Cómo fortalecer la inteligencia matemática de los niños
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Matemática es más que sumar y restar
Howard Gardner, el educador que desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples, habla de la capacidad lógico-matemática como una de las ocho inteligencias. No se refiere solo a operar con números, sino también a la capacidad de razonar, deducir, organizarse, interpretar datos y estadísticas, o aplicar reglas para desarrollar una estrategia que te permita ganar un juego.
Sin embargo, muchos niños padecen de aburrimiento en las clases de matemática y las encuentran difíciles, o no le ven el propósito a esa práctica. Todo depende del enfoque con el que se imparta la enseñanza. Nosotros en casa podemos estimular a nuestros hijos a desarrollar esta capacidad en la vida cotidiana.
Con sus juegos y juguetes
Muchos de los elementos que el niño utiliza para jugar sirven para desarrollar sus capacidades lógico-matemáticas. Un ejemplo es la construcción con bloques. Desde que el bebé comienza a apilar una torre de cubos, su cerebro está procesando información para calcular las estructuras más estables. A medida que el niño crece las construcciones se van complejizando. Sentarte con tu hijo a construir torres con bloques de plástico puede ser una oportunidad excelente para conversar acerca de la mejor manera de levantarlas y de hacerlas resistentes.
Los videojuegos también pueden servir para mejorar destrezas en matemáticas y en pensamiento lógico. No hace falta que incluyan dinero (como los juegos en red de construcción), también pueden servir los puzles como el clásico Tetris.
En la cocina
Cocinar con el niño puede ser una manera divertida de calcular cantidades equivalentes, reflexionar sobre las unidades de medida, de peso y de capacidad, y las conversiones. También puedes aprovechar para ejercitar el cálculo si duplicas los ingredientes de determinada receta, o calculas porciones para cada comensal, etc.
En el supermercado o la tienda
Cuando ya sepan sumar y restar, ir de compras puede ser un ejercicio de matemática. Pero además, incluso niños más pequeños pueden ejercitar su pensamiento lógico clasificando productos –según su tamaño, ubicación en la tienda, etc. A los mayores se les puede plantear desafíos más complejos, como calcular precios finales una vez aplicados los descuentos.
Estimular la curiosidad
Los niños pequeños son naturalmente curiosos. La próxima vez que tu hijo te haga una pregunta difícil o que suponga un problema, en lugar de resolverlo por él, ayúdale a plantearse alguna posible manera de dar con la respuesta: ¿Qué piensas tú ¿Qué ocurriría si…? De esta manera, los ayudarás a que puedan crear sus propias hipótesis y desarrollar el pensamiento racional. Pero ten cuidado: es importante que los desafíos y los planteos y explicaciones sean acordes a su edad, pues si son muy difíciles solo conseguirán frustrarlos.