Preparación al parto
Este artículo trata de:
Llega la noticia más esperada: ¡estás embarazada! Después vendrán el primer mes de embarazo, el segundo, el tercero… el noveno mes de embarazo; y con el discurrir de los meses, los miedos, las ilusiones, las emociones… y, de repente, un buen día, lo que llega es el momento culmen de toda esta bonita historia: el parto. Una buena preparación previa, conocer las señales que te avisan de que estas a punto de dar a luz o saber cómo será el proceso de parto son algunos de los aspectos más importantes que deberías tener en cuenta en esta fase final del embarazo.
Índice de contenidos
Preparación antes del parto
Seguro que durante los meses previos has calculado (quizás más de una vez) la fecha prevista de parto. También has asistido a los cursos de preparación al parto y has aprendido distintas técnicas para afrontarlo como son las técnicas de respiración, el entrenamiento del suelo pélvico gracias a los ejercicios de Kegel, el masaje perineal para evitar desgarros durante el trabajo de parto o ciertas técnicas para reducir el dolor de parto sin fármacos. Todo esto será de gran ayuda cuando llegue el momento de dar a luz.
Importancia de una buena preparación ante el parto
No es posible saber como va a ser tu parto, si será parto natural (aquel en el que no se administra a la madre anestesia ni medicación de ningún tipo), dirigido, si surgirán complicaciones… ya que cada parto es distinto (algo que te recordaremos durante todo el artículo). Lo que sí sabemos es que poner en práctica las técnicas que hemos mencionado anteriormente ayudará a que el proceso sea más tranquilo y te permitirá soportar mejor el dolor durante las distintas fases del parto y postparto.
El plan de parto
El Ministerio de Sanidad recomienda escribir el plan de parto entre las semanas 28 y 32 de gestación ¿Has recogido también tus decisiones en un plan de parto? Recuerda que elaborarlo te permitirá reflexionar sobre cómo deseas que sean aspectos concretos de tu parto. Comunícaselo al equipo que te atenderá en el hospital o la clínica antes de que llegue el momento. De esta manera, podrás conocer con antelación y detalladamente cómo se va a llevar a cabo el proceso.
Tipos de parto
Dependiendo de la semana en la que des a luz, tu parto tendrá un nombre u otro. Antes hay que dejar claro que la duración normal de un embarazo va de la semana 37 a la 42. A partir de ahí podemos diferenciar:
Parto a término
Se denominaría parto a término todo aquel que se produce dentro del límite de esas semanas. Si se produce entre las semanas 39 y 40 se considera “parto a término normal”.
Parto prematuro
Sería un parto prematuro todo aquel parte que se produce antes de la semana 37 de embarazo. Posibles causas de un parto prematuro son contracciones adelantadas, debilidad del cuello uterino, desprendimiento de la placenta, malformaciones o un embarazo múltiple. En este caso, también tendríamos distintos términos: parto inmaduro (para los partos entre las semanas 20 a 28) y parto pretérmino (para los que se llevan a cabo entre las semanas 29 a 37).
Parto postmaduro
Sería todo aquel que se produce después de la semana 42, en cualquier caso, si hubieras superado la semana 41 de embarazo sin dar a luz, el ginecólogo establecerá cuando es el momento de ingresar para que se lleve a cabo la inducción al parto.
Antes de ir al hospital
Repetimos una vez más: cada parto es un mundo, y el tuyo no tendrá nada que ver con otros que te hayan contado familiares o amigas. Así, hay mujeres que empiezan con los pródromos de parto (señales que indican la proximidad del parto) varias semanas antes de dar a luz, y otras que los experimentan poco antes del momento del alumbramiento. Especialmente para las madres primerizas, pueden transcurrir varias semanas desde que aparecen los primeros signos hasta que dan a luz. Algunas de las señales que te dicen que se acerca el momento del parto son:
- El descenso del feto será una de las señales que te indiquen que se acerca el momento del parto, algo que notarás porque el abdomen “baja” y sentirás más ganas de orinar.
- Posible disminución de los movimientos fetales cuando se insinúa la cabeza del bebé en la pelvis.
- Contracciones que se asemejan a pinchazos en la parte baja del abdomen y que no son rítmicas. No serían contracciones de parto. Su función es madurar el cuello del útero ablandándolo y lo preparan para dilatar.
