Plan de parto: así se prepara
Elaborar un plan de parto permite a la mujer reflexionar sobre cómo desea que sean aspectos concretos del parto y comunicárselo al equipo que la atenderá en el hospital o la clínica antes de que llegue el momento, y conocer con detalle cómo puede ser el proceso con antelación.
El Ministerio de Sanidad recomienda escribir el plan de parto entre las semanas 28 y 32 de gestación, aunque se puede modificar hasta el último momento. Si quieres hacerlo, comunícaselo a tu obstetra, para que te informe sobre los protocolos y prácticas más habituales en la maternidad en la que tienes previsto dar a luz. También es aconsejable visitar durante el embarazo el hospital de referencia y otros del entono (se suelen organizar visitas para que las futuras mamás conozcan el centro y puedan resolver sus dudas). Los protocolos y las instalaciones varían de una maternidad a otra y es interesante conocer las opciones a tu alcance, hablar con los profesionales que trabajan allí y comprobar si los aspectos que consideras prioritarios son posibles en el centro que has elegido para dar a luz.
Es importante tener claro que el plan recoge las preferencias de la embarazada, pero cada parto es un mundo y, si surgen complicaciones, el personal sanitario aconsejará la intervención más oportuna para garantizar la seguridad y el bienestar de la madre y del bebé.
El Ministerio de Sanidad ofrece en su página web (http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/planPartoIntro.htm ) un modelo de plan de parto basado en las recomendaciones de la Estrategia de Atención al Parto Normal en el Sistema Nacional de Salud. Algunas comunidades autónomas, como la andaluza, y organizaciones como la Federación de Matronas ponen a disposición de las embarazadas otros modelos y formularios.
¿Qué preferencias puedo expresar en el plan de parto?
- Acompañamiento: quién deseas que esté contigo en determinados procedimientos o en todo el proceso.
- Elección de posición y lugar durante la dilatación y en el expulsivo: acostada, de pie, en cuclillas… En la cama, en una silla de parto…
- Preferencias sobre analgesia: anestesia epidural, sedantes, respiración, baño en agua caliente…
- Preferencias sobre canalización de una vía venosa: no es imprescindible, pero suele ponerse aunque esté desconectada de un sistema de goteo por si fuera necesario administrar algún medicamento. Si no deseas que te la pongan, puedes especificarlo.
- Uso de material de apoyo: pelota birth ball, bañera durante la dilatación, música…
- Preferencias sobre procedimientos: enema antes del parto, rasurado de vello púbico, episiotomía… La Estrategia para el Parto Normal indica que estos procedimientos no son necesarios ni convenientes salvo en casos muy concretos, pero puedes especificar que no deseas someterte a ellos.
- Necesidades especiales por diferencia de capacidad, idioma o cultura: si necesitas un intérprete o tienes una discapacidad que requiera atenciones específicas, por ejemplo, puedes especificarlo en tu plan.
- Donación de la sangre del cordón umbilical. Si deseas donarla, pregunta antes si es posible hacerlo en el hospital en el que vas a dar a luz.
¿Y respecto a la atención del recién nacido?
- Los planes de parto también permiten expresar las preferencias sobre el cuidado del recién nacido en asuntos como estos:
- Que no le aspiren la mucosidad si el inicio de la respiración es espontáneo.
- Que no nos separen de nuestro hijo al nacer a no ser que sea absolutamente imprescindible.
- Que se favorezca el contacto precoz piel con piel.
- Darle el pecho por primera vez en la sala de partos.
- Que no se administre al bebé ningún ningún alimento (leche o suero glucosado), sin nuestro consentimiento.
- Podemos especificar el tipo de lactancia que deseamos implementar.
- Si no queremos que se le administre pomada antibiótica en los ojos, vitamina K o la primera dosis de la vacuna de la hepatitis B ( tendremos que firmar un documento de denegación del tratamiento).
- Si nos gustaría encargarnos personalmente de los cuidados y limpieza de nuestro bebé.
Recuerda que el objetivo de las matronas y ginecólogos que atienden los partos es garantizar que todo sale de la mejor manera posible. Mantener una actitud amistosa y dialogante, aunque parezca que no se ajustan a tus deseos, hará el proceso más fácil.
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