Historia del día de San Valentín ¿Cuál es su origen?
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A lo largo del año, son muchos los días de todo tipo que se celebran ¡si tenemos hasta el día de la croqueta! Sin embargo, solo unas pocas fechas son las que marcamos en rojo en el calendario. Hablamos de esos días que para la mayoría de nosotros tienen un significado especial: el día del padre, de la madre, el día de todos los santos… y, por supuesto, el Día de San Valentín. Aunque todos tenemos claro que el Día de San Valentín es el día del amor, no muchos conocen la historia de San Valentín y cuál es el origen de esta celebración.
Seguramente, muchos de los que están leyendo en estos momentos este artículo estén pensando que San Valentín es una invención reciente con el fin de que empresas y grandes marcas aumenten su volumen de negocio ese día. Y no es así. El consumismo que lleva inherente este día llegó después. Para conocer la historia y el origen del Día de San Valentín tenemos que viajar hasta el siglo III de nuestra era.
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Historia del Día de San Valentín ¿quién fue y cuál es el origen de la celebración?
Ahora mismo son varias las preguntas que tenemos entre manos ¿quién fue Valentín? ¿cuál es la razón para que fuese convertido en santo? ¿Por qué se le relaciona con el amor? ¿por qué se celebra su día el 14 de febrero?
Como decíamos, para conocer la historia del Día de San Valentín tenemos que remontarnos al siglo III de nuestra era, cuando el emperador romano Claudio II gobernaba el imperio. El emperador tenía claro que eran los jóvenes los que mejor podían desempeñar las funciones propias de los soldados debido a su fuerza y vitalidad. Para asegurar que los jóvenes se convirtieran en soldados y no tuvieran sus cabezas en otras cosas, sacó una ley por la cual se prohibían los matrimonios entre jóvenes. Los jóvenes no se podían casar, tenían que poner sus servicios a disposición del ejército.
Sin embargo, hubo un sacerdote llamado Valentín que hizo caso omiso de la ley y celebró matrimonios clandestinos. Al enterarse, el emperador Claudio II le condenó y Valentín fue ejecutado un día 14 de febrero de 270. A finales del siglo V, el papa Gelasio I convirtió a Valentín en santo, empezando a celebrarse desde entonces el Día de San Valentín el 14 de febrero.
Cuenta la leyenda que, antes de ser ejecutado, San Valentín logró que una joven ciega recuperara la vista. Lo primero que vio la muchacha cuando recuperó la vista fue un papel que le había entregado Valentín en el que ponía “Tu Valentín”. Desde entonces a San Valentín se le relaciona con el amor.
Aunque no está claro que este sea el origen de la historia del Día de San Valentín, pues hay otras teorías sobre su origen, el Día de San Valentín fue imponiéndose y desde mediados del siglo XIX se comenzó a ver este día como una buena idea para incentivar el consumo. En España, el día de San Valentín empezó a tener cierta relevancia a mediados del siglo XX, gracias a la iniciativa de unos grandes almacenes, hoy desaparecidos. Ya en pleno siglo XXI, la mayoría de los países celebran de diferentes formas este día tan especial y es normal hacer planes y comprar regalos para la persona amada.
¿Y quién fue Cupido?
Bien, ya sabemos quién era San Valentín y cuál es su historia, sin embargo, la imagen que nos viene a la cabeza cuando pensamos en el Día de los enamorados no es la de San Valentín, sino la de Cupido. ¿Quién era Cupido y por qué se le representa como un niño con los ojos vendados y que lanza flechas?
En la mitología romana Cupido es el dios del deseo y de la pasión romántica. Era hijo de Venus, diosa del amor, y de quien heredó su belleza, y se cree que fue hijo de Marte. Lo que más llama la atención del personaje de Cupido es su aspecto de niño, los ojos vendados y su afición por lanzar flechas.
Las flechas de Cupido
La madre de Cupido, Venus, fue quien le regaló a Cupido el arco y las flechas. Éstas eran de dos tipos, unas tenían la punta de oro y otras de plomo. Con las flechas de las puntas de oro tenía Cupido el poder de otorgar amor. Las flechas de las puntas de plomo causaban el olvido, la indiferencia y la apatía. Por tanto, Cupido no sólo daba amor, sino que, por decirlo de alguna manera, también lo quitaba.
Los ojos vendados
Aquello de que “el amor es ciego” tiene a su mejor embajador en Cupido, quien lanza sus flechas con los ojos vendados. Esto viene a significar que muchas veces no somos capaces de ver los defectos y las imperfecciones de la persona a la que amamos.
Cupido representado como un niño
Una historia muy bonita se esconde detrás de la idea de ver a Cupido como un niño. Cuenta la leyenda que cuando Cupido se junta con el otro hijo de Venus, Anteros, dios de la pasión, se convierte en un hombre joven y apuesto, pero cuando se separa de él vuelve a su imagen de niño.