Existen distintos tipos de contracciones durante el embarazo. Las contracciones de Braxton Hicks y las de falso parto son irregulares y no suelen ser dolorosas. En cambio, las contracciones de parto sí que son más dolorosas, regulares y progresivamente más intensas. Se sienten como una molestia en el bajo vientre que se irradia hacia las caderas. Se harán más largas, intensas y frecuentes cuando se acerque el momento de dar a luz.
- Es posible que se produzca la expulsión del tapón mucoso, señal de que el cuello del útero comienza a dilatarse.
- “Romper aguas” es una señal clara de que el nacimiento del bebé podrá demorarse más o menos, pero que su llegada es inminente. Si esto ocurre, deberás acercarte al hospital porque puede ser un riesgo de infección para la madre y el parto debería finalizarse en 48 horas. Una vez en el hospital, deberás especificar las características del líquido (cantidad, color…)
- Es posible que tengas ciertas molestias como dolores de espalda, cefaleas, vómitos, náuseas, diarrea…
Preparar la maleta del hospital
Como has podido ver, todas estas señales indican que queda muy poquito para la llegada del pequeño. Es el momento de empezar a preparar la maleta del hospital. En los hospitales públicos se te ofrecerá ropa de estancia y de baño tanto para la madre como para el bebé. En los privados deberás llevar tú todo lo necesario. Ten en cuenta que necesitarás hacer una lista de cosas que necesitaréis tu bebé y tú tanto para la estancia en el hospital como para la vuelta a casa.
¿Cuándo debes ir al hospital?
Bien, hemos visto que algunas señales te han indicado que está muy próximo el momento de acudir al hospital, pero ¿cuándo sé que el parto comienza de forma inminente? Respuesta: Si sientes contracciones regulares cada 5 minutos, que aumentan de intensidad de manera progresiva y que persisten durante una hora, es el momento de acercarte al hospital. Aparte, habría otras razones por las que deberías acudir al hospital:
- Si se rompe la bolsa de aguas aunque no haya contracciones
- Si sangras en cantidad superior a la de la regla
- Que se produzca un descenso abrupto o ausencia de movimientos fetales. Si los movimientos son muy escasos o débiles, o si hay ausencia de movimientos, hay que acudir inmediatamente al hospital.
En el hospital
El ritmo y la intensidad de las contracciones te indican que debéis poneros camino del hospital. A partir de aquí comenzará una nueva etapa del trabajo de parto. Esto es lo que te espera a partir de ahora.
La llegada al hospital
El/La obstetra-ginecólogo/a o la matrona (persona que te acompañará durante todo tu proceso de parto y con quien podrás contar para recibir información sobre tus dudas o cuando necesites ayuda) serán los que decidan si se produce tu ingreso. En el caso de que el resultado sea positivo y haya que ingresarte para que des a luz, se hará una exploración vaginal para saber si el parto da comienzo y se monitorizará tanto el latido cardiaco fetal como la intensidad de las contracciones. Hay que tener en cuenta que la monitorización fetal se realiza tanto en las semanas anteriores al parto, cuando el embarazo llega a término, como durante el propio proceso de parto. Se utiliza para controlar la actividad cardiaca fetal y saber las condiciones en las que están la madre y el bebé. Puede ser externa o interna.
Fases del parto
Varios señales te han indicado que era el momento de acercarse al hospital, el obstetra o la matrona han considerado que tenías que ingresar en el hospital y la exploración vaginal indica que realmente ha comenzado tu parto. Todo indica que la llegada del bebé está muy cerca. Ahora llega el momento de poner en práctica todo esa preparación previa que realizaste durante los meses de embarazo.
La duración del parto dependerá de muchos factores, en especial, si la mujer es primípara (es su primer parto) o multípara (la mujer ha dado a luz más veces), la colocación del feto y si tiene que ser inducido. El parto se divide en 3 fases:
Fase de dilatación
La Fase de dilatación es la más larga. Para las madres primíparas, es necesario que el cuello del útero se borre para que comience a dilatar. Para las multíparas, se borra el cuello del útero y se dilata casi al mismo tiempo, por eso, esta fase suele durar más en las primíparas (entre 4 y 12 horas aprox.) y menos en las multíparas (entre 2 y 8 horas aprox). Según avanza la dilatación, las contracciones serán rítmicas (cada 2 o 3 minutos). Si no fueran, habría que utilizar suero con oxitócica. Durante el proceso te cambiarán la ropa de la cama las veces que sean necesarias para que estés seca. Esta fase finaliza cuando el cuello dilata por completo.
