Carta para madres y padres: Navidad, vuelve a tu infancia
Este artículo trata de:
Navidad es una de las fechas más bonitas del año, si no la más bonita y especial; una época llena de luces, de adornos, de música que nos transportan a nuestra infancia.
Cuando somos pequeños vivimos estos días de una manera muy especial, llena de magia, ilusión, nervios, sin cole, con toda la familia… Son días preciosos, donde la alegría inunda cada uno de estos días llenos de planes especiales.
Los recuerdos de nuestra infancia nos evocan a tiempos felices rodeados de familia.
Yo recuerdo la casa de mi abuela, con dos mesas enormes juntas para poder cenar todos, con ese mantel gigante lleno de adornos navideños y la misma cinta en el casete con los mismos villancicos un año tras otro.
La Navidad nos puede transportar a esa época, a esos años donde nuestra única preocupación era hacer la carta a los Reyes Magos, no teníamos que pensar en la casa, en el trabajo o en la crianza…
“La Navidad es una época no sólo de regocijo, sino de reflexión”
Winston Churchill
¡Cómo han cambiado nuestras Navidades!
Ahora somos nosotros quienes debemos llevar esa ilusión a nuestra familia, a nuestros hijos e hijas, una preciosa oportunidad para volver a nuestra infancia, a esas mesas unidas, a los manteles con decoración navideña y a esa cinta con villancicos.
Las tradiciones familiares son las que pasan de generación en generación, año tras año.
Vuelve a tu infancia: ¿Qué te gustaba hacer de pequeña en tu casa? ¿Dónde ponías el árbol de Navidad? ¿Cuál era tu villancico favorito? Vuelve a todo eso, vuelve con tus hijos a decorar, a cantar, sal a ver las luces, a comer chocolate con churros, crea nuevas tradiciones que puedas hacer cada año con tus hijos y que se queden para siempre en su memoria.
Volver a las tradiciones familiares de tu infancia y también crear nuevas tradiciones propias.
A medida que crecemos, perdemos algo esencial en nuestras vidas, perdemos la capacidad de sorprendernos con lo que sucede a nuestro alrededor.
¿Cuándo fue la última vez que realmente te sorprendiste y admiraste? Nuestros peques tienen todavía intacta esa capacidad.
Agáchate, obsérvales, mira su carita cuando pasáis por delante de un árbol gigante de Navidad lleno de luz y color ¿Cómo es su cara? ¿Cómo es su expresión?
Nuestros niños y niñas nos dicen mucho sin siquiera hablar, solo tenemos que saber observarles, pararnos unos segundos a, simplemente, estar conectados a ellos.
Estas navidades deja que esa capacidad de sorpresa te contagie, te llene por dentro, es la única manera de poder volver a vivir esas navidades felices rodeados de toda la familia, de mucha familia que seguramente ya no esté aquí.
Déjate llevar por esa sorpresa, por esas tradiciones.
Te invito a vivir esta Navidad desde los ojos de un niño o de una niña, pero no de un niño o niña cualquiera. Cierra los ojos y mírate a ti mismo como eras de pequeño, disfrutando de la Navidad junto a tus hijos e hijas.
Deja por un momento todas las preocupaciones adultas, la conciliación estas semanas de vacaciones, las rutinas que se van a ir por la borda… Deja todo a un lado y disfruta de estos días como cuando esas inquietudes no tenían cabida en tu vida.
Vive estas Navidades de forma especial, con entusiasmo, con la ilusión intacta de tus hijos e hijas.
En estas fechas nos puede invadir ese sentimiento de culpabilidad, por pasar menos tiempo del que realmente queremos con nuestros peques, y dejarnos llevar por él, haciendo de la Navidad unos días de consumo sin medida y sin control.
Te invito también a dejar de lado ese sentimiento. Sé que nuestro día a día hace difícil la conciliación, el disfrutar al máximo con ellos, pero, con la llegada de estas fechas, podemos trabajar la reconexión en lugar del consumismo.
Los regalos son regalos, son juguetes, jugarán un tiempo y se olvidarán de ellos o se romperán, incluso muchos puede que ni lleguen a salir de la propia caja…
La conexión, el estar juntos, crear tradiciones que repitan año tras año, eso es lo que vuestros hijos e hijas van a recordar siempre.
No se acordarán del coche que les trajo Melchor, sino de que todos los años, el primer día de vacaciones, se iban con papá y mamá a ver las luces de la ciudad y a comer churros con chocolate. Seguramente, esa tradición que habéis empezado pase a la próxima generación. ¿Os imagináis que vuestros hijos llevan a sus hijos a ese plan que empezasteis juntos?
Volved a ver la Navidad con ojos de niño y niña, a crear, a conectar, a vivir una Navidad diferente llena de amor y de familia.
En definitiva, a vivir la Navidad tal cual era cuando tú eras pequeño o pequeña.
Y si esa Navidad no fue tan preciosa, no te preocupes, esta es tu oportunidad para hacer que las Navidades a partir de ahora sean tal y como te hubiera gustado vivirlas de niño o de niña.
Recuerda, la paternidad y la maternidad es una segunda oportunidad de revivir toda tu infancia y de sanar todas las heridas que todavía quedan abiertas.
Desde Mami Me Mima, te deseo unas Felices Fiestas y una Navidad llena de ilusión, magia, conexión y sorpresa.
¡Gracias Familias! Y ¡Feliz Crianza!
Nos vemos el año que viene con nuevas ilusiones.
Artículo escrito por:
Ana Torres Rojo, experta en crianza respetuosa y directora de la web Mami me mima.