Receta de las torrijas típicas de Semana Santa
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Las torrijas son el dulce estrella de la Semana Santa y uno de los postres más tradicionales del recetario español. Con ingredientes muy sencillos que todos tenemos en casa (pan, leche, azúcar, huevos, canela y aceite de oliva para freírlas). El origen de las torrijas se remonta… ¡a los romanos! Ojo, porque lo tradicional en el Renacimiento no era tomarlas para conmemorar la Pasión de Cristo, sino comerlas para recuperarse de los trabajos del parto.
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Historia y tradición de las torrijas
Pues sí, las primeras recetas de torrijas que se conservan se remontan al siglo I d.C. El famoso gastrónomo romano Marcus Gavius Apicius incluyó en su recetario De re coquinaria un plato llamado pultes tractogalate (gachas guisadas con harina y leche), que se considera el antepasado más lejano de las torrijas, aunque se parezca más a unas sopitas de leche con pan.
Pero las torrijas, tal y como las conocemos en la actualidad, tienen su origen en el siglo XV y se hacían para favorecer la recuperación posparto de las mujeres. Se preparaban con rebanadas pequeñas de pan duro y se servían con una cosita de vino.
La primera mención de las torrijas se ha encontrado en un villancico escrito por el dramaturgo y poeta Juan de la Encina (1468-1533):
“En cantares nuevos / gocen sus orejas, / miel e muchos huevos / para hacer torrejas, / aunque sin dolor / parió al Redemptor”.
Ahí ya vemos la conexión entre las torrijas, la tradición cristiana y el alivio de los dolores del parto.
¿Por qué son típicas las torrijas de la Semana Santa?
Sobre esto no existe una teoría definitiva, aunque la más extendida dice que las torrijas se convirtieron en un dulce imprescindible de la Cuaresma y la Semana Santa gracias a su carga calórica y su capacidad saciante, que las convertían en una solución estupenda para compensar la abstinencia de otros alimentos, como la carne, en esta época del año. Tiene sentido, ¿no?
Además, las materias primas con las que se elabora (pan un poco duro, leche y, en algunos casos, vino) son muy económicas y están presentes en la mayoría de las despensas. Las torrijas son laboriosas de preparar, pero no resultan un postre caro.
Receta tradicional de torrijas de leche
A medida que las torrijas se han hecho populares han ido apareciendo variedades casi infinitas, todas deliciosas: con toffee, con chocolate, con queso, con licor, con fruta…
Nosotros nos quedamos con las clásicas (que, además, son las que más gustan a los niños) y, a continuación, os proponemos esta deliciosa receta.
Ingredientes para las torrijas
- 1 barra de pan del día anterior
- 1 litro de leche
- 1 rama de canela
- La piel de un limón
- 4 cucharadas soperas de azúcar
- 3 huevos
- Azúcar y canela
- Aceite de oliva virgen
Preparación
- Corta la barra de pan en rebanadas y colócalas en una fuente honda.
- En un cazo, pon a calentar la leche con la rama de canela, el azúcar y la piel del limón.
- Retira la leche del fuego cuando esté hirviendo y viértela sobre las rebanadas de pan para que empapen bien o mójalas echándolas al cazo.
- Déjalas en remojo un buen rato.
- Bate los huevos y moja en ellos las rebanadas de pan que hasta ahora habían estado en remojo.
- En una sartén, pon aceite de oliva y echa las torrijas a freír cuando el aceite esté bien caliente.
- Ya fritas, colócalas en un plato hondo con cuidado de que no se partan.
- Después de freír todas las rebanadas, añade a la sartén la leche que haya sobrado antes (la misma que has usado para empapar el pan) y, removiendo sin parar, haz caramelo. Quizá tengas que añadir un chorrito más de leche, canela en polvo y azúcar.
- Vierte ese caramelo sobre las torrijas, espolvorea con canela o azúcar y… ¡listas para ser disfrutadas!
Recetas tradicionales de Semana Santa
Preparar torrijas en casa puede convertirse en una tradición familiar de Semana Santa muy querida para los niños, que pueden ayudarte a poner los ingredientes en la cazuela, colocar las rebanadas de pan en la fuente… y, por supuesto, a comerlas.
Hay, por suerte para los amantes de la gastronomía, otras muchas recetas típicas de Semana Santa que están igual de deliciosas que las torrijas. ¡En la variedad está el gusto!
¡Bon appétit!