Para un peso saludable, ¡No elimines alimentos de tu dieta!

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Laura Bosch - Psicóloga y Sexóloga
24/12/2021 - Tiempo de lectura 3 mins
Para un peso saludable, ¡No elimines alimentos de tu dieta!

Esta es la equivocación más común cuando queremos perder esos kilos que nos sobran, más de cara al verano, cuando parece que las prisas nos invaden por lucir nuestros modelitos del pasado año con el mejor cuerpo posible. Creemos que eliminando ciertos alimentos de la dieta y restringiendo las calorías a muerte nos harán adelgazar más rápido, pero nada más lejos de la realidad.

Lo primero que hay que tener claro es que si queremos adelgazar lo que debemos hacer es llevar una dieta hipocalórica, es decir, consumir menos calorías de las que gastamos en un día. Igual que si lo que queremos es ganar algo de peso, que también es común en cuerpos de constitución delgada, debemos seguir una dieta hipercalórica, consumir más calorías de las que gastamos. Estas calorías deben ser de todos los grupos nutricionales, incluidos los hidratos de carbono, los grandes sacrificados cuando nuestro objetivo es perder peso.

¿Qué hidratos de carbono debemos consumir?

Hay que distinguir entre hidratos de carbonos simples y complejos. Los simples son los contenidos en las frutas y todos los añadidos en yogures, bollería o platos precocinados. Dentro de este grupo solo incluiremos las frutas, ya que son azúcares que no están libres y gracias a sus vitaminas y fibra se absorben lentamente y nos sacian, por lo que no hay que eliminar las frutas de la dieta en ningún caso. Todos los demás azúcares sí restringiremos su consumo al mínimo posible.

Por otro lado, los hidratos de carbono complejos como los contenidos en las legumbres, cereales integrales, patatas o arroz serán los que nos aporten la energía que necesitamos, sin miedo, sólo controlando las porciones para que nos ayuden en nuestro objetivo.

No sirve de nada comer solo verduras y proteínas, ya que lo único que conseguiremos será perder músculo y agua pero no grasa, que el cuerpo mantendrá retenida como mecanismo de defensa, y nos provocará un efecto rebote brutal cuando volvamos a nuestra dieta habitual.

Marcarnos un estilo de vida a largo plazo

El objetivo de cualquier dieta no debe ser algo puntual, sino que debe crearnos una adherencia que sea fácil de seguir, que nos haga sentir cómodas y, sobre todo, que no abandonemos a la primera de cambio. Para ello, debemos cambiar nuestros hábitos y elegir alimentos naturales, reales, sin procesados, sin añadidos y sin componentes que adulteren el sabor auténtico de las comidas.

A estas alturas quizá pienses que ya es tarde para cambiar la dieta, que no llegas al verano, pero ¿qué más da eso? Las bases hay que comenzar a establecerlas desde hoy mismo, y los resultados llegarán con el tiempo, sin prisas, disfrutando del camino y pensando que para el próximo año o dentro de dos habremos creado un estilo de vida fácil de mantener para siempre, sin agobiarnos en periodos puntuales y cargando nuestro cuerpo de salud y energía.

Las verduras serán la base de nuestra alimentación, que podemos consumir a todas horas y en todas las comidas, acompañadas de una buena ración de proteínas para mantener nuestra masa muscular y la ración adecuada de hidratos de carbono para estar saciados durante más tiempo, acordándonos siempre de las grasas saludables como el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos o los lácteos enteros que nos ayudarán a equilibrar nuestras grasas buenas, eliminando las malas.

Ejercicio físico, ¡fundamental!

Cuesta moverse y mucho cuando no lo tenemos por costumbre, el cuerpo por naturaleza es vago, y debemos tener la fuerza de voluntad necesaria para darle el estímulo que necesita para ayudarnos en nuestros objetivos. El trabajo de fuerza, ya sea al aire libre, en casa o en el gimnasio acompañado de ejercicio cardiovascular en su justa medida nos ayudará a eliminar grasa y fortalecer los músculos, para que nuestro cuerpo sea capaz de quemar calorías y quemar grasa de forma continua, incluso las horas que no nos movemos.

Pero hay que trabajarlo, tres o cuatro días a la semana es necesario este estímulo físico para fortalecer nuestros huesos, sentirnos más activas, más fuertes, con mejor salud y mejor estado emocional.

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