Discusiones de pareja por los hijos, ¿cuándo afectan a la relación?
Este artículo trata de:
Si tenemos problemas antes de que nazca el bebé, estos se acrecentarán con la llegada del recién nacido (más trabajo, más estrés, inseguridad…). Pero además, aunque no existieran conflictos graves de base, la llegada de un hijo a nuestras vidas trae consigo cambios tan importantes que habrá que echar mano de toda nuestra empatía y autocontrol para que la pareja salga fortalecida de los conflictos y discusiones por los hijos.
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¿Por qué discutimos?
No se puede generalizar, pero la llegada de los niños viene con una serie de circunstancias que suelen ser motivo de conflicto entre los miembros de la pareja. Algunos de los más comunes son:
El reparto de tareas
A la casa y los respectivos trabajos (si los hay) hay que sumar la enorme labor que da cuidar y atender a los niños. Hacer un reparto equitativo de las tareas es complicado porque tendemos a pensar que uno hace más que el otro (y en el caso de las mujeres suele ser así, según dicen los estudios).
Tiempo para uno mismo
Esta circunstancia es derivada de la anterior. Es más fácil encargarse de un peque cuando hay cuatro manos que cuando estamos solos, así que cuando uno de los miembros de la pareja quiere hacer algo por su cuenta está “cargando” a la otra parte con trabajo extra. Así que esas escapadas suelen ser fuente de conflicto por ambas partes.
Discusiones por la educación de los hijos
Padre autoritario y madre permisiva (o viceversa), educarlo en la religión o no, sobreprotegerlo o dejarlo que experimente… No todos los padres enfocan de la misma manera la crianza de sus hijos. De hecho, en muchos casos podemos descubrir cómo es realmente nuestra pareja por la manera en que se plantea la educación de su prole.
Las familias políticas
Una de las cosas que más provocan la discusión en la pareja. Y es que, es habitual que a los padres les moleste sentir que la familia política se está entrometiendo en la crianza de los hijos, sobre todo cuando se considera que la pareja no esta haciendo lo suficiente para evitarlo.
Cómo actuar ante las discusiones por los hijos
Es imposible estar de acuerdo en todo, o sea que los conflictos y discusiones son totalmente normales en la relación de pareja, pero hay que evitar llevarlos al extremo de las discusiones constantes, sobre todo delante de los niños. Estas ideas nos ayudarán a mantener la paz en casa:
- No prejuzgar: A veces etiquetamos a las personas y encajamos todos sus comportamientos en esa categoría. Por ejemplo, uno no recoge la mesa ese día el otro piensa: “nunca recoge la mesa, es un/ una egoísta”. Estos pensamientos son muy negativos porque desaniman tanto al que lo sufre, que piensa que no hay solución, como el que los recibe: “¿para qué voy a cambiar si va a seguir pensando que no hago nada?”.
- Mantener a raya la ira: Estar enfadados no nos da derecho a decir todo lo que se nos pase por la cabeza ni a utilizar a nuestra pareja como saco de boxeo. Los conflictos, gestionados desde el respeto, fortalecen a la pareja; los dramas de telenovela no.
- Buscar puntos en común: Por ejemplo, si estamos discutiendo sobre si queremos que nuestro hijo vaya a inglés o a Judo después del colegio, en realidad hay más puntos en común que diferencias. Los dos queremos que el peque haga una actividad que le guste después del colegio, a los dos nos viene bien ese tiempo extra por la tarde y las dos actividades que se proponen son beneficiosas para él.
- No discutir delante de los niños: Las discusiones de pareja son una gran fuente de estrés para los niños, sobre todo si perdemos los nervios y levantamos la voz. Lo mejor es evitarlas delante de ellos, pero si esto no es posible, aprovechemos la oportunidad para darle la vuelta a la tortilla y convertirlo en una enseñanza dejándole que presencie también el desenlace de la discusión y el acuerdo al que llegamos: un buen modelo para la solución de conflictos.