Vuelta al trabajo, ¿cómo no caer en el desánimo?
Volvemos de vacaciones y toca recuperar nuestra rutina habitual. Existen casos de todo tipo, personas que están deseando volver a sus hogares y a la tranquilidad de su vida diaria, pero por norma general después de un descanso prolongado como son los días en los que no tenemos que preocuparnos del trabajo, el colegio de los niños o las responsabilidades del hogar, sintamos que nos fallan las fuerzas, nos invade el desánimo y las preocupaciones nos afectan desmesuradamente.
Algunos expertos lo tratan como si fuera una depresión, de ahí que hayamos oído aquello de que sufrimos depresión post-vacacional, aunque en la mayoría de los casos no es sino una ansiedad y apatía lo que sentimos al retomar las interminables jornadas de trabajo, y pensar que hasta el año que viene no tendremos nuestras esperadas vacaciones.
El primer día de trabajo tómatelo con filosofía positiva, piensa en lo bien que te lo has pasado en las vacaciones, recupera la relación con los compañeros de trabajo y comentad lo que habéis hecho en vuestros días de descanso. Tómatelo como una jornada laboral normal, sin pensar en lo malo, sino más bien en los proyectos que tienes por delante en este nuevo año. Te sentirás mucho mejor así, y estrecharás lazos con los compañeros y amigos del trabajo.
No esperes llegar el primer día y empezar a trabajar a destajo. La primera semana tómatela con calma, para poner al día los atrasos que hayan podido producirse durante las vacaciones e ir poco a poco recuperando el ritmo de antes de irte. Es normal que al principio cueste un poco coger este ritmo pero llegará tu habitual rutina laboral sin que apenas te des cuenta, y esa sensación de desasosiego que sientas los primeros días desaparecerá en poco tiempo.
Piensa que el trabajo sólo ocupa un tercio de tu día, así que aprovecha lo que te queda para hacer cosas que te gustan. Todavía quedan muchos días de buen tiempo en los que disfrutar con la familia o los amigos. Disfrutar en el parque por las tardes con los niños, o tomarse algo en una terraza con los amigos te ayudará a que te sientas mejor, y a disfrutar de que todavía queda verano por delante, y buen tiempo por exprimir. Resultará inútil y estresante si sales de trabajar y te pasas el día con agobio y ansiedad de lo que te espera al día siguiente, provocando que te sientas cada vez peor.
Algo que está más que demostrado que nos ayuda a superar la vuelta al trabajo y nos carga de energía positiva es el ejercicio. Septiembre es un mes perfecto para apuntarse al gimnasio y liberar las tensiones del día a día. Si no eres mucho de encerrarte en un gimnasio puede comenzar unas rutinas de carrera en los ratos en los que menos calor haga, o salir a pasear con la bici. Es la mejor manera de combatir el estrés y las endorfinas que libera tu cuerpo al hacer ejercicio harán que te sientas más feliz, con menos tensiones, y con ganas y energía de afrontar cualquier proyecto que se te ponga por delante.
Empieza esta nueva etapa con nuevos proyectos e ilusiones. Olvídate de ese compañero que no soportas, del agobio de tu jefe, o de la silla que hace que te duela la espalda, y márcate unos objetivos para este año que te ayuden a ir motivado al trabajo día a día. Si algo no te gusta coméntalo, da a conocer tu punto de vista con convicción para que sea tenido en cuenta y establece flujos de comunicación más fluidos a tu alrededor, conseguirás volver a ilusionarte con lo que haces y a sentirte más implicado en el trabajo, así la vuelta no será tan costosa.