La oxitocina es una hormona que tiene una función clave durante el proceso del parto, ya que es la encargada de que existan las contracciones. En algunos casos, se utiliza la oxitocina sintética vía intravenosa para inducir al parto o acelerarlo.
Si las circunstancias lo permiten (y la matrona lo ve conveniente), durante esta larga fase del parto se te permitirá hacer algunas cosas como:
- Refrescarte la boca y los labios con una gasa
- Tomar líquidos o comer alguna cosa pequeña
- Ir al baño
- Pedir estar sentada, de pie o sobre la pelota
Fase de expulsivo
La fase de expulsivo comprendería desde que el cuello uterino ha alcanzado la dilatación necesaria (10 centímetros) hasta que el bebé comienza a desplazarse al canal de parto y se produce la expulsión del feto (sobre una hora en las primíparas y unos 15 minutos en las multíparas). En este momento sentirás una presión en el periné que desencadenará en un pujo incontenible. Esos empujones son los que facilitarán la salida del bebé hacia el exterior. En este momento vuelve a cobrar gran importancia la preparación previa al parto y los Ejercicios de Kegel. Para la madre será más fácil controlar todo este proceso si no ha tenido que recibir anestesia epidural. Al final de esta fase, la madre deberá controlar los pujos para proteger la cabecita del pequeño y, una vez que aparezcan sus hombros, deberá volver a empujar de manera intensa y prolongada. En cualquier caso, la matrona y el resto del personal ayudarán y guiarán a la madre en todo este proceso.
Fase de alumbramiento
La Fase de alumbramiento iría desde la salida del feto hasta que se produce el desprendimiento de la placenta.
Posiciones de parto de la madre
Aquí te presentamos las distintas posiciones de parto.
Parto por cesárea
Cuando existe un problema en el feto o en la madre, o si surge un contratiempo en la dilatación y no es posible continuar el parto por vía vaginal, se programa una cesárea, operación quirúrgica que se realiza en el abdomen de la madre y que conlleva que el ingreso hospitalario sea más largo, entre 3 o 4 días.
La anestesia epidural
La anestesia epidural es un método que se utiliza para aliviar el dolor de la futura madre durante el proceso del parto. Se trata de una punción en la zona lumbar para anestesiar la parte inferior del cuerpo. Se suele poner cuando la dilatación ya ha comenzado, las contracciones son regulares y se ha comprobado que el feto está bien. Si bien es cierto que las ventajas de la anestesia epidural son destacadas, hay que tener en cuenta que tiene una serie de contraindicaciones y varios efectos secundarios. Sobre estos últimos cabe señalar:
- La mujer que tiene puesta la epidural no percibirá las contracciones con la misma intensidad y no podrá colaborar activamente, lo que repercutirá en que se alargue el proceso del parto.
- Aumenta la posibilidad de que el parto sea asistido y puede ser necesaria la utilización de fórceps o ventosa.
- Dolor de cabeza
- Calambres en las piernas
- Dolores de espalda
- Dificultad para orinar espontáneamente
- Náuseas
- Descenso de la tensión arterial
Además de la epidural, se pueden utilizar otras formas para aliviar el dolor del parto como la analgesia por inhalación, la inmersión en agua o el masaje.
Después del parto
Y tras tanto esfuerzo, uno de los momentos más bonitos de todo esta increíble experiencia para ti es lo que se conoce como “Contacto piel con piel”. Se trata de algo muy sencillo (poner al bebé recién nacido sobre tu pecho para establecer un primer contacto con él) pero de gran importancia y que tiene múltiples beneficios para ambos. A partir de ahí ya solo quedaría realizar el pertinente papeleo para que quede constancia del nacimiento y esperar una rápida recuperación de la madre y el bebé para poder volver a casa.
Cuando todo haya pasado, te aconsejamos que eches la vista atrás: han sido 9 meses de emociones, de miedos, de alegrías, de sufrimiento, de momentos únicos; has padecido los síntomas del primer, segundo y tercer trimestre de embarazo; has experimentado un parto y has vivido mil y una situaciones extraordinarias. Ahora llega una etapa totalmente diferente, el postparto o puerperio. Es el momento de vivir la vida desde otra óptica: la de ser padres. Ahora entrarán en juego otros aspectos como la lactancia, los primeros cuidados del bebé, el sueño, los primeros dientes, las primeras palabras… pero todo esto puede esperar ¡¡¡¡ahora toca disfrutar a tope de vuestro hijo!!!!
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