Alimentos «light», azúcares, grasas… ¡Cómete los mitos!
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Cuando llega el verano, parece que nos entren las prisas por lucir nuestra mejor versión física y los alimentos etiquetados como “light” comienzan a invadir nuestras neveras y despensas. Pero, ¿realmente somos conscientes de que los productos etiquetados como dietéticos no suelen serlo tanto? Saber leer e interpretar las etiquetas nutricionales es fundamental para ver si un producto realmente te está cuidando y teniendo siempre en cuenta que cuantas menos etiquetas tengamos que leer mejor, significará que el producto es totalmente natural.
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¿Qué se esconde detrás de los alimentos “light”?
Para que un producto tenga la etiqueta “light”, debe tener al menos un 30% menos de calorías que su homólogo original. Para conseguir reducir este aporte de energía lo que antes se eliminan son los azúcares y las grasas. Pero hay que tener cuidado, en muchas ocasiones para reducir los azúcares suben las grasas y viceversa, o les añaden edulcorantes artificiales en forma de polialcoholes que pueden dañar nuestro sistema digestivo.
Es importante leer bien el etiquetado y ver que la porción que nos recomiendan de los productos “light” es la adecuada para que su aporte calórico sea menor. En muchas ocasiones consumimos más de lo normal pensando que no nos va a hacer subir de peso, y estamos consumiendo las mismas calorías que si consumiéramos el producto original.
Huir siempre de los preparados alimenticios sustitutivos de comidas para perder peso si no queremos generar un efecto rebote que nos haga ganar más peso cuando volvamos a nuestra comida normal y nos ralentice el metabolismo, lo que además puede tener graves consecuencias para la salud.
¡Miedo a los azúcares, no a las grasas!
La grasa es necesaria para el organismo y para mantener un correcto funcionamiento cardiovascular, eso sí, siempre en su porción justa y equilibrada entre grasa saturada, monoinsaturada y poliinsaturada, nunca trans. Sin embargo, los azúcares añadidos no conviene tomarlos en ningún tipo de circunstancia. De unas décadas a esta parte, parece que los productos debían contener poca grasa, que todo fuera desnatado, y lo que en realidad afecta a nuestra salud son los azúcares añadidos, en ningún caso los azúcares que contienen los alimentos de forma natural.
Las frutas, un alimento que debemos consumir a diario por su gran aporte de vitaminas, minerales y fibra, están siendo discriminadas en los últimos tiempos por la falsa creencia de que nos engordan por su contenido en azúcares simples, sin embargo, su contenido calórico es bajo y consumir 3 raciones al día nos aportan grandes beneficios para nuestra salud.
Otro de los productos que normalmente nos gusta tomar en su versión desnatada son los lácteos, sin darnos cuenta que la grasa saturada de la leche se ha demostrado que no afecta negativamente a la salud cardiovascular, por lo que tomarla es más saludable que la versión sin grasas, nos aporta más cantidad de nutrientes y más saciedad. Si no estamos en una dieta de adelgazamiento específica podemos consumirla sin problemas, evitándonos los procesos químicos que suponen “desgrasar” la leche y sus derivados.
Recuerda: Consumir 3 raciones de frutas al día nos aporta grandes beneficios para nuestra salud
¡Priorizar siempre lo natural!
Es fundamental para nuestra salud que la mayor parte de los productos que consumamos sean naturales, sin etiquetado, como las verduras, frutas, legumbres, carnes magras, pescados o mariscos frescos o congelados, cereales integrales y grasas saludables como el AOVE, el aguacate, el cacao puro, el aceite de coco o las aceitunas. Es inevitable que algún producto envasado llene nuestro carrito de la compra, pero procurar que no tenga más de 5 ingredientes, así será considerado natural y poco procesado.
Además, es importante acompañar una buena alimentación con un ejercicio físico adecuado, mantenerse activos nos mantendrá saludables, con buena forma física y con más energía.