Manual para mamás primerizas: cómo cuidar al recién nacido al llegar a casa
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Seguramente el parto es el momento del embarazo que más asusta a las mamás primerizas, pero apenas unos días después de la prueba de fuego llega otra que nos parecerá igual de complicada: la llegada a casa con el bebé recién nacido. Por más que hayamos estado preparándonos durante nueve meses para ese momento, lo cierto es que hasta que no llega el momento de ejercer de verdad como mamás no sabremos si lo haremos bien. La buena noticia es que seguro que serás una mamá estupenda pero eso no quiere decir que no tengamos que aprender algunos trucos que nos facilitan la tarea. Estos son los puntos básicos del manual para mamás primerizas.
Índice de contenidos
Cuidados de la zona del cordón umbilical
Suele secarse y caerse entre el octavo y el décimo día. Hasta entonces hay que usar una gasa empapada en alcohol de 70 o cualquier otro cicatrizante con la que dar pequeños toques alrededor de la herida.
Lactancia
Si le das el pecho, escoge dentro de casa un sitio tranquilo que te resulte cómodo y ten a mano algún tentempié por si te entra sed o hambre. Si buscas un apoyo para los brazos, como un cojín, te resultará más cómodo.
Sueño del recién nacido
El sueño de los recién nacidos sigue un patrón muy irregular. De hecho, es habitual que se despierten cada pocas horas, pero no siempre las mismas, hasta que pasen unas semanas. En cualquier caso, lo normal es que duerman mucho, hasta 17 horas repartidas a lo largo de todo un día. Pero si duerme menos tampoco te preocupes, cada bebé es un mundo.
Cambio de pañal
Lo habitual es que el recién nacido haga sus necesidades con mucha frecuencia. Tantas veces como tomas haya ingerido. Normalmente las deposiciones aparecen poco después de cada comida, por eso conviene comprobar su pañal entre toma y toma y cambiarlo con frecuencia.
El baño del recién nacido
Aunque no es imprescindible, sí es conveniente bañarlo todos los días porque le ayuda a tranquilizarse y conciliar el sueño. La temperatura del agua debe ser parecida a la que tiene su cuerpo, que está entre 35 y 36 grados centígrados. Para asegurarnos de que el agua no está muy por encima o por debajo de esa temperatura, lo más práctico es usar un termómetro de baño.
Aprovecha sus horas de sueño
Lo quieras o no, tienes que descansar. Ser mamá resulta agotador, especialmente durante esos primeros meses en que el bebé parece comer a todas horas y dormir a ratitos. Para poder atenderlo como se merece, el descanso es fundamental. Pero, ¿cuándo descansar? ¿Hay tiempo para eso? La respuesta es sí. Tendrás que adaptarte a sus horarios y aprovechar sus sueños para echar una cabezadita. No es lo mismo que dormir 8 horas de un tirón, pero te ayudará a estar mejor.
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