Cómo prevenir accidentes en la piscina
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Está claro que niños y mayores disfrutan a lo grande de los días de piscina. Sin embargo, es éste un lugar en el que no es extraño que se den distintos tipos de percances e incidentes. ¿Cómo podemos prevenir los accidentes en la piscina?
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El peligro mayor: el ahogamiento
La principal fuente de preocupación cuando los bebés y los niños están en un entorno con piscina es que no se ahoguen. En tan solo dos minutos, el niño puede perder el conocimiento y poner en riesgo su vida. Pero esto no solo puede pasar en la piscina, sino también en una bañera. Así que la regla número uno es jamás dejar a los niños jugando en el agua sin supervisión. No te confíes porque utilicen anillos o flotadores hinchables porque no son seguros. Y si en casa tienes piscina, instala una valla alrededor de la misma para evitar posibles accidentes.
Por supuesto que la mejor prevención es que los niños sepan nadar o, al menos, poder mantenerse a flote. Desde muy pequeñitos es recomendable que aprendan, ya que la natación no solamente es una actividad física estupenda, sino que también es un auténtico seguro de vida y una buena manera de evitar posibles accidentes de niños en la piscina.
Otros accidentes en la piscina: caídas y golpes
Así como los ahogamientos son uno de los principales accidentes de niños pequeños en la piscina, los niños en edad escolar y los adolescentes son más susceptibles a otro tipo de accidentes: los golpes contra el fondo o contra el borde de la piscina. Nuestros hijos mayores, sobre todo si saben nadar, pueden incurrir en conductas de riesgo como dar saltos peligrosos en el borde o intentar acrobacias sin medir las consecuencias. Por eso, la prevención más importante es conversar con ellos y, de nuevo, supervisar sus juegos. Otra medida de precaución es no permitir que estén cerca de la piscina sin chanclas, para evitar resbalones en el suelo mojado y, de paso, prevenir el contagio de hongos.
¡No te olvides del sol!
Otro riesgo en el verano, incluso en la piscina, son las quemaduras solares. También cuando están en la piscina, niños y mayores están expuestos a la radiación solar y se pueden quemar la piel. Aun cuando aplicamos protector solar a prueba de agua, ¿recordamos reponerlo con frecuencia? Hay que volverlo a aplicar después de nadar, cuando se ha sudado mucho o cuando ya han transcurrido dos horas desde la última aplicación. Por otro lado, recordemos que lo mejor es que los niños estén a la sombra en las horas de mayor exposición, y proteger su cabeza con un gorrito, ¡incluso en la piscina!
Tomando las precauciones necesarias, la piscina es un excelente lugar para que niños y mayores disfrutemos del verano.