que los tejidos están distendidos (estirados) al máximo y su grosor es mínimo, de manera que con un simple corte de tijera o incisión de bisturí, se hace una sección limpia que se repara sin que la mujer sufra dolor, puesto que sigue anestesiada la zona, por causa de la sutura (cosido quirúrgico). Como cualquier herida quirúrgica, la episiotomía provoca ciertas molestias, escozor al orinar, sensación de tirantez en la zona, etc. que van desapareciendo con los días; los puntos no hay que retirarlos, se caen solos en 8-10 días. Por lo tanto no hay que tener un temor irracional a la episiotomía necesaria.
Episiotomía: cuidados tras el parto
En España, esta práctica es todavía realizada de manera casi rutinaria: las cifras indican que casi la mitad de las mujeres tuvieron episiotomía durante sus partos, cifra muy superior a la recomendada por la OMS. Si eres una de ellas, aquí te damos algunas recomendaciones para el cuidado de la episiotomía y para que tengas una buena recuperación.
La higiene de los puntos de la episiotomía
La principal precaución que deberás tener al regresar a casa de la maternidad es higienizar muy bien la herida. La herida debe lavarse con agua hervida con sal (ya tibia, por supuesto) dos veces al día, y en cada oportunidad después de ir al baño. No debes secarla con papel higiénico sino con pequeños toques de una toalla limpia o una gasa. También se puede dejar secando al aire, ya sea con un abanico de mano o con el secador del cabello, pero ¡atención! Emplea solamente aire frío, ya que el aire caliente aumenta el riesgo de infección. Cambia con mucha frecuencia las compresas (evita en absoluto los tampones) y utiliza ropa interior de algodón.
Cómo aliviar el dolor
Los puntos de la episiotomía pueden ser dolorosos las primeras semanas, en especial al sentarse. Puedes tomar un analgésico que te haya indicado el médico (Ibuprofeno es el más común). Al sentarte, procura hacerlo en superficies firmes. También puedes aplicarte compresas frías o hielo en el área para desinflamarla, pero no lo hagas por más de diez minutos. Otra recomendación es consumir alimentos ricos en fibra, para evitar el estreñimiento y el dolor al defecar.
La clave: ¡paciencia!
Sabemos que estás muy incómoda, pero procura tomarte las cosas con calma. Por lo general, los puntos de la episiotomía se reabsorben y el material se cae por sí solo. Es importante que realices el control médico 6 semanas después de dar a luz para que tu médico corrobore que la episiotomía haya cicatrizado bien. Hasta entonces, procura descansar lo suficiente, no estar largos ratos de pie y no encargarte de más tareas de las que implica cuidar a tu recién nacido.
También conviene esperar el tiempo recomendado de 6 semanas (la famosa “cuarentena”) para retomar las relaciones sexuales, para así asegurarte de que la cicatrización sea completa. Es posible que al principio las relaciones te resulten un poco dolorosas porque el tejido cicatrizado es más rígido y la lubricación disminuye, en especial si estás amamantando. Los masajes en el área y la fisioterapia pueden ayudarte a recuperar la sensibilidad en la zona y a disminuir estas molestias.
¿Cuándo consultar al médico?
Acude al médico si el dolor empeora en lugar de mejorar, si la herida supura o tiene mal olor, si expulsas sangre cuando ya los loquios estaban disminuyendo, o coágulos mayores del tamaño de una moneda, si la zona está hinchada o enrojecida y si tienes fiebre mayor de 37,5º
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