Cómo hacer que los niños coman ensalada
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Una magnífica opción para incluir en la dieta de los niños son las ensaladas. Los beneficios que aportan son numerosos. Quizá, lo más complicado sea conseguir que los más pequeños disfruten con ellas y se conviertan en uno de sus platos favoritos. En el artículo de hoy vamos a ofreceros algunos trucos con los que conseguir introducir las ensaladas en la dieta para los niños.
Índice de contenidos
Beneficios de las ensaladas para los niños
Incluir ensaladas en la dieta de los niños es una magnífica idea. Las razones son muchas, comenzando por lo más obvio: es un alimento sano que les ayuda a crecer sanos. La base de las ensaladas son las verduras, hortalizas y, a veces, frutas, que aportan nutrientes claves para el desarrollo del niño tales como vitaminas, minerales o fibra. Además, las ensaladas permiten jugar con ellas y añadirlas otros tipos de alimentos que les aportan otros nutrientes claves (por ejemplo, podemos añadir pechuga de pollo rica en proteínas o aliñarla con aceite de oliva, que aporta grasas saludables).
Por si fuera poco, el consumo de frutas y verduras presentes en las ensaladas ayudan a la prevención de ciertas enfermedades como diabetes, colesterol y reducen el riesgo de obesidad infantil. Además, son fuente de fibra, lo que contribuye a un buen funcionamiento del tránsito intestinal y a combatir el estreñimiento.
Por último, incluir ensaladas en la dieta de los más pequeños conlleva otros beneficios importantes como que son saciantes (de esta manera evitaremos que nuestros hijos coman entre horas alimentos menos saludables), son bajas en calorías y, por si fuera poco, son fáciles de preparar.
7 ideas para que los niños coman ensaladas
Como hemos visto los beneficios de que los niños coman ensaladas son numerosos, sin embargo tienen un inconveniente claro: no es un plato que les entusiasme. Entonces, ¿Cómo conseguimos que los niños coman ensalada? Apunta estos trucos:
- Haz que el plato sea divertido: Por suerte, las ensaladas son platos con mucho colorido y muy vistosos, por lo que conseguir un plato divertido debe ser más o menos sencillo. Por ejemplo, dibuja una cara en el plato: el huevo cocido partido por la mitad pueden ser los ojos, la lechuga puede decorar la parte del pelo y el tomate puede ser la boca. Sólo es cuestión de echarle imaginación.
- Invita a tus hijos a colaborar con la preparación de la ensalada: Se divertirán y aprenderán algo nuevo contigo. Lo mejor de todo es que al ser una creación suya, se sentirán más motivados a comer la ensalada que ellos mismos han preparado. Por otro lado, se sentirán muy contentos al ver que los demás miembros de la familia disfrutan de lo que ellos han hecho.
- Mezcla ingredientes: Mezcla aquellos ingredientes que les gustan con los que no les gustan tanto. Por ejemplo, si al niño no le gusta mucho el tomate y sí le gusta mucho el maíz, debes echar más maíz y el tomate en trocitos más pequeños camuflados con mucha lechuga, con ello conseguiremos que los niños no noten tanto un sabor determinado.
- Cuida el aliño para las ensaladas: A veces el sabor que desagrada a los pequeños es el aliño. Debes utilizar un aliño en tus ensaladas con aceite de oliva suave y poca sal. También puedes probar algunas salsas típicas de ensaladas que “matan” en cierto modo el sabor a la verdura. Por ejemplo, puedes pensar en elaborar una ensalada César que suele gustar mucho a los niños.
- Introdúcele la ensalada de forma progresiva: Si un día preparas un filete de ternera, pon como guarnición una pequeña ensalada. Con este pequeño truco se irá acostumbrando a comer de todo un poco. Recuerda: Las ensaladas siempre son un buen sustituto en las guarniciones a las patatas fritas.
- Ten mucha paciencia: Puede que los trucos no funcionen a la primera, ni a la segunda, pero no debes dejarte vencer por los nervios y por la impotencia de ver que tu hijo no come lo que quieres. Lo mejor es mostrarse seguro, no dejarse llevar por el chantaje emocional y hacerle ver al niño que la ensalada es un alimento rico y apetecible, evitando siempre reñir o castigar.
- Sé un ejemplo para tus hijos: Los padres son el mayor ejemplo para los hijos. Si el pequeño ve que en casa solo se consume comida basura, el también querrá apuntarse a este tipo de dieta nada saludable. En cambio, si ve que vosotros consumís verduras y frutas en ensaladas, será más fácil que él también se incline por este tipo de comida mucho más sana.