Cuida tu piel del frío
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Independientemente de cuál sea nuestro tipo de piel o edad, podemos llevar a cabo una serie de consejos para cuidar la piel durante el invierno, evitando que se nos seque y que los signos del envejecimiento puedan hacer su aparición antes de tiempo.
Índice de contenidos
Cómo cuidar la piel del frío en invierno
¿Sabes cómo afectan las bajas temperaturas? El frío causa vasoconstricción en los capilares de la piel, no llega suficiente oxígeno a las células de la epidermis y da lugar a una piel de aspecto apagado. Además, se retrasa el ciclo de renovación celular y se acumulan células muertas que impiden la secreción de sebo de la piel, que lubrica y nutre la piel de manera natural. Para que no perdamos nuestra hidratación, y no sufrir las consecuencias del mal tiempo en esas partes del cuerpo que tenemos más expuestas, tales como labios, manos, rostro o cabello podemos seguir unas pautas que nos ayuden a cuidar nuestra piel del frío en el invierno.
Cómo cuidar tus labios
Empezamos por los labios, unos de los que más sufren, pues la piel aquí es especialmente sensible y son otros de los grandes perjudicados de las bajas temperaturas y del viento. Lo notarás porque en esta época del año, si se resecan demasiado, salen pequeñas descamaciones, se hinchan, se ponen rojos o escuecen.
Utiliza labiales hidratantes siempre que salgas a la calle y aplica una capa extra durante la noche, notarás que por las mañanas están perfectamente nutridos. Es importante que este labial sea un básico en tu bolso para aplicarlo siempre que los notes resecos porque si los humedecemos con saliva constantemente no hacemos sino agravar el problema y que se resequen más.
Cómo cuidar la piel de la cara en el invierno
Para el rostro, te recomendamos que enriquezcas tu crema habitual de noche con algunas gotas de aceite esencial como aceite de argán, rosa moqueta, almendras o aloe vera. De esta manera darás más hidratación y nutrición a tu rostro, evitando que se reseque y devolviéndole su luminosidad. También puedes optar por añadir unas gotas de esencia de árbol de té que, gracias a sus propiedades antisépticas, cicatrizantes y antiinflamatorias, evitarás la aparición de granitos o marcas en tu rostro, además de ser también un potente hidratante.
Durante la noche, elige una crema que además de hidratar nutra en profundidad. Es durante las horas de sueño cuando la piel se regenera y necesita un extra de nutrición para que por la mañana esté más fresca y radiante.
Proteger las manos del frío
Las manos se resecan con mucha facilidad debido al viento y a la humedad, por eso es importante usar guantes cuando nos encontremos en la calle. Tener una crema hidratante a mano es muy buena opción para aplicarla siempre que lo necesitemos, aunque si eres de las que no pueden mantener las manos “pringosas” puedes usar la misma técnica que con los labios, usar la crema por la noche antes de dormir, incluso ponerte unos guantes finos para una hidratación extra.
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Alimentos para cuidar la piel
Podemos recurrir a los nutricosméticos realizados con ingredientes naturales que nos ayuden desde el interior a paliar los efectos climáticos en nuestra piel, especialmente si vivimos en zonas muy expuestas a la polución o a la radiación solar. Pero la nutricosmética no nos serviría de mucho si no la acompañamos de una dieta rica en alimentos antioxidantes como frutas y verduras, además de alimentos naturales libres de azúcares añadidos y grasas saturadas. Lo ideal es realizar de 4 a 6 comidas ligeras al día que incluyan todos los grupos de alimentos como legumbres, cereales integrales, frutos secos, pescado blanco y azul, carne magra, huevos y gran cantidad de frutas y verduras.
Ropa para proteger el cuerpo en invierno
En invierno la protección del cuerpo con la ropa es muy diferente a la del verano. Llevamos prendas largas que nos cubren prácticamente todas las zonas del cuerpo. Es importante elegir tejidos que transpiren, como el algodón, para evitar que se acumule la sudoración en nuestro interior, especialmente si entramos a espacios cerrados con demasiadas “capas”. En estos casos, quitarnos abrigos, bufandas y gorros para que el cuerpo se aclimate al espacio, y no sude demasiado, evitando que nos podamos enfriar al salir a la calle.
Si nuestra afición son los deportes de invierno, no olvides que la protección en estos casos es mucho más exhaustiva. Utiliza ropa que transpire para evitar enfriamientos al parar y una alta protección para las zonas de piel que tengamos al aire, especialmente si practicamos deportes de nieve, este manto blanco es el que más refleja el sol en nuestra piel y por lo tanto el que más nos quema.
Consejos para cuidar la piel en el hogar
En el hogar también debemos cuidar el ambiente para evitar que se nos reseque la piel. La temperatura ideal oscila entre 21 y 22 grados. Es recomendable evitar en la medida que podamos la sequedad ambiental mediante el uso de humidificadores pequeños que podemos colocar junto a los radiadores para contrarrestar la pérdida de humedad que producen.
La hora del baño es importante tenerla en cuenta, la ducha con el agua demasiado caliente puede remover el manto hidrolipídico y hacer que notemos la piel más tirante, los expertos recomiendan la ducha con agua tibia y un jabón neutro que respete la estructura química de la piel. Después aplicaremos una crema hidrante por todo el cuerpo para mantener la piel nutrida y suave. Cuando te duches, no abras la puerta del baño y aprovecha el vaho que se ha generado con el calor para aplicar tu crema hidrante corporal. Esta es una técnica que se utiliza mucho en lo spas, ya que el vapor de agua hace que el cuerpo absorba mejor la crema, hidratando en profundidad. ¡Así que no dejes de practicarlo en casa!