Brecha salarial en España: cómo afecta ser madre
Aunque las desigualdades entre hombres y mujeres van desapareciendo poco a poco, está claro que la brecha salarial en España sigue estando ahí y que ser madre se penaliza profesionalmente.
Índice de contenidos
Peores empleos
Hace unos años nos hacíamos eco del problema de la brecha salarial en España coincidiendo con la publicación del informe Brechas de género de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas).
El informe ponía de manifiesto como la brecha salarial seguía existiendo en España. Las mujeres cobraban un 11,5% menos que los hombres (0,8% entre personas solteras y sin hijos).
El problema viene cuando nos convertimos en madres, entonces el porcentaje asciende nada menos que hasta el 37%. Las madres tenemos empleos notablemente peores que los padres: «En líneas generales, tener hijos aumenta, en media, los ingresos mensuales de los hombres, mientras que produce el efecto contrario sobre las mujeres. En España la brecha salarial es casi inexistente entre personas solteras y sin hijos, pero aumenta hasta un 37% cuando observamos la diferencia en las ganancias de hombres y mujeres con hijos que viven en pareja», decía el documento.
Los últimos datos que han aparecido sobre este tema muestran como la herida de la brecha salarial no se ha cerrado. Las mujeres siguen cobrando de media menos que los hombres, en concreto, la brecha salarial se sitúa en 5252 €. Para poder igualar su sueldo con el de los hombres, el salario anual de las mujeres debería aumentar un 24 %. Otro dato que llama la atención es que la mujer necesitaría trabajar 52 días más al año que los hombres para igualar el sueldo. Además, según los expertos, se necesitarían 105 años para que se cierre la brecha salarial en España.
Situación precaria tras ser madre
El estudio pone en evidencia que la tendencia de quedarse en casa cuidando de los hijos ha quedado en el pasado y las mujeres trabajadoras se reincorporan al mercado laboral tras ser madres, pero lo hacen en peores puestos, con unos ingresos inferiores y en una situación de mayor precariedad. “La maternidad ya no aleja a las mujeres del mercado laboral. La práctica de abandonar el mercado de trabajo, coincidiendo con la edad de maternidad, tiende a desaparecer. Si en 1987 la tasa de actividad femenina era del 32% y en el mercado de trabajo participaban algo menos de cinco millones de mujeres, en 2017 la tasa de actividad se situó en el 53% y el número de mujeres activas superó los 10 millones», explica este estudio.
Sin embargo, uno de los problemas más importantes que tienen ahora mismo aquellas mujeres que son madres y que quieren reincorporarse al trabajo es que lo hacen en peores condiciones que los hombres que acaban de ser padres. Es llamativo ver como el porcentaje de mujeres que trabajan a tiempo parcial o con contratos temporales tras ser madres es muy superior a los porcentajes de hombres que lo hacen en estas condiciones tras su paternidad. De hecho, el 30 % de las mujeres que vuelven al mercado laboral tras haber tenido a su primer hijo, lo hacen a tiempo parcial. En cuanto a los hombres, el porcentaje baja hasta el 8 %. Después del primer año de maternidad, el sueldo de la mujer se recorta un 11%, pero el de los hombres no sufre cambios.
Además, han sido las mujeres las que más han notado los efectos adversos de la crisis del coronavirus, sobre todo a lo que a salarios se refiere.
¿Quiénes han salido perdiendo?
Sobre el papel, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo tiene solo ventajas, pues deja de depender económicamente del hombre, su incorporación lleva consigo que la producción aumente y, como consecuencia de esto, se crearían más puestos de trabajo. Sin embargo, como hemos visto en el artículo, la incorporación de la mujer al mercado laboral está siendo en los últimos años en condiciones precarias, con un mayor porcentaje de temporalidad y, además, diferentes estudios demuestran que son ellas las que siguen cargando con la mayor parte de las tareas de la casa y con el cuidado de niños y mayores (más del 85 % de excedencias para cuidados que se solicitan en España son de mujeres).