Propósitos de Año Nuevo para ser mi mejor versión
Este artículo trata de:
Los propósitos de Año Nuevo para convertirnos en nuestra mejor versión asoman ya desde que se huelen las Navidades. No hay mejor fecha que el 1 de enero para (por lo menos mentalmente) resetearnos y empezar de cero. Ese día nuestra cabeza se llena de deseos, planes, objetivos, proyectos… ¿Te suenan frases como: “Este año me apunto al gimnasio”, “De este año no pasa y me pongo en serio con el inglés” o “Este va a ser el año en el que haré todos esos viajes que tenían pendientes”? Sin embargo, cuando el 31 de diciembre echamos la vista atrás, muchas veces nos damos cuenta de que todas aquellas “buenas intenciones” cayeron en saco roto.
Pero, quizá no es necesario pensar en grandes propósitos de Año Nuevo y basta con marcarnos pequeñas metas para ser felices. En este artículo te hablamos de pequeños y grandes propósitos de Año Nuevo que todos nos hemos fijado en alguna ocasión.
Índice de contenidos
Top 3 de los propósitos de Año Nuevo
Hay 3 propósitos de Año Nuevo que ya se han convertido en verdaderos “clásicos” de la Nochevieja… No hay persona que no se haya fijado en algún comienzo de año uno de estos tres objetivos:
Apuntarme al gimnasio: Típico propósito que nos hacemos el día 1 de enero mientras nos metemos en la boca la última de las 12 uvas de Nochevieja (o cualquier otro platillo). Entonces, estamos a mitad de año, y quizá sí estamos pagando la mensualidad del gym, pero aún no hemos cogido ni una mancuerna. ¡Ups!
Aprender inglés: Otro clásico; una asignatura pendiente para la gran mayoría de españoles. Es cuando viajamos a algún país de habla inglesa el momento en el que solemos percatarnos de que nuestro nivel del idioma no se ajusta a las expectativas que teníamos.
Dejar de fumar: Si eres fumador/a, este seguramente sea tu propósito cada 1 de enero. Como con el gimnasio, la fuerza de voluntad es clave para sacar adelante este objetivo. ¡Mucho ánimo! Estarás orgulloso/a cuando lo consigas.
Otros propósitos para Año Nuevo
Pero, además de los tres clásicos, hay otros planes o proyectos que tomamos con mucha ilusión al empezar el año como estos que te hablamos a continuación:
Ir a vivir a un pueblo: Un plan idílico. Muchos se ven dejando atrás el estrés de la ciudad y comenzando una nueva vida rodeados de naturaleza y de aire puro… Aunque no es sencillo, para algunos se convierte en una manera radical de empezar de cero.
Comprar una casa: Un propósito de los de “órdago a la grande”. Y, lamentablemente, una utopía para muchos. Lo que está claro es que quien da este paso cambia su vida para siempre.
Viajar más: Quizá esas chinchetas que pusiste en el mapamundi para marcar tus viajes soñados ya se han quedado viejas y decides que este año sí, que este año irás a conocer Nueva York, Berlín o la Toscana…, que conocerás las ruinas mayas o verás auroras boreales… En fin, las opciones son infinitas.
Ahorrar dinero: Cuando comienza el año, algunos se proponen conseguir un pequeño colchón económico para cuando haga falta. En este caso, muchas veces toca tirar de boli y libreta y ver de qué manera podemos conseguirlo.
Empezar a comer de forma más saludable: Un plan un poco más realista (aunque no es fácil lograrlo) es empezar a comer de forma saludable y equilibrada. Sin trucos y sin presiones, ir adoptando hábitos cada vez más sanos combinando alimentación y deporte.
Aprender idiomas : Aunque el inglés sigue siendo el número, cuando empieza el año algunos deciden lanzarse a la piscina y probar con otros idiomas algo más inusuales y más difíciles. Probar con el chino mandarín, el alemán, el árabe o el japonés supone un verdadero reto, pero un reto muy satisfactorio.
Hacer un voluntariado: Un bonito propósito de Año Nuevo. Ayudar a quienes más lo necesitan o realizar acciones que contribuyan a cuidar el planeta será una maravillosa manera de regalar nuestro tiempo en el año que comienza.
Hacer un curso de cocina: Un poco de la mano con el anterior, los programas de cocina abundan en la televisión… Muchos son los que el 1 de enero los deciden que de este año no pasa, que este va a ser el año en el que se van a meter entre fogones para aprender a hacer deliciosas recetas y comer rico.
Aprender informática: Dominar algunos de los conceptos básicos relacionados con internet y la tecnología en general se ha convertido a día de hoy en algo fundamental.
Llevar a cabo el sueño de tu vida: El más difícil de todos, pero aquel que más felices nos hace si se cumple. Publicar un libro, tener un hijo, irte a vivir a otro país… Lo bueno de los sueños es que no hay que esperar al 1 de enero para empezar a trabajar en ellos, sino que cualquier día es bueno para cumplirlos.
Pequeños objetivos para ser un poco más felices
Sin embargo, nos podemos poner como meta unos propósitos más asequibles, pero que posiblemente, si los cumplimos nos harán muy felices.
Pasar más tiempo con los seres queridos: Este propósito podía haberse incluido entre los “clásicos” de Año Nuevo. Todos pensamos en dedicar más tiempo a familiares y amigos, pero la realidad es que las responsabilidades del día a día nos alejan de este propósito. ¿Qué tal si este es el año en el que de verdad cumplimos este objetivo?
Alejarnos del estrés: Relacionado con el anterior, alejarnos del estrés significa dar prioridad a aquellas pequeñas cosas que nos hacen realmente felices: pasatiempos, personas, pasiones… Si lo conseguimos, estaremos cuidando nuestra salud mental (algo fundamental y prioritario).
Meditar: Para alejarnos del estrés, podemos echar mano de herramientas como la meditación. Dedicar 10 minutos al día a este tipo de técnicas será muy beneficioso para cuerpo y mente.
Jugar más con los niños: Cuando hablamos de propósitos sencillos, nos referimos a cosas como esta. Jugar más con los hijos, sobrinos o nietos ayudará a estrechar el vínculo con ellos y nos hará olvidarnos por un rato de nuestros problemas del día a día.
Reír más y ver el lado positivo de las cosas: Tan sencillo y tan complicado a la vez. La teoría es muy sencilla, la práctica no tanto. Quizá poner las cosas en perspectiva sea de ayuda para cumplirlo. A veces, algunos contratiempos dan rabia al principio y, más tarde, cuando los hemos solucionado o superado, se convierten en anécdotas.
Ver películas clásicas, empezar un pasatiempo, leer más libros: Ponte un reto sencillo, pero que te guste. Quizá te gusta la poesía y siempre lo habías postergado, o puede que el cine clásico sea una de tus pasiones, pero no encontrabas tiempo para ello… Si te lo propones, este puede ser el año en el que dediques tiempo a lo que te llena de verdad. ¡Disfruta!
Aprender a decir «no»: ¡Qué difícil es! Pero, es tan importante saber establecer límites y decir que no cuando no te apetece o no quieres algo. Este año puedes proponerte “ser más egoísta”, esto es, dedicar más tiempo para ti y hacer lo que realmente deseas.