¿Qué es la hiperlactancia?
Este artículo trata de:
A lo largo de las primeras semanas tras el nacimiento, la producción de leche materna se ajusta a las necesidades del bebé. Digamos que la oferta se adapta a la demanda. Sin embargo, hay mujeres que presentan problemas a la hora de que se lleven a cabo esa regularización: cuando se produce menos de lo que necesita el bebé hablamos de hipogalactia. Cuando se produce un exceso de leche se llama hiperlactancia.
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Hiperlactancia: molestias para mamá y bebé
No es una enfermedad ni un problema grave, pero la hiperlactancia sí que puede llevar consigo ciertas molestias y complicaciones tanto para la mamá como para al bebé.
Molestias de la hiperlactancia para la madre
La sensación de tener el pecho siempre lleno, que puede ir acompañada de dolor, el goteo constante y la necesidad de extraerse leche para descongestionar si se pasan algunas horas separadas del pequeño pueden ser incómodas para la madre. Además, estas mujeres pueden tener tendencia a sufrir obstrucciones y mastitis.
Para el bebé
Los bebés de mamás que tienen hiperlactancia podrían subir de peso mucho más rápido de la media. Además, el flujo continuo y abundante puede provocarles atragantamiento y también problemas estomacales como gases (tragan más aire porque la tomas son muy rápidas y atropelladas), regurgitación, irritabilidad o inquietud, cólicos o rechazo del pecho.
¿Qué se recomienda?
Para conseguir una toma más tranquila y un mejor agarre, se recomienda extraerse una pequeña cantidad de leche antes de poner el bebé al pecho para que el flujo sea menor y más estable. Para reducir la cantidad de leche y regular la producción habría que intentar dar un solo pecho en cada toma (si molesta mucho el otro podemos extraer una pequeña cantidad solo para que deje de molestar, de lo contrario estaríamos estimulando la producción).
Las posiciones más recomendadas para dar de mamar en estos casos son: de lado y en posición vertical. También es buena idea interrumpir las tomas para que el bebé eructe y, cuando se nota subida, hacer también una pausa para dejarle respirar.
Una buena idea
Pero reducir la producción para ajustarnos al ritmo del bebé no es la única opción. También se puede utilizar la leche sobrante para hacer un regalo muy especial a bebés cuyas madres no pueden amamantarlos ¿Por qué no donar el excedente de producción a un banco de leche? Pero no hace falta sufrir de hiperlactancia para ayudar a otros bebés. Basta con llevar un estilo de vida sano y estar amamantando para poder colaborar con uno de los bancos de leche que hay repartidos por todo el país. Infórmate en la web www.aeblh.org
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