¿Qué es la trombofilia y cómo se trata?
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¿Trombofilia o trombofilias?
El término se suele utilizar para referirse a uno de diversos trastornos de la sangre que provoca tendencia a hacer trombosis (coágulos sanguíneos). Los médicos prefieren hablar de trombofilias y no de trombofilia, ya que se trata de un conjunto de enfermedades que no siempre tienen las mismas características ni tratamiento. Se considera que hay trombofilia cuando en la sangre hay exceso de determinadas proteínas, o falta de las mismas, y como consecuencia se forman los coágulos.
¿Cómo puede afectar nuestra fertilidad?
Para empezar, hay que diferenciar la trombofilia hereditaria (que se transmite genéticamente) de la trombofilia adquirida, entre la que se cuentan los casos de Síndrome antifosfolipídico o SAF, que es el que preocupa a las mujeres en edad fértil ya que puede estar relacionado a pérdidas recurrentes del embarazo.
En estos casos, el cuerpo genera determinadas proteínas en sangre que estorban su normal circulación, al producir coágulos que pueden interferir con la irrigación de la placenta hacia el bebé, y que por ello ponen en peligro la continuidad del embarazo. Sin embargo, es importante destacar que la trombofilia no es una de las principales causas de las pérdidas gestacionales, y que muchas mujeres la padecen sin tener ningún síntoma ni enterarse nunca.
¿Cuándo se la diagnostica?
En principio, ante síntomas como edemas en las piernas, flebitis o si sabemos que en la familia hay personas con trombofilia, cabe la posibilidad de detectarla precozmente con una batería de análisis de laboratorio, que no se realizan rutinariamente debido a que son muy complejos. Asimismo, puede sospecharse de trombofilia si hemos sufrido tres abortos consecutivos antes de las primeras 10 semanas de embarazo, o bien una pérdida después de las 10 semanas. La trombofilia también puede causar nacimientos prematuros, bebés de bajo peso o preeclampsia.
¿Puedo tener un bebé si padezco de trombofilia?
Existen muchos casos en los cuales el embarazo no es afectado por la enfermedad. Pero cuando sí hay antecedentes de pérdidas del embarazo, se cuenta con tratamientos que se pueden emplear para mejorar las probabilidades de dar a luz a un bebé sano. Por ejemplo, la aplicación diaria de inyecciones con anticoagulantes, aunque no todas las pacientes se benefician de este tratamiento. Otras medidas son más sencillas de implementar, como hacer ejercicio para activar la circulación, mantenerse en un peso apropiado y consumir aspirina (que también es anticoagulante).
La trombofilia puede ser un desafío, pero en la mayoría de los casos no es un impedimento para llevar a término un embarazo y cumplir el sueño de ser madres.
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