Soluciones para la diástasis tras el parto
Muchas mujeres, tras dar a luz, se quedan con la tripa abombada (como si estuvieran de nuevo en estado) y esta no baja por mucho ejercicio o dieta que realicen. Se denomina diástasis abdominal y consiste en “una distensión de la fascia abdominal (tejido fibroso) que normalmente mantiene unidos los abdominales. Se produce por un gran estiramiento de la musculatura y fascia abdominal. Suele ocurrir durante el embarazo, pero también puede ocurrirle a hombres y mujeres no embarazadas, por sobrepeso o por un esfuerzo excesivamente intenso”, explica Alicia Romero Nieto, presidenta de la Comisión de Fisioterapia en Uroginecología y Obstetricia de Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. La diástasis no es solo estética. De hecho, puede confundirse con obesidad y puede resultar muy molesta.
Tener un buen tono muscular abdominal previamente al embarazo, puede ayudarte a prevenir la diástasis abdominal. Hay ejercicios como los hipopresivos, el pilates, ejercicios de control/activación postural y de trabajo abdominal específico que son recomendables, siempre bien realizados y bajo el control de un fisioterapeuta.
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Causas
“Algunas mujeres tienen peor calidad de colágeno (componente fundamental de la fascia), y este hecho puede predisponerlas a tener una diástasis. Cuando hay diástasis solemos perder la funcionalidad de nuestra faja abdominal, haciéndonos más vulnerables a sufrir problemas de suelo pélvico, lumbalgias y molestias digestivas por la pérdida de sostén de las vísceras. Pero son problemas que suelen solucionarse con un tratamiento específico de fisioterapia”, indica la presidenta.
Por otro lado, es más común en embarazos múltiples, ya que el tamaño de la barriga suele ser mucho mayor en este tipo de gestación. También si se ha ganado mucho peso o incluso si se sufre estreñimiento, tos crónica o vómitos.
Cómo tratarla
No existe evidencia científica de que ninguna técnica (sin pasar por quirófano) reduzca la distensión fascial (que es lo que ocurre en una diástasis), pero eso no quiere decir que no podamos actuar. “Nuestro primer objetivo será siempre que la faja abdominal sea funcional, es decir, que cumpla su propósito de dar estabilidad a las vísceras y a la zona lumbar. Para ello realizaremos ejercicios específicos, adaptados al nivel y estado de cada paciente. Al ir trabajando y recuperando la funcionalidad de la faja abdominal simultáneamente mejorará el aspecto de la diástasis, ya que al ganar grosor en los rectos abdominales la diástasis parecerá menor, y al trabajar la faja abdominal también ganaremos un poco de tensión en la fascia, por lo que el aspecto estético puede mejorar”, explica la experta.
Es importante que estos ejercicios vayan dirigidos por un fisioterapeuta especializado, que controle su correcta realización, paute la intensidad, duración, tipo de ejercicio, etc., de manera específica para cada mujer.
Suelen existir muchos factores a tener en cuenta y puede haber otras disfunciones que podemos presentar simultáneamente tras el embarazo (como son las disfunciones de suelo pélvico), por lo que debemos asegurarnos de no perjudicarlas e ir trabajándolas simultáneamente.
¿Cómo sé si es diástasis?
Puedes comprobar tú misma si se trata de diástasis tumbándote boca arriba y con las piernas dobladas para relajar el abdomen. A continuación, palpa con los dedos la parte superior, media e inferior del centro del abdomen y comprueba, inclinando ligeramente la cabeza para no tensar la barriga, la profundidad en la que se introducen tus dedos. Si no notas el pellizco de los rectos, entonces es que la separación es importante. También pueden acompañarse de otros síntomas digestivos o pérdidas de orina.
Artículo firmado por: SerPadres
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