Cómo gestionar el uso de las pantallas en vacaciones
Si nos vamos de vacaciones a una casa donde también hay televisión y, además, nos llevamos tablets, ordenadores y consolas, ¿en qué vamos a notar que estamos de vacaciones? Regala a tus hijos unas vacaciones de verdad con experiencias reales y no a través de pantallas.
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La televisión en vacaciones
La mayoría de los padres nos sentimos culpables porque los niños pasan más horas delante de la tele de las que deberían. En verano no hay excusas. El buen tiempo anima a salir a la calle y hacer actividades al aire libre y la tele podemos relegarla a momentos muy puntuales.
También podemos aprovechar que estamos de vacaciones para cambiar el chip y hacer las cosas de forma diferente. En lugar de sentarnos en el sofá pasivamente “a ver lo que ponen”, podemos elegir bien una peli que todos queramos ver, preparar unas palomitas y vivir una noche de cine en casa.
Cuidado con los videojuegos en vacaciones
En verano, al tener más tiempo libre, los niños aumentan el tiempo que dedican a jugar a los videojuegos, así que se hace imprescindible supervisar las horas que dedican a esta actividad, sobre todo cuando va en detrimento de otras más interesantes para ellos como pasar tiempo al aire libre.
Además de lo que podamos hacer como padres seleccionando a qué pueden jugar y limitando el tiempo que pueden dedicarle, podemos aprovecharnos de las nuevas tecnologías como los sistemas de control parental que tienen la mayoría de las consolas, que nos permiten decidir a qué juegos se puede jugar, durante cuánto tiempo o si pueden conectarse a la red o no.
Las tablets, ¿necesarias en vacaciones?
Son un buen recurso, por ejemplo, para entretener a los niños durante los traslados pero, valorando los pros y los contras, ¿son realmente necesarias? Al final, si las llevamos de vacaciones, terminamos utilizándolas en la playa, en el restaurante… y sí, los niños estarán entretenidos, pero no van a participar en la conversación y se van a perder un montón de cosas por estar pendientes de lo que pasa en la pantalla.
Llevando un móvil con nosotros tendremos suficiente para casos de emergencia, organizar las reuniones o programar las actividades. Realmente no hace falta más. La tablet, mejor dejarla en casa.
Darle un respiro al móvil
Vivimos enganchados a nuestro teléfono, que parece haberse convertido en una prolongación de nuestra mano. ¿Cómo le explicamos a nuestros hijos que estar todo el día mirando pantallas es malo si no le quitamos el ojo de encima al móvil? Aprovechemos las vacaciones para “desintoxicarnos” de este artefacto. En nuestro alojamiento puede estar apagado y encenderlo si tenemos que hacer alguna llamada o gestión. En nuestras salidas, a menos que tengamos que encontrarnos con alguien, ¿por qué llevarlo?
El truco de las empresas que se benefician de nuestro “enganche” es que convierten estos aparatos en un «todo en uno»: necesitamos llevarlo porque ya no tenemos reloj ni cámara fotográfica, pero en realidad no hace falta documentar cada momento y subirlo a las redes. Hacernos con un reloj y tomar unas cuantas imágenes con una cámara de fotos normal y corriente nos permitirá disfrutar más de nuestro día.