Fomentar una actitud positiva ante la vida en los niños
Artículo escrito por: Xavier Vicent, Psicólogo
Estimados acompañantes de viaje, volvemos a encontrarnos. Hoy os hablaré de nuestra actitud con los hijos/as. Hoy, en mis palabras no importará nuestra edad ni la edad de nuestros pequeños. Y quizás hoy más que nunca, debido a todo lo que estamos viviendo actualmente y a lo que a nuestros hijos también les toca vivir, deberemos estar muy atentos a los consejos del guía, ya que son consejos que servirán para hoy, mañana y siempre. Consejos sobre como fomentar una actitud positiva en la vida de nuestros hijos que les servirán a ellos y nos servirán a nosotros.
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Cualidades más importantes que queremos en nuestros hijos
Como bien sabéis, hace muchos años que realizo escuela de padres y madres, donde juntos aprendemos a ser mejores personas, mejores acompañantes y educadores. A lo largo de los años, desde mi experiencia, SIEMPRE hemos deseado hijos/hijas con la autoestima bien, pero BIEN alta, con una actitud positiva en la vida, con seguridad, con una actitud firme. Ellos son lo más importante de nuestras vidas, ¿cómo no vamos a querer eso? Y la pregunta más fácil, pero quizás la más difícil de responder: y esto, ¿cómo se hace?: siendo hoy y mañana su espejo. Espejo dónde deben aprender. Pero un espejo lleno de sentimientos y de amor.
Sin duda que hoy os aconsejaré desde mi experiencia de acompañante, guía y padre. Pero la primera pregunta que nos debemos hacer es: ¿todo esto que deseamos en nuestros hijos/as, forma parte de nosotros, de nuestra manera de ser? Estoy convencido que la respuesta de todos se acerca casi al SI, y seguro que aprenderemos juntos para mejorar, crecer.
Un día fomentando una actitud positiva en nosotros y en nuestros hijos
Suena el despertador, ¡es muy temprano!, ducha rápida, café y directos a despertar a nuestros hijos: “buenos días, como te quiero”. Le acariciamos. Nos reímos mientras vamos al baño. ¡Qué divertido es vestirse para ir al cole! Cantamos sus canciones, escuchamos sus canciones, preparamos el desayuno, le escuchamos atentamente ¡cómo me gusta escucharte! Preparamos la mochila y rumbo al cole, andando, en transporte público, escolar, en coche. Y yo pienso “me queda un ratito para estar con él”. Durante el breve trayecto le doy besos y le digo lo mucho que le quiero: “que pases un bonito día de cole, pásatelo bien y aprende”.
Lo veo entrar en el cole y con esta maravillosa sensación me voy a mi trabajo. Ahora yo soy el protagonista de mi vida, ahora me toca a mí. Voy a vivir un gran día, sabiendo que me pueden aparecer dificultades, pero SOLO si aparecen me ocuparé de ellas. Hoy decido que me permitiré sentir. Y también me permitiré transmitir a los demás quien soy, NO quien ellos quieren que yo sea. Y si me siento enfadado, triste, alegre, feliz… lo comunicaré al mundo que me rodea. Y en un pequeño rincón de mis pensamientos, me escucharé en que me he equivocado, en que puedo mejorar. Pero mejorar para ser mejor persona. Hoy y desde hoy, me permitiré ser yo y transmitirle al mundo que me siento vivo, que tengo ilusiones, dificultades, alegrías… que me conozcan y me quieran, acepten o no, por quien soy, desde mis valores.
Se acerca la hora de irlo a buscar, ya siento esas cosquillas de volverlo a ver, de cómo le habrá ido el cole con sus amigos y amigas, las clases, el patio, el comedor, la cantidad de anécdotas que le habrán pasado ¡qué ganas tengo de que me lo cuente! Le pregunto con ilusión y con interés. Se siente escuchado.
Hacemos una gran cartulina con todo lo que nos ha pasado en el día, a él, a mí, a nosotros. Qué hemos sentido, que podríamos mejorar, cómo creemos que se han sentido las personas que estaban con nosotros. Destacamos la cantidad de cosas que nos han pasado un simple día como hoy. Tenemos el compromiso de mejorar esas pequeñas cosas que nos harán mejores y destacamos aquellas cosas muy buenas que hemos hecho. Colgamos la cartulina en la cocina. Podemos seguir apuntado en ella lo que nos seguirá pasando hasta la hora de ir a dormir. También él puede apuntar cosas nuestras que debemos mejorar y lo que le ha gustado de nosotros en ese día. Le hago saber a él que también es importante su opinión.
Hasta la hora de ir a dormir nos dedicaremos tiempo de calidad y nos dejaremos espacio para nuestras responsabilidades, obligaciones. Trabajaremos la colaboración: recogeremos juntos, prepararemos la mesa juntos, luego la recogeremos también juntos (la reiteración de la palabra JUNTOS es simplemente por si se nos olvida). Y juntos nos divertimos y nos reímos.
Durante la cena nos escucharemos todos, descubriendo lo importante que es escuchar y ser escuchado. Nuestras pequeñas cosas también son importantes para los demás. Hoy que me he permitido ser yo. También le puedo hacer sentir que me he enfadado con alguna pequeña cosa que ha pasado, que ha hecho. Pero también me permito que él se enfade conmigo. Me permito ser coherente con la proporción de lo acontecido.
Vamos a dormir. Últimas caricias del día y últimos besos. Me PERMITO ver como se duerme, siento amor incondicional y orgullo… suena el despertador, ¡es muy temprano¡…
Los padres como espejo de los hijos
PADRES, MADRES: la autoestima, la actitud positiva en la vida de nuestros hijos/as depende de nosotros. Somos y seremos el ESPEJO de ellos. Les estamos enseñando quienes son, como se debe vivir esta vida. También les estamos dando y enseñando la importancia de la comunicación emocional, la importancia de vivir la vida desde quienes son, y que el equivocarse forma parte de esta vida. Y, por supuesto, les enseñamos que pese a las dificultades que existen, ¡podemos vivir!
P.D: deseo que mi breve relato de un día cualquiera NO suene como un breve escrito de fantasía, de ciencia ficción. No importa nuestra edad, su edad, no importa una cartulina, un lunes, martes… domingo. Nos habíamos preguntado y ¿cómo se hace? En estos días que estamos viviendo, por favor, decidid como vivir, desde quienes sois; mejorad si creéis que lo podéis hacer. Y un último consejo: Hoy me permitiré ser yo, me permitiré sentir.
Xavier Vicent
«Psicólogo pero sobre todo y ante todo: PADRE. Y desde mi humildad y experiencia, su guía para los que quieran y deseen. Y como nos queda un camino muy largo os confieso un pequeño secreto: quiero seguir aprendiendo de vosotros.»
«Con ganas ya de empezar a caminar, vivir, sentir…»