Las siete peores frases que le puedes decir a una embarazada
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Madre mía, estás tremenda
Efectivamente: lo estás. Hace semanas que tus tobillos desaparecieron y has tenido hasta que dejar de ponerte los vaqueros premamá y pasarte a los leggings porque es lo único que te entra. O sea que eres muy consciente de tus dimensiones pero por si acaso, siempre habrá alguien dispuesto a recordártelo.
Ya veo que estás comiendo por dos
Parece que cuando estás embarazada a todo el mundo le preocupa mucho lo que comes o dejas de comer. Si antes se animaba a las mujeres a que comieran por dos, ahora nos hemos pasado al otro extremo y hay que vigilar con lupa el no coger más de un gramo del recomendado. Seguro que si se te ocurre repetir ración habrá alguien que te recuerde (con muy buena intención, claro), lo malísimo que es para el bebé que cojas mucho peso durante el embarazo.
¿Escuchaste lo que le pasó a…?
No se sabe por qué, pero atemorizar a las embarazadas (especialmente si son primerizas) es un deporte muy extendido. “¿Oíste lo que le pasó a fulanita? Su bebé ha nacido con problemas. Tú todo bien, ¿no?”. Las historias truculentas de partos son las favoritas de los agoreros: “¿Cuánto sales de cuentas? Pues a ver si te sale todo bien, y no como a mi, que estuve 36 horas retorciéndome de dolor y después, cesárea”. Bastante tiene ya la futura mamá con la inquietud de si su bebé estará desarrollándose correctamente o la incertidumbre que da enfrentarse al parto, como para que encima la llenen de historias que, seguramente sean reales, pero eso no quiere decir que se tengan que repetir.
Qué pena que no sea niño/a
“Qué pena que sea niño, seguramente querrías la parejita, ¿verdad?”. No se sabe por qué se dan por hechas ciertas cosas sobre el sexo de los niños. Por ejemplo, que si una pareja tiene un niño va a desear una hermanita y viceversa. Si ya hay más de un peque del mismo sexo en la familia y se espera un tercero, casi que te dan el pésame, cuando seguramente la familia esté loca de contenta esperando al nuevo hermanito.
Aprovecha para dormir porque después…
Después de las historias para no dormir sobre los partos vienen las leyendas urbanas sobre la crianza. “A provecha para dormir que luego ya no vas a poder” o “No vas a tener ni un minuto libre”. Dan ganas de preguntarles a esas madres: “Si tan malo es tener hijos, ¿por qué has tenido?” ¡Y algunas hasta repiten!
Pues yo cuando estaba embarazada…
No todos los embarazos son iguales ni todas las mujeres se sienten igual. Por eso una de las cosas que más pueden molestar a una mujer en gestación es que se ninguneen sus síntomas cuando se siente realmente mal. “Estás embarazada, no enferma”, “Las náuseas no son para tanto, todas las hemos sufrido” o “¿Te has cogido la baja? Yo trabajé hasta el último día” son de las peores frases que puede escuchar una futura mamá.
Pues sí que te están afectando las hormonas
El embarazo es un periodo de vulnerabilidad en el que muchas mujeres se sienten más sensibles de lo normal. Pero eso no quiere decir que se haya perdido la capacidad de raciocinio o de decisión. Que achaquen cualquiera de sus reacciones a los cambios hormonales del embarazo o que se las trate como a niñas (algo que puede hacer hasta nuestro médico) es una de las cosas más molestas que les toca vivir a muchas mujeres durante la gestación.
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