¡Estaba embarazada y no lo sabía!

Sucede siempre: tanto si estás buscando un embarazo como si tu estado es una “sorpresa” hay, como mínimo, dos semanas en las que estás embarazada sin tener la confirmación. ¿Y ahora qué?

El test de embarazo ha dado positivo. Para ello, han tenido que pasar al menos 15 días desde la fecundación, ya que antes de ese plazo los niveles de la hormona hCG (gonadotropina coriónica) en la orina no serán suficientemente altos como para obtener un resultado fiable. Normalmente nos hacemos el test de embarazo cuando la regla se retrasa unos días (primer síntoma de que el óvulo ha sido fecundado). Si este es tu caso, estás en la semana 4 de gestación, ya que las semanas de embarazo se cuentan desde el primer día de tu última regla, y la ovulación se produce alrededor del día 14 después de esa fecha. Es decir, estás en la semana 4 de embarazo y tu pequeño embrión tiene 2 semanas de vida.

Has podido tener otros síntomas, como:

• Mareos y náuseas –especialmente a primera hora de la mañana-.
• Sueño y cansancio.
• Ganas frecuentes de orinar.
• Sensibilidad inusual en el pecho, que puede aumentar de tamaño.
• Sentido del olfato agudizado.
• Un ligero sangrado, parecido al del inicio de la menstruación, pero que no va a más, debido a la implantación del óvulo en el útero.
• Aumento de la secreción de saliva.

Si el embarazo ha sido planificado, ya estabas tomando algunas medidas que ahora cobran todo su sentido. Si no ha sido así, es hora de cambiar algunos hábitos.

Pasos que debes seguir si se confirma el embarazo

1. Solicita cita con tu médico cuanto antes, para que haga las primeras pruebas y te dé las primeras indicaciones.
2. Si el embarazo ha sido buscado, ya estarás tomando suplementos de ácido fólico y yodo. Si no lo tenías planificado, conviene que empieces cuanto antes. El ácido fólico tiene un papel fundamental en el desarrollo del feto: ayuda a evitar problemas del tubo neural como la espina bífida, defectos congénitos cardiacos y malformaciones del aparato urinario. Normalmente incorporamos a nuestro organismo el ácido fólico que necesitamos a través de la dieta (se encuentra en alimentos como  las frutas y verduras de hoja, cereales, frutos secos, legumbres y tomates), pero la cantidad de folatos que obtenemos de esa manera es insuficiente para la gestación. Por eso se recomienda añadir suplementos de ácido fólico desde tres meses antes del embarazo. El yodo interviene en la formación del sistema nervioso central, y también se necesita un aporte extra en el embarazo y durante la lactancia. Las necesidades de yodo de la embarazada son de 200 microgramos diarios, según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
3. Cuida lo que comes. Tu bebé y tú necesitáis que sigas una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, pescado, frutos secos… Evita las comidas procesadas, los aditivos y el exceso de azúcar. Y algunos alimentos tendrán que desaparecer de tu plato en los próximos meses: durante el embarazo se recomienda evitar los grandes peces (pez espada, atún etc.) por la cantidad de metales pesados que acumulan. Si no has pasado la toxoplasmosis, deberás evitar el consumo de carnes crudas o poco cocinadas y lava muy bien cualquier fruta o verdura fresca que consumas. Tampoco puedes comer quesos elaborados con leche no pasteurizada. AECOSAN, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, da las pautas para una alimentación segura en el embarazo en su página web.
4. Adopta hábitos saludables. También lo habrás hecho ya si deseabas quedarte embarazada. En cualquier caso, ahora ha llegado el momento de cuidar a tu bebé con ciertas medidas importantes. Eliminar el alcohol y el tabaco, reducir el consumo de cafeína (no más de 2-3 tazas de café diarias), practicar ejercicio moderado y evitar deportes de alto impacto son algunas de ellas, pero tu médico y tu matrona te darán indicaciones más precisas. Cuando vayas a la primera visita, te resultará útil tener preparada una lista de preguntas para resolver tus dudas.