Decálogo de la madre maravillosamente (im)perfecta
Este artículo trata de:
No existe la madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre.
Jill Churchill
¿Madre perfecta? Las presiones sociales y las expectativas tan altas que solemos tener nos meten en la cabeza que debemos ser perfectas. No solo madres perfectas, sino también mujeres perfectas, amigas perfectas, hermanas, hijas, abuelas, novias perfectas… Se nos exige tanto desde pequeñas que a veces pensamos que, da igual lo que hagamos, nunca será suficiente. Es por eso que desde Letsfamily te decimos que, hagas lo que hagas, es más que suficiente. Ten claro que eres la mejor madre que tu peque podría tener.
Además, pregunta a tus amigos y a tu familia…, no te cambiarían ni por todo el oro del mundo. Porque, dejando de lado cualquier positivismo tóxico, así con nuestros fallos y con toda nuestra imperfección es como más molamos. Por eso, hemos creado un listado de todas esas cosas que te hacen tan especial y te convierten en la mamá más (im)perfecta de todas.
Índice de contenidos
Decálogo de la mamá imperfecta
¿Te reconoces en estas diez máximas de las mamás maravillosamente imperfectas?
1. «Me siento culpable por todo»
Culpable por no pasar tanto tiempo con nuestros peques como nos gustaría, por las horas que dedicamos al trabajo, por habernos olvidado de algo… La culpa es una de las emociones más comunes entre las madres, aunque la mayoría de las veces no tenga razón de ser. No se hunde el mundo por habernos olvidado su merienda en casa y, sin embargo, a ratos nos lo parece.
2. «Todas las demás madres son mejores que yo»
Tendemos a compararnos con los demás en muchos aspectos de nuestra vida y la maternidad no iba a ser menos. Solemos pensar que otras personas lo están haciendo mejor que nosotras; pero, creednos, no existe la madre perfecta. Todos tenemos virtudes y defectos, y esas mamás aparentemente perfectas no son distintas al resto de la humanidad.
3. «¿Por qué no presté más atención en clase de artes plásticas?»
La de manualidades y disfraces que tendrás que hacer con y para tus peques serán abundantes durante años… Intenta dejar de lado el perfeccionismo y preocúpate más porque tus hijos/as se diviertan. Haced actividades creativas juntos: ellos/as estarán encantados/as de ayudarte (además, su imaginación te dejará boquiabierta).
4. «¿Quién tiene tiempo para (insertar aquí actividad)?»
El ocio pasa a segundo plano y el sistema nos grita que tenemos que llegar a todo: trabajo, tareas del hogar, hacer deporte, salir de paseo, quedar con amigos… Nos dicen que si se quiere, se puede. Pero, que no nos engañen; no se puede llegar a todo. Priorízate, cuídate y mímate mucho. Recuerda, descansar también es productivo. Así que, en la medida de lo posible, tómate ese rato para ti y para hacer lo que te apetezca.
5. «Solo quiero dormir»
Si existiera la perfección, se definiría como «la posibilidad de dormir un mínimo de 8 horas del tirón». Después del parto, y a veces, incluso, durante el embarazo, descansar tantas horas seguidas se vuelve misión imposible.
Si te lo hubieran dicho antes de ser madre, cuando las noches de fiesta no tenían fin y no te importaba dormir algo menos si el plan lo merecía, no lo hubieras creído. Pero, ahora que cuesta dormir toda la noche de un tirón y el agotamiento es tu estado natural, si pudieras elegir entre una cena romántica, una noche de desahogo con amigas o una velada de sueño ininterrumpido, tendrías clara tu opción.
6. «¿Cine? ¿Copas? ¿Fiesta? ¿Eso qué es?»
Ya no recuerdas cuando fue la última vez que fuiste de copas o saliste de fiesta con amigos. El cine ya solo lo pisas para ver películas de dibujos animados… Tranquila, que todo pasa y, tarde o temprano, podrás volver a hacer esos planes que tanto disfrutabas antes del embarazo. Además, no lo neguemos, todos sabemos apreciar una buena película «para niños».
7. «Cuando mi niño/a sea mayor…»
Cuando mi peque sea mayor, haré esto, aquello y también lo otro… La lista se hará interminable; será algo así como los buenos propósitos que escribimos siempre que empieza un año nuevo. Pide ayuda y deja que, de vez en cuando, sean otros quienes se ocupen del hogar o de esa tarea tan importante en el trabajo…, date ese tiempo y ve haciendo esas cosas que te hacen un poco más feliz: yoga, manualidades, pasear con tu mascota, comer más saludable, leer…
8. «¿Cómo lo hizo mi madre?»
La pregunta del millón: ¿Cómo es posible que mi madre fuera capaz de criarnos sin morir en el intento? Pues aprendiendo por el camino. Seguramente, igual que tú, se armó de paciencia y lo hizo lo mejor que pudo. Al fin y al cabo, es lo que hacemos todas las mamás (im)perfectas.
9. «Ay, yo también quiero hacer eso»
Cualquier plan te parecerá estupendo comparado con los tuyos. Sin embargo, si te perdieras una tarde de juegos o una buena sesión de guerra de almohadas con los niños, te darías cuenta que tus planes son infinitamente divertidos.
10. «Es que mira esa carita»
Como buena aspirante a madre perfecta, sabes que debes mantenerte firme en los límites que hayas puesto a tus hijos/as. Pero, en cuanto te sonrían con esa cara de no haber roto un plato, se te olvidan todos los males. Gajes del oficio de la madre perfecta.